El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ultima los detalles del gran desfile militar que se celebrará este sábado en Washington con motivo del 250 aniversario de las Fuerzas Armadas.
El evento, que coincide con el 79 cumpleaños del mandatario, ha sido criticado por su alto costo y por desarrollarse en un clima de creciente tensión social, motivado especialmente por la política migratoria del Gobierno.
El desfile recorrerá unas nueve manzanas de la capital estadounidense, entre los memoriales a Abraham Lincoln y George Washington. Participarán cerca de 150 vehículos terrestres y 50 aeronaves, entre ellas aviones clásicos de la Segunda Guerra Mundial como el caza P-51 y el bombardero B-25.
También habrá helicópteros de combate AH-1 y tanques M1 Abrams, cuyo paso ha obligado a reforzar el pavimento de las calles con placas de acero y otras medidas especiales para evitar daños en la infraestructura urbana.
El despliegue militar obligará a cortar el tráfico en varias zonas del centro de Washington y afectará temporalmente las operaciones en el aeropuerto Ronald Reagan. Según estimaciones, el evento costará entre 25 y 45 millones de dólares, una cifra que ha sido fuertemente cuestionada en medio de los recortes presupuestarios impulsados por la Administración, incluyendo partidas destinadas a programas para veteranos.
Fuertes críticas por la realización del desfile militar
Distintos sectores han criticado el evento por considerarlo una muestra de poder innecesaria, poco habitual en una democracia como Estados Unidos. Algunos comparan el desfile con los que suelen organizar gobiernos de corte autoritario, como los de Rusia, China o Corea del Norte.
Aunque el despliegue estadounidense será más reducido en número de tropas —unas 6.000— y no incluirá armamento como misiles balísticos, el simbolismo del acto ha generado polémica. “Trump quiere tanques en las calles y una exhibición de dominio televisada para su cumpleaños”, señalaron los organizadores de las más de 2.000 protestas convocadas en todo el país bajo el nombre de 'Día Sin Reyes'.
La celebración se produce en un momento de agitación social. Las redadas migratorias han generado disturbios en ciudades como Los Ángeles, donde el presidente ha autorizado el despliegue de la Guardia Nacional. Además, su reciente aprobación para enviar tropas a la ciudad ha sido criticada por sectores judiciales y defensores de los derechos humanos.
En el plano internacional, el desfile también se ve opacado por el reciente bombardeo de Israel a objetivos militares en Irán, lo que ha reavivado las tensiones en Medio Oriente. La posibilidad de una escalada militar ha puesto al gobierno de Trump en el centro de las miradas, especialmente después de sus advertencias a Teherán para que detenga su programa de enriquecimiento de uranio.
A pesar de las lluvias pronosticadas y del ambiente pesado, Trump ha asegurado que la celebración será “por todo lo alto”. “Si hay protestas, se enfrentarán a una fuerza muy poderosa”, advirtió el presidente durante una rueda de prensa reciente.
Marchas convocadas para este sábado
Mientras en Washington se ultiman los detalles del desfile militar, en los 50 estados del país se han convocado más de 2.000 actos bajo el nombre de 'Día sin Reyes'.
El evento, que coincide con el 79 cumpleaños del mandatario, ha sido tildado por los manifestantes como un espectáculo “para alimentar su ego” y un intento de glorificación personal que desvirtúa el espíritu democrático del país.
“No a los tronos, no a las coronas, no a los reyes”, afirman algunos de los mensajes que circulan en redes, en referencia al uso simbólico del Ejército, fundado para combatir la monarquía británica, como herramienta de propaganda personal.
A propósito, los organizadores han evitado convocar actos en la capital para no reforzar el protagonismo del evento presidencial. En cambio, ciudades como Filadelfia, emblemática por su rol en la independencia estadounidense, se preparan para acoger las protestas más numerosas.
Cabe resaltar que Trump ha amenazado con una “respuesta poderosa” si las manifestaciones llegan a Washington, mientras gobernadores como el de Texas han seguido su ejemplo movilizando fuerzas de seguridad.
Todo esto ocurre en una semana marcada por disturbios en Los Ángeles tras las redadas migratorias, con cientos de arrestos, la intervención de la Guardia Nacional y una batalla legal aún abierta sobre la constitucionalidad de estas acciones.
Camila Ramos
NOTICIAS CARACOL
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