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Durante las últimas horas de este miércoles, 24 de septiembre de 2025, ocurrieron varios temblores en Venezuela que han generado preocupación en diversas regiones del país y en zonas limítrofes de Colombia. Los movimientos telúricos, que alcanzaron magnitudes superiores a 6.0 en la escala de richter, fueron ampliamente percibidos en ciudades como Caracas, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto y San Cristóbal, así como en localidades colombianas como Bucaramanga, Cúcuta y Barranquilla.
La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), el Servicio Geológico Colombiano y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) han confirmado que el epicentro de los principales eventos sísmicos se localizó en la localidad de Mene Grande, en el estado Zulia. Esta zona, ubicada en el occidente de Venezuela, es fronteriza con Colombia y forma parte de una región geológicamente activa debido a la interacción entre la placa del Caribe y la placa Sudamericana.
El estado Zulia, particularmente la localidad petrolera de Mene Grande, ha sido identificado como el epicentro de los sismos más significativos registrados el 24 de septiembre. Uno de ellos, de magnitud 5.4, ocurrió a las 18:21 hora local, seguido por un evento sísmico más potente, de magnitud 6.3, registrado a las 22:51. Ambos movimientos fueron catalogados como superficiales, con profundidades que oscilaron entre los 7.8 y los 26.5 kilómetros.
La ubicación de Mene Grande, a unos 45 kilómetros al este de Bachaquero y cerca del Lago de Maracaibo, explica la amplia percepción del sismo en zonas urbanas y rurales del occidente venezolano. Esta región, además de ser fronteriza con Colombia, alberga importantes infraestructuras petroleras, hospitales y centros religiosos que sufrieron daños estructurales tras los eventos sísmicos.
Las autoridades locales, encabezadas por el gobernador del estado Zulia, Luis Caldera, han reportado daños en diversas edificaciones. Entre los más afectados se encuentran el Hospital Luis Razetti en Pueblo Nuevo, el Hospital General del Sur, el puente de San Pedro y la Iglesia Santa Bárbara en Maracaibo, cuya torre sufrió desprendimientos visibles.
En barrios de Maracaibo y otras localidades zulianas, se registraron fisuras en viviendas, caída de objetos, cortes eléctricos y colapso de semáforos. El Instituto San José en Lagunillas también reportó daños significativos. A pesar de la magnitud de los sismos, no se han confirmado víctimas fatales, aunque sí se han documentado casos de personas afectadas emocionalmente y evacuaciones preventivas en edificios residenciales y comerciales.
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"Felizmente no se han reportado pérdidas humanas, pero el presidente Nicolás Maduro, en atención de este enjambre sísmico, ha desplegado el sistema de protección civil en todo el país", dijo Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, en un contacto telefónico con el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).
El gobernador del Zulia, el chavista Luis Caldera, dijo este miércoles a EFE que las autoridades de la región están evaluando los daños en diversas infraestructuras, como hospitales, iglesias y puentes, tras un sismo de magnitud 5,4 que se sintió en esa región.
El impacto de los sismos no se limitó al territorio venezolano. En Colombia, ciudades como Medellín, Bucaramanga, Maicao y Santa Marta también sintieron los temblores. Las autoridades colombianas activaron protocolos de emergencia, incluyendo evacuaciones en zonas costeras y urbanas cercanas a la frontera. La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD) y los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo (CMGRD) realizaron inspecciones para verificar posibles afectaciones. Aunque se descartó la amenaza de tsunami en la costa Caribe colombiana, se mantuvo la alerta ante posibles réplicas.
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La región occidental de Venezuela, especialmente los estados Zulia, Trujillo, Mérida y Táchira, se encuentra en una zona de alta actividad sísmica debido a la interacción tectónica entre la placa del Caribe y la placa Sudamericana. Esta configuración geológica genera acumulación de tensiones que, al liberarse, provocan movimientos telúricos de diversa magnitud.
El patrón de actividad observado el 24 de septiembre corresponde a una secuencia sísmica, es decir, una serie de eventos relacionados que ocurren en un corto intervalo de tiempo. Este fenómeno no es inusual en zonas tectónicamente activas, pero la intensidad y frecuencia de los sismos recientes han reactivado la preocupación entre autoridades y ciudadanos.
Las instituciones encargadas del monitoreo sísmico, como Funvisis y el Servicio Geológico Colombiano, han mantenido actualizaciones constantes sobre la evolución de la actividad sísmica. Se ha insistido en la importancia de seguir las recomendaciones de protección civil, que incluyen:
Equipos de Protección Civil, ingenieros y técnicos municipales se encuentran desplegados en las zonas afectadas para evaluar daños y coordinar acciones de respuesta. La prioridad es garantizar la seguridad de la población y restablecer los servicios básicos en las áreas comprometidas.
Venezuela tiembla con frecuencia debido a su ubicación en una zona de contacto tectónico activa. Aunque no forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico —una región que rodea el océano Pacífico y concentra gran parte de la actividad sísmica y volcánica del planeta—, el país está situado en el límite entre dos placas importantes: la placa del Caribe y la placa Sudamericana. Esta interacción genera tensiones geológicas que se liberan periódicamente en forma de sismos.
La actividad sísmica en Venezuela se concentra principalmente en el occidente y en la región andina, donde se encuentran varias fallas geológicas activas. Entre ellas destacan la falla de Boconó, que atraviesa los estados Mérida, Trujillo y Táchira; la falla de Oca-Ancón, ubicada en el estado Zulia; y la falla de El Pilar, en el oriente del país. Estas estructuras tectónicas son responsables de muchos de los movimientos telúricos que se registran en el territorio nacional. Cuando las placas se deslizan, chocan o se acomodan, liberan energía acumulada que provoca los temblores.
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Además, muchos de los sismos que ocurren en Venezuela son superficiales, es decir, se originan a poca profundidad bajo la corteza terrestre. Esto hace que se sientan con mayor intensidad en la superficie, incluso si su magnitud no es extremadamente alta. Por esta razón, temblores de magnitud moderada pueden causar daños materiales y ser percibidos por amplias zonas de la población.
A diferencia de otros países sísmicamente activos, Venezuela no tiene volcanes activos. Su actividad sísmica está relacionada exclusivamente con el movimiento de placas tectónicas y fallas geológicas, no con procesos volcánicos. Esto la distingue de naciones como Chile, México o Indonesia, donde los terremotos suelen estar acompañados de actividad volcánica.
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ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL
Con información de EFE