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El pasado sábado 4 de octubre, la ciudad de Miami fue anfitriona del Festival de la Hispanidad, una celebración que consolidó la importancia del folclor y las tradiciones latinoamericanas en el sur de Florida. El encuentro prometía ser una cita inolvidable de sabor, danza y cultura, impulsada principalmente por el restaurante Sabores Chilenos.
El festival busca conmemorar las tres décadas de trayectoria del sitio de comida, un negocio levantado por Ingrid Encina, quien se ha destacado como una incansable promotora de la cultura latina desde su llegada a la ciudad en 1987 junto a su esposo.
El epicentro artístico del Festival de la Hispanidad se concentró en la danza folclórica. El evento reunió a varias de las agrupaciones más representativas de la región, destacando la participación del Ballet Folklórico Antumapu de la Universidad de Chile, una compañía que celebra 50 años de trayectoria como embajadora cultural.
La visita de la delegación del Ballet Antumapu a Miami incluyó actividades previas al festival. Recientemente, su director artístico y coreógrafo, Óscar Ramírez, junto a otros miembros, fue recibido en el Consulado de Chile en Miami, en un encuentro que sirvió como reconocimiento a su valioso trabajo cultural. Además, la agrupación había ofrecido una presentación en el icónico Bandshell de Miami Beach, un espectáculo que reunió a más de mil asistentes y que fue posible gracias al apoyo de instituciones como FUNDarte, Fundación Rhythm, y el Auditorio del Condado de Miami Dade. Este intercambio cultural fue gestionado por Fernando Sánchez y contó con el liderazgo del Cónsul General, Daniel Ortiz, y la colaboración de Paola Lagos.
Junto al Ballet Antumapu, el Festival de la Hispanidad contó con la presencia del Ballet Azteca y el Ballet Perú Folklore. Además, bailarines especializados deleitaron al público con presentaciones de tango y flamenco, cubriendo un amplio espectro de expresiones artísticas hispanas y sudamericanas.
El alma del evento reside en la figura de Ingrid Encina. La celebración del festival se enmarca en el significativo Mes de la Herencia Hispana y refleja la vida de esta emprendedora dedicada a mantener vivas sus raíces. Encina expresó que promover la cultura en Miami le produce una gran felicidad, reconociendo a la ciudad como un lugar especial para honrar las tradiciones, la música y la gastronomía hispana.
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Su labor va más allá de ofrecer platos auténticos; busca que su restaurante conecte a generaciones con su tierra de origen. Encina confesó que uno de sus mayores sueños es conectar con la nueva generación de latinoamericanos, incluyendo a los hijos de chilenos nacidos en Miami, muchos de los cuales han descubierto su herencia chilena a través de la comida ofrecida en Sabores Chilenos.
La historia de Encina representa la de muchos inmigrantes que han construido un puente cultural en Estados Unidos. Ella misma asegura que llevar las raíces "a flor de piel" no es una obligación, sino un privilegio diario que la llena de felicidad.
ANDRÉS FELIPE ADAMES RESTREPO
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