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La historia de Gerard McAliece, un hombre de 68 años, le está dando la vuelta al mundo. El sujeto de Kilmalcolm, Escocia, padeció por años una rara enfermedad que hizo que su nariz creciera sin parar, llegando al punto de necesitar una cirugía para poder volver a comer y besar a su esposa.
La vida de McAliece transcurría con normalidad hasta sus 60 años, cuando empezó a notar cambios en su nariz. "Simplemente siguió creciendo y creciendo y, en la medida de lo posible, traté de ignorarlo", explicó el hombre a The Mirror.
Pasados seis años, la nariz de Gerard había crecido tanto que colgaba sobre su boca, impidiéndole comer y besar a su esposa. Además, se convirtió en un tema que afectaba su autoestima y limitaba su interacción con otras personas.
"La gente empezó a mirarme fijamente, y algunos se daban la vuelta", recordó, pero eso no era lo que más le afectaba. Gerard temía que sus nietos fueran juzgados por la apariencia de su abuelo. "No quiero hacerles daño, pero a esa edad no tienen malicia ni filtros. Solía preocuparme mucho en las fiestas de cumpleaños de mis nietos: ¿qué pensarían sus amiguitos?".
Los médicos determinaron que el abuelo sufría de un caso grave de rinofima, una enfermedad causada por la proliferación de glándulas sebáceas en la nariz y el tejido conectivo subyacente, lo que provoca hinchazón severa, enrojecimiento y bultos.
Al saber lo que causaba el crecimiento anormal de su nariz, Gerard acudió al médico para saber si había algo que podían hacer. "Me preguntaron si podía respirar y dije que sí. Me respondieron: 'Entonces, no hay problema'". Esa respuesta lo desmotivó y aumentó su inseguridad, pensando que tendría que seguir viviendo de esta manera.
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"Después de eso no lo hablé con mi médico de cabecera porque pensé que no harían nada al respecto, ya que lo considerarían cosmético. No soy una persona insistente y no espero que nadie me haga las cosas. Hay cosas más importantes en juego", señaló.
Carol McAliece, esposa de Gerard, notó que la situación de su pareja era cada vez más difícil. Aunque no estaba viendo afectada su salud por el crecimiento desenfrenado de su nariz, su autoestima era cada vez más baja y ella veía cómo cada vez Gerard pasaba menos tiempo con su familia y evitaba los encuentros con otras personas.
Investigó y encontró la Clínica Ever de Glasgow, reconocida por casos exitosos tratando rinofima y logró agendarle una cita. Cuando Gerard llegó al centro médico la reacción de estos profesionales fue completamente diferente a la de sus médicos. "Dijeron que era el trabajo más grande que habían abordado jamás y que iba a ser un verdadero desafío. Fue un gran shock para ellos".
Por fortuna, los médicos le dijeron que podían ayudarlo y contaban con poder hacerlo en una sola sesión. "La operación duró más de cuatro horas", reveló el hombre. En la operación los especialistas lograron eliminar el exceso de piel de Gerard y hacer que su nariz tuviera un tamaño más proporcional a su rostro.
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"El resultado ha sido fantástico. Ha transformado mi vida por completo. Carol dice que he vuelto a ser el hombre que era. Ahora hablo con la gente, salgo a tomar una pinta y disfruto de comidas en restaurantes, algo que no hacía desde hacía años", señaló el abueno al ver el resultado de la operación.
Por su parte, Jonathan Toye, director general de Ever Clinic, afirmó: "Gerard fue, sin duda, el caso más avanzado de rinofima que hemos visto en Ever Clinic. Desafortunadamente, tuvo dificultades para encontrar la ayuda que necesitaba a través del NHS , y esto es algo que vemos con demasiada frecuencia".
MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL