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El miércoles, 12 de noviembre de 2025, el clima en la Tierra no fue el único que estuvo bajo estricta vigilancia. El Sol nos envió una amenaza poderosa que puso en alerta a gobiernos y a operadores de sistemas tecnológicos esenciales en todo el mundo. Aunque la gente lo llama una "gigantesca llamarada solar," los expertos del Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) lo identificaron como algo aún más grande: una tormenta geomagnética de nivel G4 (severa), causada por el paso de una inmensa nube de material caliente expulsado del Sol, conocida como Eyección de Masa Coronal (CME).
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Este evento, que alcanza su punto máximo en las horas de la noche (01:20 UTC del 12 de noviembre, equivalente a las 8:20 p. m. EST del día anterior), es una de las mayores preocupaciones en la era tecnológica. Una tormenta de esta magnitud no solo crea auroras boreales espectaculares, sino que puede interferir seriamente con los sistemas que mantienen funcionando nuestro mundo moderno.
Para entender lo que ocurrió, debemos ver al Sol como un gigantesco motor que a veces lanza chorros de energía y material. Cuando el Sol tiene una explosión muy fuerte, lanza al espacio una "nube" enorme de plasma y campos magnéticos. A esto lo llamamos Eyección de Masa Coronal (CME). Cuando esa nube viaja a millones de kilómetros por hora y golpea el campo magnético de la Tierra, crea una tormenta geomagnética. El 12 de noviembre, la Tierra estaba experimentando el paso continuo de esa nube.
Los científicos usan la Escala G de NOAA para medir qué tan grave es el impacto de una tormenta solar. Esta escala va del 1 al 5.
La alerta inicial es una vigilancia para un potencial nivel G4 (Severo). Poco después, se confirmó que el impacto alcanzó ese nivel. Los niveles G4 son tan fuertes que se asocian con un índice de actividad planetaria (Kp) igual a 8 o 9-.
Incluso después de ese pico, la situación no mejoró inmediatamente. Los informes de la mañana del 12 de noviembre (13:27 UTC) indicaban que se continuaba observando una tormenta G3 (Fuerte). Además, se esperaba que los niveles de tormenta continuaran variando entre G1 (menor) y G4 (severa) durante toda la noche. Esto significaba que el golpe del Sol no era un evento de un solo instante, sino una ráfaga continua.
El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de NOAA existe para proteger a comunidades cruciales que dependen de la tecnología que se ve afectada por estas tormentas. Cuando el Sol lanza una G4, estos son los sistemas que corren mayor riesgo de fallar o degradarse:
Este es quizás el riesgo más grave. Una tormenta geomagnética induce o crea "corrientes" en la superficie de la Tierra. Estas corrientes pueden entrar en las líneas de alta tensión de las redes eléctricas. Una tormenta G4 (Severa) puede causar problemas significativos en la transmisión de energía eléctrica, lo que podría llevar a sobrecargas y apagones. El SWPC trabaja constantemente para proporcionar modelos y alertas a los operadores de energía eléctrica.
Todos dependemos del GPS, desde el celular que nos guía hasta los sistemas que usan los aviones y la agricultura de precisión. La precisión del GPS y su capacidad para dar la hora exacta se degradan durante las tormentas solares.
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Esto sucede porque la tormenta altera la capa superior de la atmósfera (llamada ionosfera), por donde pasan las señales de los satélites. Cuando esta capa se agita, las señales se distorsionan, causando fallas en los sistemas de posicionamiento global. El SWPC tiene productos específicos, como el pronóstico CTIPe y GloTEC, que monitorean esta capa atmosférica clave, el Contenido Total de Electrones (TEC).
Las comunicaciones de radio de alta frecuencia (HF) son vitales para la aviación, los servicios de emergencia y las comunicaciones a larga distancia. La actividad solar puede causar dos tipos de interrupción:
Aunque en Estados Unidos se vieron auroras debido a la tormenta geomagnético, en el caso de Colombia, al estar cerca del ecuador, no se esperan auroras boreales, ya que estas solo son visibles en latitudes altas o medias. Sin embargo, sí podrían presentarse algunos efectos:
En Estados Unidos fueron captadas auroras boreales en lugares donde normalmente no ocurren. La tormenta ha sido tan intensa que permitió observarlas en estados como Kentucky, Indiana, Utah, Wisconsin, Colorado, e incluso Florida. Las luces aparecieron en tonos verdes, púrpuras y rojizos, sorprendiendo a observadores y astrónomos.
Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Noticias Caracol.
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ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL