Uno a uno se contagiaron con el COVID-19 por lo que, incluso enfermos, debían cuidarse entre todos. Ahora están más juntos que nunca.
La primera que enfermó fue Irene, la mamá. Empezó a sentirse mal ya que tenía los síntomas típicos. Al hacerse la prueba y dar positivo, todos se dieron cuenta de que estaban infectados. La decisión fue encerrarse todos juntos en su casa en Valladolid, España.
“Mi mujer enfermó unos días antes que yo, ella iba por delante. Yo iba viendo lo que a mí me iba pasar, entonces coincidía que siempre que ella estaba muy mal yo estaba un poquito mejor y al revés”, contó José María Cebrián, padre de la familia.
El momento más difícil fue cuando José María presentaba deficiencias en su respiración mientras Irene, también en medio de su enfermedad, hacía un esfuerzo doble por atender a los niños.
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“Tienes un niño vomitando, afortunadamente el primero ya está saliendo de esto, pero está cayendo otro y yo tuve una sensación de descontrol, que se nos iba de las manos”, recordó el español.
Esta situación también les recordó el valor de la familia ya que otros seres queridos les dejaban comida en la puerta para que pudieran alimentarse.
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Mientras tanto, en casa, los hijos mayores fueron de gran ayuda. Cuando ni José María ni Irene lograban levantarse, debían encargarse del resto de sus hermanos y establecer el orden en el hogar.
Ahora que están sanos siguen en aislamiento preventivo por el impacto delCOVID-19 en ese país y, gracias a lo que pasaron juntos, se sienten más unidos que nunca.