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El rover Perseverance de la Nasa ha emprendido un viaje trascendental en la superficie de Marte, adentrándose en una región geológica conocida como "megabrecha". Este nuevo y desafiante terreno, situado al noroeste de la cresta Soroya en el cráter Jezero, representa una oportunidad sin precedentes para develar los misterios de la historia temprana del planeta rojo. La exploración sistemática de estas rocas ha comenzado en un punto específico denominado 'Scotiafjellet', con la expectativa de que cada fragmento ofrezca valiosas pistas sobre el pasado.
La megabrecha, un término geológico que describe una mezcla caótica de fragmentos rocosos rotos, de acuerdo con la Nasa, es el resultado probable de antiguos impactos de asteroides. Los científicos de la misión creen que algunos de estos bloques podrían haberse originado en el gigantesco evento de impacto de Isidis, que formó un cráter de aproximadamente 1.930 kilómetros de ancho al este de Jezero. Esta teoría sugiere una conexión entre la geología local del cráter Jezero y la historia regional más amplia de la cuenca de Isidis, permitiendo entrelazar observaciones específicas con la evolución global de Marte. El 31 de agosto de 2025, el rover ya estaba capturando imágenes del área de trabajo de Scotiafjellet con su cámara de navegación.
La misión Mars 2020 de la Nasa, de la cual Perseverance es una pieza central, tiene como uno de sus objetivos principales la búsqueda de signos de vida pasada en Marte. Para ello, el rover ha estado recolectando muestras y estudiando diversas formaciones geológicas. Las rocas de la megabrecha se perfilan como algunas de las más antiguas que Perseverance haya encontrado, precediendo a los depósitos deltaicos y volcánicos que había explorado previamente en el cráter Jezero. Esto las convierte en una ventana única hacia un período fundamental en la evolución de Marte. El sofisticado sistema de cámaras Mastcam-Z del Perseverance, reconocido por su capacidad de zoom y alta resolución, no solo permite capturar detalles minúsculos cerca del vehículo, sino también obtener impresionantes vistas panorámicas, como el mosaico de 360 grados de 96 imágenes captado en Falbren, cerca del cráter G0.
El estudio de esta megabrecha es crucial por varias razones. Si las hipótesis de los científicos se confirman, estas rocas podrían contener fragmentos del material de la corteza profunda del planeta, brindando una visión rara del interior de Marte. Además, al ser potencialmente las rocas más antiguas accesibles, podrían revelar hasta qué punto el agua estuvo presente en el Marte primigenio, una pregunta fundamental en la búsqueda de evidencia de vida pasada. Cada fragmento de roca en Scotiafjellet es un potencial tesoro de información, capaz de ofrecer una perspectiva directa de los primeros capítulos de la formación y evolución de Marte. La capacidad del rover para analizar estos materiales in situ y recolectar muestras para un posible retorno a la Tierra potencia aún más el impacto de esta exploración.
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Esta nueva fase de la misión Perseverance promete enriquecer significativamente la comprensión de Marte. Al sumergirse en este terreno intrincado y antiguo, el rover no solo está recopilando datos, sino que está construyendo un relato detallado de cómo era el planeta en sus albores. Los resultados de esta exploración en la megabrecha de Jezero serán clave para delinear la historia geológica y climática de Marte, acercando un paso más a responder la pregunta fundamental sobre la existencia de vida más allá de la Tierra. Los ojos del mundo están puestos en cada movimiento de Perseverance, mientras continúa su incansable labor en la frontera final de la exploración planetaria.
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ANDRÉS FELIPE ADAMES RESTREPO
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