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Cabezote Los Informantes

Rafael Moreno, el periodista que se enfrentó a la corrupción y lo pagó con su vida

Rafael Moreno, periodista asesinado en Montelíbano, Córdoba, nunca huyó del peligro ni cedió ante las amenazas. Su trabajo lo convirtió en una voz incómoda para los clanes mafiosos de la región.

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Rafael Moreno Garavito era un periodista sin miedo, fue asesinado el 16 de octubre de 2022 en su oficina en Montelíbano, Córdoba. Un sicario le disparó en la cabeza, cumpliendo una amenaza que Rafa, como lo llamaban, había recibido por hacer bien su trabajo. Su labor periodística desafiaba a los clanes mafiosos que se enriquecen con la plata pública, y él no estaba dispuesto a quedarse callado.

“Mi esperanza era llegar y encontrarlo vivo. Yo le revisé su cabello, sus manos, todo, buscando que fuera mentira, de que fuera una farsa”, recordó Kiara Sánchez, su esposa.

Pero Rafa no huyó ni se escondió ante las amenazas, muy fiel a su carácter. Kiara lo recuerda así: “Teníamos más miedo nosotros, los familiares, que él. Nunca le tuvo miedo a la muerte”.

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A sus 35 años, Rafael era una especie de quijote cordobés, que caminaba con una cámara en una mano y documentos en la otra, denunciando las irregularidades que encontraba.

“Rafa, ¿por qué publicaste esto? Cuidado”, le advirtió su esposa. Pero él siempre respondía: “No amor, no me va a pasar nada”.

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Rafael Moreno comenzó su carrera como veedor público, sin títulos, pero con una voluntad inquebrantable. Fundó el portal Las voces de Córdoba, desde donde hacía denuncias que incomodaban a los poderosos. Una de sus últimas investigaciones estaba centrada en la construcción del estadio de fútbol en Puerto Libertador, un proyecto lleno de irregularidades.

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A pesar de las amenazas, Rafael no bajó la guardia. Por un tiempo tuvo escoltas y una camioneta blindada proporcionada por la Unidad Nacional de Protección (UNP), pero le quitaron la seguridad. Cuando lo asesinaron, andaba a pie por los pueblos de Córdoba, donde la riqueza de las minas de níquel y oro contrasta con la pobreza de sus habitantes.

Una lucha que continúa

Kiara Sánchez, pareja de Rafael desde que eran estudiantes, sabía el peligro que enfrentaba y cuando lo asesinaron esperaba que todo fuera mentira.

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“Yo esperaba la llamada que me dijera ‘amor, estoy escondido en tal parte’”, recordó con tristeza. Pero esa llamada nunca llegó.

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Hoy, la voz de Rafael Moreno sigue gracias su compromiso con la verdad y en el ejemplo que dio a quienes creen en el poder del periodismo.

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