El Gobierno del presidente Gustavo Petro suspendió los diálogos con el ELN. El anuncio se produjo 24 horas después de que el jefe de Estado dijera que el atentado en la base militar de Puerto Jordán, Arauca, era una acción que, prácticamente, cerraba el proceso de paz con sangre.
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Las Fuerzas Militares ofrecen 100 millones de pesos de recompensa por información que permita dar con los responsables de este hecho. Además, 15 pelotones llegarán a la zona para reforzar la seguridad.
El cantón militar, donde a diario permanecen cerca de 1.000 hombres y mujeres, quedo destruido luego que el ELN lanzara 19 cilindros bomba desde una volqueta que estaba a escasos 500 metros de la base.
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"Mucha sangre por todo lado": soldado víctima del ELN
Los mismos uniformados grabaron los minutos de horror después de la explosión. En entrevista con Noticias Caracol en vivo , uno de los soldados sobrevivientes relató el momento.
“Yo sentí el estruendo cuando cayó el techo. Me tocó salir porque todo quedó lleno de polvo y sangre. Mucha sangre por todo lado, que uno no sabe de dónde salió”, mencionó el soldado.
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El uniformado agregó que “me tocó fue salir, pero no sabía qué era peor porque seguían cayendo las otras bombas afuera. A parte de que nos estaban lazando las bombas, también nos estaban hostigando desde afuera, porque se estaban escuchando muchos tiros y gritos”.
Oficiales, suboficiales y soldados clamaban por ayuda después de un brutal ataque. Otros registraron que sobrevivieron al atentado.
El soldado entrevistado sostuvo que tal fue el impacto y su reacción, que ni siquiera había notado que estaba herido: “Yo corrí por mi armamento, cogí mi fusil y salí a reaccionar de una vez contra esos bandidos. Ya estando afuera disparando fue que me di de cuenta que estaba sangrando mucho. Tengo quemaduras, esquirlas en la cabeza, los brazos y cortadas por la caída del techo”.
El soldado puntualizó que “ver a todos así: heridos de gravedad, jodidos en las piernas, el abdomen y gritando son muchas cosas”.
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¿Infiltrados en el Ejército Nacional?
Mientras unos se revolcaban por el dolor de las heridas, otros cuestionaban posibles infiltrados en la base. "Aquí entró fue el sapo", sostuvo un soldado.
La primera atención de los 29 heridos fue en el dispensario del cantón, 18 fueron trasladados al Hospital Militar, en Bogotá, y cinco se encuentran en estado crítico.
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“Tenemos 13 pacientes que se encuentran en hospitalización, en estado estable. La mayoría de ellos con lesiones en tejidos blancos, recibiendo atención de todo nuestro equipo de trabajo, de acuerdo con cada uno de los procedimientos que ellos requieran. Tenemos cinco pacientes que se encuentran en UCI, recibiendo atención especializada”, indicó la coronel Diana Patricia Cuéllar, directora del Hospital Militar.
A Bogotá fueron remitidos otros seis uniformados y, mientras tanto, la base militar permanece en acuartelamiento.
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