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Hace poco más de un año, dos crímenes atroces contra menores de edad sacudieron a Colombia, dejando una herida profunda en la sociedad y reavivando el debate sobre la protección de la niñez y la eficacia del sistema judicial. En menos de un mes, entre septiembre y octubre de 2024, el país fue testigo del asesinato de Sofía Delgado, de 12 años, en Candelaria, Valle del Cauca, y de Alexis Delgado, de apenas 2 años, en San Cayetano, Cundinamarca.
Ambos casos, marcados por la brutalidad, desataron una ola de indignación nacional y la exigencia por condenas ejemplares. ¿Qué pasó en estos casos? ¿Dónde están los responsables de estos crímenes?
En octubre de 2024, Colombia se estremeció con el asesinato de Alexis Delgado, un niño de apenas 2 años cuyo cuerpo fue hallado en la vereda Los Ríos, en San Cayetano. La macabra escena dejó perplejas a las autoridades y consternó a toda la comunidad. El Rastro conoció la historia.
La vida del pequeño nunca fue sencilla. Desde su nacimiento estuvo marcada por la precariedad, pues su madre biológica, Luz Angélica Ramírez, atravesaba serias dificultades económicas y confesó a la P olicía haber enfrentado problemas de drogadicción. Ante este panorama, la Comisaría de Familia de Tocancipá intervino y, en octubre de 2022, cuando Alexis tenía apenas ocho meses, decidió retirarle la custodia a la mujer, de 28 años.
La custodia fue otorgada a su tía, Yeimy Katerin Ramírez, y a su pareja, Carlos Herrán Rodríguez. Sin embargo, debido a que Yeimy aún era menor de edad, la custodia legal recayó en su compañero sentimental, un joven de 26 años oriundo de Tolima, quien trabajaba en una finca y asumió la responsabilidad de cuidar y educar al pequeño.
El 18 de octubre de 2024, se reportó la desaparición del pequeño. Yeimy Katerin, tía del menor, manifestó que había salido muy temprano de casa, dejando a Alexis bajo el cuidado de su pareja. Carlos Herrán, por su parte, reportó que había dejado a Alexis en un cuarto mientras él terminaba labores de ordeño. Sin embargo, al regresar, afirmó que el menor ya no se encontraba allí.
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Se inició una intensa búsqueda: más de 73 uniformados y vecinos campesinos recorrieron minuciosamente las zonas boscosas y montañosas. Al principio, la Policía tuvo la hipótesis de que “el niño se había extraviado, que había salido a jugar y quizás se había caído”. Sin embargo, al no hallar rastro alguno, la investigación se inclinó hacia un posible secuestro. La primera sospechosa fue la madre biológica, quien, según familiares, venía reclamando la custodia de su hijo de manera insistente y en tono amenazante: “¿Dónde está mi hijo? Se los voy a quitar”.
Luz Angélica negó haber tenido algo que ver con la desaparición de su hijo. La abuela del menor, respaldó la versión de la joven madre, aclarando que Angélica buscaba recuperar la custodia de forma legal, pues “ella no se va a robar al bebé. Ella quería trabajar, ahorrar plática y recuperar a su hijo, porque ese era su pensado. Ella estaba muy juiciosa”.
Las sospechas de los investigadores pronto se dirigieron nuevamente hacia Carlos Herrán. El subintendente Wilson Cárdenas advirtió que su versión no coincidía con los testimonios de los vecinos, quienes aseguraron que, la noche de la desaparición, lo vieron “tomando licor” y no mostró ninguna preocupación por el menor.
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Erika Rodríguez, dueña del lugar, relató que le preguntó por Alexis, y él le dijo: “Que lo había dejado en la casa viendo televisión. Le dije ‘¿No le da miedo dejarlo solo?’ y me dijo ‘No’”.
Además, su actitud durante la búsqueda despertó aún más sospechas. Finalmente, ante la presión de las autoridades, Carlos Herrán confesó lo ocurrido. En un principio intentó sostener que se trataba de un accidente, pero pronto la verdad salió a la luz.
Cuarenta y ocho horas después de la desaparición, Carlos Herrán reveló la ubicación exacta del cuerpo del pequeño Alexis Delgado, el cual presentaba claros signos de violencia. “El niño sufrió tortura, abuso sexual, e inclusive en uno de los golpes de la tortura se produjo su muerte”, explicó el investigador.
El 24 de octubre de 2024, las autoridades capturaron a Carlos Herrán, señalado por los delitos de homicidio agravado, acceso carnal violento y tortura contra un menor de 14 años. Sin embargo, el acusado no aceptó los cargos.
Debido a la contundencia de las pruebas en su contra, Carlos Herrán fue condenado a 56 años y 6 meses de prisión por el atroz crimen. Actualmente, cumple su pena en la cárcel de máxima seguridad de El Barne, en el departamento de Boyacá.
Días antes, el 29 de septiembre de 2024, la desaparición y feminicidio de Sofía Delgado, una niña de 12 años, estremeció al corregimiento de Villagorgona, municipio de Candelaria, Valle del Cauca. Séptimo Día investigó el caso.
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Sofía salió de la casa de su abuela para ir a buscar un champú para perro, pero nunca regresó. Su madre, Lady Zúñiga, y su padre, Cristian Andrés Delgado, se alarmaron al notar que la menor no había regresado a casa. De forma rápida, sus seres queridos iniciaron la búsqueda en parques y cañales cercanos a la zona, pero no obtuvieron respuesta.
Las autoridades obtuvieron videos de una cámara de seguridad en los que se observa a la pequeña Sofía Delgado caminando sola por el barrio La Victoria, minutos antes de su desaparición. Allí también se puede identificar la ropa que tenía puesta la menor ese día: una blusa morada y una pantaloneta blanca.
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Durante esos días, la familia de Sofía tuvo contacto con el confeso feminicida, Brayan Campo. En entrevista con Séptimo Día, Lady Zúñiga recordó que un familiar habló con él y que Campo actuó “como si nada, como si no hubiera pasado nada”.
Al investigar a Brayan Campo, las autoridades hicieron un descubrimiento perturbador: Campo ya había estado en la cárcel en el municipio de Florida, Valle, entre 2018 y 2019, acusado del delito de acto sexual con menor de 14 años.
El agresor había sido capturado por el intento de abuso en 2018, pero quedó en libertad en abril de 2020 por vencimiento de términos. La madre de Sofía, al enterarse de su captura, se mostró “aterrada, una persona con máscara, pero vestida de oveja, que no aparentaba lo que era”.
Durante los días de búsqueda, Brayan Campo se mostró colaborativo con la policía. Sin embargo, el 4 de octubre de 2024 las autoridades le incautaron un celular y realizaron una inspección en su local. En el baño, los peritos forenses encontraron un trapero y una escoba aún húmedos; las pruebas confirmaron la presencia de fluidos biológicos que, según los análisis, correspondían a Sofía Delgado.
El 17 de octubre de 2024 fue hallado el cuerpo de la menor desaparecida. Estaba enterrado en un cañaduzal de una zona rural cercana al casco urbano de Villagorgona, lugar donde se perdió su rastro. Brayan Campo fue capturado.
El 2 de mayo de 2025, un día antes de lo que habría sido el cumpleaños número 13 de Sofía Delgado, su feminicida fue condenado a 58 años y tres meses de prisión. En un comunicado, la familia de la menor manifestó que “se hizo justicia" y agradeció públicamente a sus abogados por “hacer posible esta sentencia tan alta”.
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La Fiscalía imputó a Brayan Campo los delitos de secuestro, feminicidio y ocultamiento de material probatorio, cargos que él aceptó. Por estos hechos recibió una de las penas más altas en la historia judicial del país. Además, se le impuso una segunda condena de 10 años y 7 meses por un caso de abuso sexual ocurrido en 2018.
Brayan Campo fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad La Tramacúa, en Valledupar, donde cumple su condena.