En la selva colombiana, hogar de casi dos mil especies de aves, se esconde un tesoro volador que despierta la admiración de los pajareros del mundo. Entre el bullicio de plumajes multicolores, avistar al majestuoso águila arpía menor es un sueño que pocos logran realizar.
“Yo alcé la mirada, y vi que pasó una sombra, y vi que era el águila. Y dije: aquí está, aquí está, vamos a dispararle. Eso sí le metí el gatillo en una sola detona' y le arranqué un plumero de la cola”, mencionó Diego Andrés Polo.
Polo y su familia han subsistido hasta ahora del campo en Tierralta, Córdoba. Sin embargo, lo que ellos no sabían es que tenían una riqueza aún más grande cerca de su vivienda. Un tipo de águila muy difícil de encontrar. Existen dos tipos: la arpía y la arpía menor.
Estas dos especies suelen vivir en lo más alto de los árboles, ahí construyen sus nidos que se aproximan hasta los 2 metros de diámetro. Sin duda, un tipo de ave magnífica.
En Colombia están matando a las águilas arpía, hay muchos mitos alrededor de esta ave, pues se oye decir que son brujas que se comen a los bebés ya las gallinas, un relato que no es para nada cierto. Lo que sí, es que se alimenta de otros animales como monos, osos perezosos y otras especies que viven en los árboles.
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Sin embargo, para la familia Polo ha cambiado la manera de ganar dinero con el ave, y es que se ha ofrecido al turismo y al cuidado de esta especie tan diversa en nuestro país.
“Es un buen negocio porque imaginas atraer mucha gente de diferentes partes del mundo. Viene un turista de lejos, de por allá, vea aquí tiene la propina de 50, 100, 200 mil pesos”, afirmó Ladislao Polo, abuelo de Diego.
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Hay muchos otros turistas que llegan a pagar hasta $3 millones al día, por ver un águila arpía en la naturaleza , es todo un lujo para los amantes de las aves en el mundo. No obstante, los animales que viven en el bosque de Nudo de Paramillo han estado a salvo de la depredación debido a la presencia de grupos armados que han hecho que pocas personas entren a estos lugares para poder cazar.
La zona ha ido mejorando para que los visitantes puedan andar sin que peligren sus vidas. Sin embargo, hay que ir con un grupo de especialistas que conocen el territorio y explican la maravilla de la diversidad de aves que tienen bajo monitoreo.
Diego cambió la escopeta por los binoculares, y fue así como empezó a cuidar y preservar la especie. Claro, que detrás había una buena razón de sustento económico para su familia. Con las recomendaciones y bajo la vigilancia de biólogos han logrado que el ave pueda reproducir huevos, y, por tanto, aumentar la especie, lo que sería cumplir con el objetivo de la conservación.
Algunas de las águilas más afectadas se encuentran en una reserva en Cota, Cundinamarca. Ellos se encargan de cuidar y ayudar a las aves heridas. “Son animales donde todo este proceso lleva tiempo. Son animales territoriales que no llegan en pareja, entonces los que han llegado que son víctimas de accidentes y que no pueden volar son remitidos acá. Estamos tratando de conformar las parejas para su reproducción”, mencionó Sandy Zangen, propietaria del Bioparque la Reserva.
Adicional, brindando algunas recomendaciones para aquellas personas que vean algún águila herida cerca de su hábitat , entre ellos: no cogerla de manera inmediata, acordonar un área entre la misma comunidad para evitar el estrés del animal, mantener distancia y no molestar.
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