La Policía de Florida asegura que el dispositivo pudo haber grabado algunas palabras de la víctima antes de su muerte, en julio pasado.
El crimen de Silvia Galva, de 32 años, ocurrió en Hallandale Beach.
La policía de esa localidad playera piensa que los dos dispositivos Echo que la mujer tenía en su casa pueden haber escuchado y grabado algunas de las palabras proferidas antes de su muerte, de la que está acusado Adam Reechard Crespo, de 43 años, que era su novio.
Según el periódico Sun Sentinel, Crespo le dijo a la Policía que el día de la muerte de ella ambos estaban discutiendo cuando su novia tomó una lanza que había en la casa.
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Crespo se dio vuelta y cuando volvió a mirar, vio que Galva tenía el arma clavada en el pecho y se la sacó porque pensó que la herida no era tan profunda.
La Policía pidió a Amazon las grabaciones de los dos dispositivos Echo de la casa de Galva y la compañía se las hizo llegar, pero, según dijo un portavoz policial al diario, aún no han terminado de analizarlas.
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Los dispositivos Echo y Echo Dot están alerta permanentemente a la espera de oír la palabra Alexa, pero solo escuchan y graban a partir de esa palabra "despertadora", según explicó un portavoz de Amazon al diario.
Nada es almacenado en la nube si no hay Alexa u otra palabra escogida como activador por los usuarios, dijo el portavoz Leigh Nakanishi.
El pasado 25 de septiembre la multinacional estadounidense Amazon anunció nuevos aparatos inteligentes que operan con Alexa, entre los que destacan unos auriculares inalámbricos, una montura de gafas e incluso unos anillos.
En un evento dedicado al hardware en su sede central de Seattle (estado de Washington, EE. UU.), la compañía que dirige Jeff Bezos reveló también modelos actualizados de su gama de altavoces Echo, incluyendo una versión de gran tamaño con sonido envolvente Dolby Atmos.
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Este año, Amazon celebró su "día grande" de Alexa en un momento en que los asistentes virtuales se han visto salpicados por la polémica, después de que a principios de julio la prensa belga publicara que personas contratadas por Google estaban escuchando algunas de las interacciones que los usuarios mantienen con Google Assistant.
A raíz de aquel caso, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft reconocieron que también vienen haciendo prácticas similares desde el mismo momento en que se pusieron en funcionamiento sus servicios, algo conocido dentro del sector, pero que en muchas ocasiones no ha sido comunicadas de forma precisa o transparente al público.
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