Por primera vez, Joe Biden asume el atril de las Naciones Unidas como jefe de Estado del país más poderoso del mundo, cuyo liderazgo, puesto en duda recientemente, defendió y reafirmó. Trazó así lo que es el interés nacional de Estados Unidos.
No estamos buscando una nueva guerra fría, o un mundo dividido en bloques rígidos. Estados Unidos está lista para trabajar con cualquier nación que dé un paso adelante y persiga soluciones pacíficas a retos compartidos.
Sin mencionarla, pero respondiendo al llamado del secretario general Antonio Guterres sobre evitar una guerra fría, el mensaje de Biden iba dirigido especialmente hacia China, con quien habrá competencia pero no en el campo militar.
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A Estados Unidos le quedó claro, luego de 20 años de guerra en Afganistán y del gigantesco reto de este siglo de hacer frente a la pandemia, que los esfuerzos deben ser en otra dirección.
El poder militar de Estados Unidos debe ser una herramienta de último resorte. Las bombas y las balas no nos pueden defender contra el COVID-19 o sus futuras variantes. Para luchar contra esta pandemia necesitamos un acto colectivo de ciencia y voluntad política.
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Para Biden hay una condición que configura un punto de inflexión en el mundo: los autoritarismos. Allí les hizo un homenaje a los manifestantes pacíficos de todo el mundo, cuyos gritos, dijo, han tratado de ser acallados mediante la violencia.
La verdad es que el mundo democrático está en todas partes. Vive en activistas anticorrupción, defensores de derechos humanos, periodistas, manifestantes pacíficos. En los frentes de lucha en Bielorrusia, Birmania, Siria, Cuba, Venezuela…
Reiteró que para Estados Unidos la solución al conflicto entre Israel y Palestina pasa necesariamente por la fórmula de dos estados.
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Y que Estados Unidos está preparada a volver a cumplir plenamente con el acuerdo nuclear con Irán si la república islámica hace lo propio.
Joe Biden también se comprometió a trabajar con el Congreso para aumentar los recursos de asistencia a los países en desarrollo a más de 11 mil millones de dólares, con el fin de hacer frente a la amenaza del cambio climático.