El Vaticano ha negado su existencia, pero ellos no piensan quedarse callados. Incluso se atreven a pedir que se anule el voto de castidad.
“Quiero que la Iglesia reconozca que existimos, la iglesia ha reconocido que la gente se divorcia, que hay homosexuales, es nuestro turno de ser reconocidos”, asegura Léa, hija de un miembro del clero.
Ellos hacen parte de una organización llamada ‘Hijos del silencio’, que no solo busca la aceptación del Vaticano, pues también está detrás de los archivos que la Iglesia guarda sobre sus padres.
Léa y Nathalie, quienes hacen parte de este grupo, recuerdan cómo, siendo niñas, cargaron con la cruz del rechazo a sus espaldas.
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Ahora, desde París, ambas le hacen una pregunta al Vaticano: “¿Por qué la religión provoca tanto odio cuando el amor es el centro de su creación? ¿por qué nos niegan la verdad?”.
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