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En una sociedad donde la comunicación verbal domina las interacciones, el lenguaje corporal sigue siendo el factor decisivo para generar confianza y credibilidad. Antes de que una palabra sea pronunciada, el cuerpo ya ha emitido señales que influyen en la percepción y en la toma de decisiones. Noticias Caracol consultó con Claudia Merino, consultora internacional en imagen y coach en presencia ejecutiva, quien define este fenómeno como “la economía silenciosa del cuerpo”, un sistema de señales que no se mide en cifras, pero que determina resultados en liderazgo, negociación y ventas.
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Según la experta, el lenguaje corporal no solo acompaña el discurso, sino que lo antecede y lo condiciona. Una postura firme puede abrir puertas antes de que se exponga un argumento. Por el contrario, ciertos gestos transmiten inseguridad y pueden neutralizar incluso el mensaje más sólido. Identificar estas señales y corregirlas es una inversión estratégica para cualquier profesional que aspire a influir y liderar.
Claudia compartió cinco gestos frecuentes que comunican inseguridad y dio recomendaciones prácticas para transformarlos en recursos de presencia y autoridad.
La mirada es el primer puente de conexión. Cuando se desvía o se evita, se genera percepción de falta de confianza o desinterés. Este gesto puede afectar la credibilidad en los primeros segundos de interacción. La recomendación es entrenar la mirada en conversaciones breves. Mantener contacto visual durante intervalos naturales, sin fijación excesiva.
El cuerpo proyecta cómo se asume el espacio. Una postura cerrada reduce autoridad y credibilidad, incluso antes de iniciar el diálogo. La forma en que se sostiene el cuerpo comunica seguridad o vulnerabilidad. El consejo que brinda Claudia es practicar alineación postural consciente. Pies firmes, hombros abiertos y respiración profunda antes de interactuar.
Los gestos compulsivos revelan tensión y distraen la atención del mensaje. Este comportamiento puede restar fuerza al discurso y generar incomodidad en el interlocutor. La experta recomienda sustituir movimientos automáticos por gestos intencionales. Apoyar las manos sobre la mesa o mantenerlas visibles con naturalidad.
Una sonrisa fuera de lugar puede interpretarse como nerviosismo. Cuando la expresión facial no coincide con la situación, se proyecta falta de control emocional. Claudia Merino recomienda gestionar la expresión facial según el tono de la conversación. Practicar neutralidad profesional en momentos críticos.
La voz es parte del lenguaje corporal. Variaciones abruptas en tono o volumen reducen percepción de control y autoridad. Este gesto puede afectar la claridad del mensaje y la confianza que se transmite. La experta aconseja ejercitar respiración diafragmática y pausas estratégicas para estabilizar la voz.
La presencia ejecutiva no depende únicamente del discurso. Cada gesto, cada movimiento, cada pausa corporal construye o erosiona credibilidad. Claudia Merino enfatiza que el cuerpo vende antes que la palabra. Dominar la economía silenciosa del cuerpo es una competencia esencial para liderar, persuadir y generar confianza en entornos profesionales. Invertir en esta dimensión no es accesorio: es estratégico.
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Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos.
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