El escritor Gabriel García Márquez hizo historia en Colombia con su novela Cien años de soledad. No solo fue merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1982, sino que también revolucionó la literatura latinoamericana con su estilo único de realismo mágico.La novela, considerada una de las más leídas y traducidas a numerosos idiomas, llegará a la pantalla gracias a Netflix. Hoy, 11 de diciembre de 2024, se estrena la serie que contará con dos partes y promete ser una de las producciones más ambiciosas de la plataforma. La producción, dirigida por Alex García y Laura Mora, busca homenajear al literato diez años después de su fallecimiento. Además, espera transportar a los espectadores al mágico pueblo de Macondo, donde la familia Buendía vive sus extraordinarias aventuras.(Lea también: Cien años de soledad en Netflix: detalles de la historia, hora y fecha de estreno)¿Cómo es el Macondo real recreado por Netflix?Entre productores y diseñadores de la serie, crearon un Macondo vivo. Con las palabras tomadas de las páginas de la joya literaria, se dedicaron a construir y levantar un pueblo de ficción.Son alrededor de 40.000 metros cuadrados, en medio de una locación de 52 hectáreas, donde manos colombianas rindieron tributo a Gabo recreando lo que él imaginó.En abril de 2024, Noticias Caracol se sumergió en la búsqueda de este mágico lugar construido para la realización de la serie.En una entrevista, Bárbara Enríquez, diseñadora de la producción, reveló que el equipo tuvo que “hacer una investigación exhaustiva” que permitiera llevarnos a un mundo más “preciso históricamente” de la narración de Gabo.La casa Buendía es uno de los espacios más importantes dentro de la novela, donde ocurren una serie de eventos después de que José Arcadio Buendía y su esposa Úrsula Iguarán cruzaran la sierra y, a orillas de un río de piedras como huevos prehistóricos, fundaran el pueblo.La mansión de 800 metros cuadrados, a imagen y semejanza de la casa que describió Gabo en la novela, cuenta con una cocina con dos hornos donde Úrsula preparaba los animalitos de caramelo, un comedor de doce puestos, nueve dormitorios con ventanas al patio y un corredor de begonias.En el centro se visualiza el árbol de castaño, fabricado por expertos artesanos, donde quedó encadenado José Arcadio desde los días en que perdió el juicio.En la plaza de la serie, al igual que en la novela, se encuentra el almendro desde donde se abren las calles de Macondo, pasando por lugares emblemáticos del libro como la famosa ‘calle de los turcos’, que era el motor del comercio en el pueblo.La producción ha contado con la colaboración de artesanos locales para recrear el ambiente único de Macondo. Desde las ollas y macetas de Lorica hasta las hamacas de La Guajira, cada detalle ha sido minuciosamente cuidado para permitir que los espectadores revivan la magia y el legado del gran Gabriel García Márquez.(Lea también: Travesía por Macondo, de la imaginación de Gabo a una serie de Netflix)¿Dónde queda el Macondo creado por Netflix?Para llevar a cabo la historia de la familia Buendía, la producción de Netflix optó por utilizar locaciones en La Guajira, Magdalena y otras regiones para capturar la diversidad y riqueza de Colombia, con el fin de ambientar las diferentes épocas de los personajes.El mágico pueblo de Macondo se construyó en una finca cerca de Alvarado, Tolima, que resultó ser el lugar más adecuado visualmente para las necesidades del rodaje.(Lea también: Macondo real: las pistas para encontrar el lugar que inspiró el pueblo de Cien años de soledad)¿Cómo llegar Alvarado, Tolima?Este lugar creado por Netflix y ubicado a más de 200 kilómetros de Bogotá transmite la ilusión de lo que millones de lectores han imaginado a lo largo de los años. Alvarado se encuentra ubicado a 20 minutos de Ibagué, a una distancia de 27 kilómetros.Desde Bogotá, el viaje en automóvil dura aproximadamente cuatro horas y media. Si se transporta en bus, el tiempo oscila entre seis y siete horas.
Cien años de soledad, la nueva serie de la plataforma Netflix, promete transportar a los espectadores al mundo mágico de la obra literaria del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez. El mítico pueblo de Macondo, que es parte de la imaginación, ahora cobra vida en las grandes pantallas.La adaptación cinematográfica busca capturar la esencia del realismo mágico que caracteriza la novela, publicada en 1967. El film relata la historia de la familia Buendía, sus orígenes y todos los eventos que acompañan esta trama llena de emociones.El tráiler oficial de Netflix ofrece un abrebocas de las escenas que acompañan esta mística narrativa, desde la fundación de Macondo, la llegada de Melquíades, el nacimiento de Aureliano Buendía y los conflictos políticos que se desarrollan a lo largo de la trama.La producción, dirigida por Alex García López y Laura Mora, busca homenajear al literato diez años después de su fallecimiento.(Lea también: Cien años de soledad en Netflix: detalles de la historia, hora y fecha de estreno)¿Cómo es el Macondo recreado por Netflix?La idea de crear un pueblo semejante al de la obra de Gabriel García Márquez se materializó gracias a la creatividad de productores y diseñadores, quienes construyeron y pintaron un pueblo ficticio en un territorio real.Se utilizaron cerca de 40.000 metros cuadrados, en medio de una locación de 52 hectáreas, en la que manos colombianas rindieron su propio homenaje a Gabo recreando lo que él imaginó.Este esfuerzo artístico y técnico permitió dar vida a Macondo, trasladando su magia y esencia de las páginas del libro a un escenario tangible y visualmente impactante. Allí se muestran tres modelos arquitectónicos diferentes.“Hicimos una investigación muy exhaustiva de la arquitectura colombiana y de su historia. Es un Macondo mucho más preciso históricamente”, reveló Bárbara Enríquez, diseñadora de la producción a Noticias Caracol.Una finca en Alvarado, Tolima, resultó ser el lugar idóneo que se adaptó perfectamente a las necesidades del rodaje. Allí se pueden detallar los 800 metros cuadrados de la casa de los Buendía, un “personaje vital” en la novela, según explicó la diseñadora.En este lugar se representa el inmenso árbol de castaño al que José Arcadio Buendía quedó encadenado desde los días en que perdió el juicio. Todos los espacios internos de esta producción buscan trazar, con precisión y detalle, la narración de Gabo.(Lea también: ¿Dónde queda Macondo? Netflix lo recreó para Cien años de soledad)Desde una sala formal, cómoda y fresca, un comedor de doce puestos, nueve dormitorios con ventanas al patio y un corredor de begonias como narró el escritor.“La casa es como se siente Úrsula Iguarán. Ella la renueva, la envejece, la vuelve a renueva...La cocina es el corazón de la casa porque es donde Úrsula cocina y hacía sus caramelos y tiene toda su empresa de panadería, que lleva fortuna a la familia”, dijo.En pleno auge político de finales del siglo XIX, tal como lo presentó Gabo en su libro, se decidió que los colores de las casas reflejaran visiblemente la ideología política de sus habitantes. La construcción de este espacio permite adentrarse en este mundo sacado de la ficción.En ese lugar también se encuentra la famosa ‘calle de los turcos’, que era el motor de la economía del pueblo. Los productores de la serie la han llamado ‘La Quinta Avenida de Macondo’.En la plaza de la serie, al igual que en la novela, se encuentra el almendro desde donde se abren las calles de Macondo. Los productores bautizaron estas calles en homenaje a Gabriel García Márquez, con nombres asociados a su vida, como la calle Papa Lelo, calle Santiaga, calle Mercedes, entre otras. Todos estos nombres rinden tributo a familiares del escritor.Fueron alrededor de 500 personas las que levantaron Macondo, asegurándose de que ningún detalle de la obra literaria quedara en el olvido. Recrearon el bar del pecado, el hotel de Jacob, la tienda de abarrotes y el templo de la oración.Las edificaciones construidas con materiales locales reflejan el paso del tiempo en un Macondo que ha perdurado en la memoria de los lectores y que espera perdurar en la memoria de los espectadores.Este esfuerzo por capturar la esencia del pueblo ficticio busca mantener viva la magia y el legado del gran Gabriel García Márquez.(Lea también: Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo)¿Cuándo es el estreno de Cien años de soledad?El Macondo de Netflix se convierte en un pueblo vivo. La serie se estrenará en dos partes, cada una compuesta por ocho episodios.Este miércoles 11 de diciembre de 2024, a las 2:00 a.m., se estrenará la primera parte. Se espera que la segunda esté disponible a mediados de 2025.
La novela Cien años de soledad del célebre escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982, es una joya de la literatura hispanoamericana y mundial. Esta obra, una de las más leídas y traducidas en español, ha sido adaptada en una serie de Netflix que se estrenará el 11 de diciembre en 190 países.La serie, dirigida por Laura Mora y Alex García López, ha despertado gran interés entre los seguidores de la novela y los amantes de las series. Con una producción ambiciosa, busca transportar a los espectadores al mágico y poético mundo de Macondo, donde lo extraordinario se entrelaza con lo cotidiano. La trama sigue la vida de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones en el mítico pueblo de Macondo.La serie promete ofrecer una experiencia tan fascinante como la lectura de la novela Cien años de soledad, capturando la esencia del realismo mágico que caracteriza la obra de García Márquez.(Lea también: Cien años de soledad en Netflix: detalles de la historia, hora y fecha de estreno)¿Dónde queda Macondo en la vida real?En el 2018, Noticias Caracol se dio a la aventura de buscar al pueblo de la ficción. Aunque a Macondo hay que ubicarlo en un mapa imaginario, hay algunas pistas reales de la geografía colombiana:José Arcadio Buendía, el patriarca y fundador de Macondo, sabía que al oriente estaba la Sierra Nevada de Santa Marta porque por allí habían llegado y fundado el pueblo. Al otro lado de la Sierra estaba Riohacha, al sur estaban los pantanos y la Ciénaga Grande. Presumía que al norte estaba la civilización, tanto así que con un grupo de hombres emprendió su búsqueda y después de una difícil expedición descubrió una enorme playa.Así nació Macondo en Cien años de soledadJosé Arcadio Buendía y su esposa Úrsula Iguarán, acompañados por un grupo de familias, emprendieron un éxodo desde una ranchería de indios en las estribaciones de la Sierra huyendo del fantasma de un muerto en un duelo por dignidad.26 meses después, deciden establecerse en un lugar donde José Arcadio soñaba con crear una nueva comunidad y así fundaron Macondo. A Gabriel García Márquez le sonaba este nombre desde niño porque lo veía a la entrada de una finca bananera cerca de Aracataca, Magdalena, su pueblo natal, donde el Nobel vivió con sus abuelos.“Macondo era una aldea de 20 casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes como huevos prehistóricos”, se revela en el libro.(Lea también: Este es el Macondo de Cien años de soledad, la serie de Netflix)Macondo real: así es el caseríoEl río Sevilla, que limita con una vereda llamada Macondo, es muy parecido al río que describe Gabo en la novela Cien años de soledad. “Como tal es Macondo, luego Gabriel García Márquez, el escritor, dice que en su imaginación lo tituló como Macondo, pero ya Macondo existía y era aquí”, afirmó Jairo Pombo, uno de los habitantes del pueblo.Olga Escobar nació en este lugar y muy niña se trasladó a Magangué, allí descubrió que el sitio donde había nacido era famoso en el mundo. "Cuando entré a bachillerato la profesora de español me dijo que ‘Macondo era un pueblo de la imaginación de Gabriel García Márquez’, yo le dije que no, que Macondo real existía, es un caserío, tiene acueducto, los campamentos son grandes, parecen casas de dos plantas”, recordó.El Macondo de la realidad tiene 55 casas y los orígenes del pueblo se remontarían a cuando la compañía bananera levantó en un espacio de la finca las viviendas de los trabajadores.Fabio Sierra, uno de los habitantes de Macondo, explica los límites de la vereda que, según relata, son sorprendentemente iguales a los que descubrió José Arcadio Buendía cuando fundó el pueblo de la ficción de Gabo. “Al oriente tenemos la Sierra Nevada y de la Sierra tenemos La Guajira, al norte tenemos a Santa Marta y de este lado tenemos todo lo que son los pantanos”, señaló.(Lea también: Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo)El Macondo real y el ficticio se cruzan, ofreciendo a los lectores y espectadores una conexión única entre la realidad y la imaginación.
El escritor británico-estadounidense, de origen indio, Salman Rusdhie, convirtió un hecho violento en obra de arte. “Cuchillo”, la historia de la agresión que vivió a manos de un fanático, en agosto de 2022, le permitió experimentar, según sus propias palabras, lo mejor y lo peor de la naturaleza humana: el odio y el amor.“Creo que hay un triángulo en este libro: el agresor, mi esposa y yo. Es la historia de tres personas, en la que ellos dos, el agresor y mi esposa, representan el odio y el amor”.Sus palabras fueron escuchadas en el Ateneo de Madrid, durante un diálogo con Monserrat Domínguez y Javier Cercas. Allí habló del ataque y de la manera como llevaba su vida desde hacía muchos años, luego de la larga década custodiado por la Policía Británica, por cuenta de la Fatwa del Ayatola Jomeini que lo condenó a muerte en 1989 al considerar que su novela “Los versos satánicos” era una blasfemia contra el Islam, el profeta y el Corán.“Vivimos en un mundo donde todo cambia constantemente y pensé que ese tema ya no le interesaba a nadie, y así andaba tranquilo por el mundo. Yo llevaba 25 años viviendo en Nueva York y hacía todo lo que hace un escritor: giras, charlas, entrevistas, y nunca pasó nada ni en EE. UU. ni en otros lugares del mundo”.Hasta que un joven en un pueblo del estado de Nueva York le dio doce 12 puñaladas en veintisiete segundos y lo dejó al borde la muerte durante dieciocho días. Hace tiempo no le hablaban de “Los versos satánicos”, pero la agresión hizo que el tema volviera a su vida. Su esposa Eliza, poeta y fotógrafa, filmó su reacción frente a la nueva realidad que se le venía encima. Salman Rushdie la transcribió en el libro.La defensa de la libertad de expresión se volvió un hito en su existencia desde los días de la condena a muerte. “Cuchillo” es otro capítulo de esa larga lucha por la vida. El escritor español Javier Cercas define el libro en estos términos: “Yo creo que este libro es la defensa de las palabras de un gran escritor contra la barbarie y el fanatismo”.La estigmatización contra escritores y periodistas en el mundo entero, especialmente cuando provienen de personas que ejercen el poder, puede terminar en intimidaciones o atentados por cuenta del fanatismo. Por suerte, en el caso de Rusdhie la historia del odio, personificado en un cuchillo, fue derrotada por el amor de quienes lo rodearon para salvarlo.
Este lunes, 22 de julio de 2024, falleció el denominado decano de los libros o librero mayor de Colombia, don Felipe Ossa, escritor que durante varios años fue director de la Librería Nacional.>>> También le puede interesar: Ruta Gabo en Cartagena, un recorrido para adentrarse en el mítico universo de MacondoEl director de Noticias Caracol, Juan Roberto Vargas, entrevistó hace un par de años a don Felipe Ossa sobre su noble tarea.Ossa confesó en aquella entrevista: "Yo no quería ser librero. Es decir, no pensaba yo en ser librero y habían abierto la Librería Nacional hacía un año y yo iba mucho allá como visitante en Cali. Un día me dijo mi papá: ‘Oye, ¿por qué no pides trabajo allá?’. Y entonces conocí al dueño de la librería, me presenté, me atendió muy amablemente y entonces me preguntó: ‘¿Usted qué ha hecho? ¿Qué sabe hacer?’. Le dije: 'Yo he leído mucho. He clasificado la biblioteca de mi padre'. Me pidió una referencia y esa referencia me la dio el decano de Literatura de la Universidad del Valle, que era muy amigo de mi padre”.El denominado decano de los libros complementó en la entrevista así: “Aquí me enamoré, aquí me casé, por estas librerías o las de Cali pasearon mis hijos de chiquitos, mis nietos… mis nietas adoradas han paseado por los corredores de la librería. Todo me ha sucedido en la librería. Todo, absolutamente todo”.Ossa también manifestó en aquel entonces que profesionalmente lo ha "hecho perfectamente bien. He leído mucho, pero me falta mucho por leer. He estudiado y he querido conocer cosas”.¿Qué le hacía falta por leer a Felipe Ossa?Preguntado sobre qué le hacía falta por leer, Ossa contestó esa vez: “Me hacen falta por leer, por lo menos, 5.000 libros de mi biblioteca. Los libros han sido mi vida y transformaron mi vida. Es decir, yo le debo todo a los libros y, además, no hay placer más grande para apartarse del mundo que la lectura”.>>>También puede leer: Dago García lanza dos libros complementarios a su serie La primera vez: ¿de qué tratan?
Después de ‘Cien años de soledad’, la obra célebre de Gabriel García Márquez y ganadora del Premio Nobel de Literatura, ‘La vorágine’, del escritor José Eustasio Rivera, es considerada la segunda novela más importante en la historia de la literatura colombiana.>>> Cien años de La Vorágine: ¿cómo viven las comunidades de La Chorrera en la actualidad?Este clásico de la literatura nacional y latinoamericana, con influencias de movimientos románticos y modernistas, relata en primera persona la historia de la pareja formada por el poeta Arturo Cova y su amante Alicia, quienes se fugan a la selva amazónica para huir de la sociedad.A través de esta narración se expone la cruda realidad que vivieron los indígenas esclavizados durante la ‘fiebre’ por el caucho a fines del siglo XIX y comienzos del XX. En la obra, Rivera retrata crueles prácticas sobre esta explotación de esta materia prima a cambio de la vulneración de los derechos humanos y la pérdida de miles de vidas con el fin de beneficiar a multinacionales.José Eustasio Rivera terminó de escribir la novela el 21 de abril de 1924 y finalmente, fue publicada el 24 de noviembre del mismo año. ‘La vorágine’ se ha traducido a múltiples idiomas como el inglés, francés, ruso, portugués, alemán, italiano, entre otros.>>> La Vorágine: las dos caras de Julio César Arana, el hombre que sembró de muerte el AmazonasEn el 2024 se celebra el primer centenario de la publicación y por ello, el Ministerio de Cultura de Colombia y otras entidades llevarán a cabo actividades y eventos para su conmemoración durante todo el año tanto en el territorio nacional como en el exterior.¿Quién fue el escritor José Eustasio Rivera?‘La vorágine’ fue escrita entre 1291 y 1923 por el huilense José Eustasio Rivera, quien nació en 1888 y murió en 1928 - a los 40 años - por un derrame cerebral producto de una crisis de fiebre y convulsiones tras sufrir de paludismo y otras enfermades contraídas en la selva.>>> Los 100 años de La vorágine: recorriendo la casa Arana, el epicentro de la masacre de las caucheríasRivera falleció en Nueva York mientras se encontraba gestionando la traducción de su célebre novela. Además de ‘La vorágine’, el escritor creó la obra de teatro ‘Juan Gil’, en 1911, y el poemario ‘Tierra de promisión’, en 1921. Aunque murió joven y su obra literaria fue corta, logró convertirse en el autor más influyentes del país después del Nobel Gabriel García Márquez.
En la Casa Museo La Vorágine en Orocué, Casanare, José Eustasio Rivera vive en la inmortalidad de su clásico universal. Allí tuvo oficina para atender como abogado un conflicto de tierras por un hato ganadero de gran extensión.>>> La vorágine de José Eustasio Rivera cumple 100 años: el clásico literario que denunció una masacreTeodoro Jacinto Amézquita le abrió las puertas de su casa y, antes de morir, transmitió todo lo que sabía del escritor a su hija Isabel. De generación en generación, la historia de Rivera en Orocué llegó a Carmen Julia Mejía Amézquita, la heredera de la historia y hoy directora de la Casa Museo.Rivera vivió 18 meses en el puerto, que en ese entonces era un escenario fluvial de gran movimiento comercial. Carmen Julia cuenta cómo llegaban vinos, sedas y encajes de Europa, y salían pieles, plumas y aceites naturales de Orocué.En las paredes de la casa cuelgan las fotografías de algunos personajes de la novela La Vorágine, unos con su nombre verdadero y otros con nombres alterados. El indio Venancio aparece tal cual es. La turca Zoraida Ayram de la novela es Nasira Sabah en la realidad.>>> La Vorágine: así fue el sufrimiento y la masacre de los indígenas en la ruta del cauchoEl malecón de Orocué es pura Vorágine. Allí está el árbol donde Rivera se sentaba a escribir versos, a orillas del río Meta. Al final, un monumento a su nombre mira hacia el río. Es el poeta viendo las toninas al amanecer y las garzas tomando vuelo.Orocué es la cuna de La Vorágine, la obra de la selva que se convirtió en clásico universal de la literatura colombiana.>>> La Vorágine: las dos caras de Julio César Arana, el hombre que sembró de muerte el Amazonas
La obra cumbre de Gabo ya camina por fuera de las páginas del libro. Netflix reveló las primeras imágenes de la serie Cien años de soledad, que relata cinematográficamente la historia de la familia Buendía y de un pueblo que el mundo entero conoce en la imaginación: Macondo.¿Dónde queda Macondo? Netflix lo recreó para Cien años de soledadLas breves escenas divulgadas por los productores de la serie ya dan pinceladas mágicas del acontecer de la historia. Aureliano Babilonia descifra los pergaminos de Melquíades donde estaba escrita la historia de la familia hasta el último de su estirpe. Aureliano Buendía, el primer ser humano que nace en Macondo, espera la orden de su fusilamiento. Sus padres, Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, habían cruzado la sierra, y a orillas de un río de piedras como huevos prehistóricos, fundaron el pueblo.Ese era el primero de los Macondos que construyó Netflix para contar la historia: el Macondo de las casas de barro y cañabrava. Después vino otro Macondo, el que recorrimos en Alvarado, Tolima, el de los años de la prosperidad.Travesía por Macondo, de la imaginación de Gabo a una serie de NetflixArquitectos, ingenieros, productores, artesanos y todo tipo de profesionales armaron y decoraron el pueblo, con almendro en la plaza, con tienda de abarrotes, con farmacia como las que tuvo el papá de Gabo, con oficina de corregidor y hasta con quinta avenida, la llamada Calle de los Turcos. Las quinientas personas que levantaron Macondo no le quedaron debiendo nada a la obra literaria. Lo recrearon, incluso, con bar del pecado, hotel de Jacob y templo de la oración.Levantaron la mansión de los Buendía en 800 metros cuadrados, a imagen y semejanza de la casa que pintó Gabo en la novela, con cocina de dos hornos donde Úrsula hacia los animalitos de caramelo, con comedor de doce puestos y con jardín de las begonias. Y en el centro, el árbol de castaño, fabricado por expertos artesanos, donde habría de terminar amarrado el patriarca de los Buendía desde los días en que perdió el juicio.Cien años de soledad espera ver la luz en Netflix antes de terminar el 2024, como el gran lanzamiento cinematográfico del año. El pueblo y el primer anticipo deslumbran. Los amantes de la novela, que son millones en el mundo, también esperan que la historia, por fuera de las páginas inmortales, también deslumbre.Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo
La obra maestra del escritor Gabriel García Márquez llega a Netflix. Se trata de Cien años de soledad, serie inspirada en el libro homónimo del autor colombiano.Vea el tráiler aquí de Cien años de soledad: Esta historia llevada a la pantalla chica aborda a la familia Buendía, “atormentada por la locura, los amores imposibles, la guerra y el miedo a una maldición que los condena a la soledad a lo largo de 100 años”, según la sinopsis.Así es el Macondo que construyó Netflix: de la literatura a las pantallasComo si hubieran dibujado la novela, los productores y diseñadores de la serie Cien años de soledad tomaron las palabras que estaban en las páginas del emblemático libro para construir y levantar el pueblo de ficción en el que se desarrolla la historia.Un gigantesco equipo de artistas, historiadores, arquitectos, decoradores y técnicos están detrás de la iglesia, las paredes de las casas y los árboles de Macondo.La diseñadora de producción de la serie de Cien años de soledad, Bárbara Enríquez, contó que para hacer un pueblo que estuviera a la altura de Macondo “hicimos una investigación muy exhaustiva, de su historia y de su arquitectura”.En la plaza de la novela y en la plaza de la serie está el almendro y desde allí se abren las calles. La más famosa de todas es “La calle de los turcos”, motor de la economía del pueblo, que los productores de la serie llamaron “La Quinta Avenida de Macondo”.Cada espacio de la casa de los Buendía obedece rigurosamente a la narración de Gabriel García Márquez.La serie Cien años de soledad contará con 16 capítulos y se podrá ver en la plataforma de streaming Netflix. Aún no se ha confirmado la fecha de lanzamiento.‘En agosto nos vemos’, la novela póstuma de Gabo, es magnífica: Héctor Abad Faciolince
De la travesía de los colonos en Cien años de soledad surgió el primero de los muchos Macondos de la novela: el de los orígenes. La urbanización y la llegada de nuevos pobladores, de lejanas latitudes y con costumbres distintas, creó los otros Macondos: el de la prosperidad, el de la Guerra de los Mil Días, el del esplendor del banano, el del apocalipsis.Hijos de Gabriel García Márquez revelan los secretos de 'En agosto nos vemos'La obra cumbre de Gabo sedujo desde siempre al lector Alex García López, director junto con Laura Mora, de la producción audiovisual de Cien años de soledad. “Creo que cualquier persona en el mundo puede identificarse con una pareja joven de 19 años que se casa y desea escapar de su pequeño pueblo, alejándose de las preocupaciones y responsabilidades de sus padres para embarcarse en su propia aventura. La idea de crear un pueblo, una utopía inocente donde todos se tratan bien, es reconocible incluso desde el punto de vista bíblico. Sin embargo, luego llegan los obstáculos y distracciones externas, como la política, la iglesia e incluso Melquiades, quien representa la fascinación y la obsesión humanas por la sabiduría”.De las páginas del libro, como dibujando la novela, productores y diseñadores pintaron y levantaron el pueblo de la ficción en un territorio de la realidad: una finca de Alvarado, Tolima, que se adaptaba perfectamente a las necesidades del rodaje. Detrás de la plaza, de las paredes de las casas, de la iglesia y de los árboles, y, por supuesto, detrás de la casa de los Buendía, está el trabajo de decenas de de artistas, artesanos, historiadores, arquitectos, decoradores y todo tipo de técnicos y profesionales en muchas áreas. Bárbara Enríquez, la diseñadora de producción, relata cómo se unieron todos esos conocimientos para crear un pueblo a la altura del Macondo de la novela. “Hicimos una investigación muy exhaustiva, de su historia y de su arquitectura", cuenta.La casa de los Buendía, un personaje vital de la novela, un cuyo centro descansa un inmenso árbol de castaño, fue calcada de la novela. “La casa es como se siente Úrsula Iguarán. Ella la renueva, la envejece, la vuelve a renovar”, asegura Enríquez.En el recorrido por sus corredores es imposible dejar de ver el castaño en el que terminó encadenado José Arcadio Buendía desde los días en que perdió el juicio.Cada espacio de la casa obedece rigurosamente a la narración de Gabo, como lo demuestra este fragmento de la novela y lo comparamos con las imágenes. “La cocina es el corazón de la casa”, dice Bárbara Enríquez. “Allí Úrsula hacía sus caramelos que llevaron fortuna a la familia. Nuestra cocina la podemos prender porque ella pasa en ese lugar mucho tiempo.”Puertas afuera, Macondo vive los revoltijos de la política a finales del siglo XIX. La polarización política de la época era visible con los colores de las casas, testimonio de un país fragmentado. “La polarización política también es evidente”, señala el director Alex García. “Como bien lo expresó el padre Nicanor: la única diferencia es que los liberales van a misa de cuatro y los conservadores van a misa de siete. Creo que estas preocupaciones y momentos sociológicos son comprendidos por cualquier persona, ya sea en Estados Unidos, Inglaterra, Argentina, Colombia o cualquier parte del mundo”, agrega.‘En agosto nos vemos’, la novela póstuma de Gabo, es magnífica: Héctor Abad FaciolinceEn la plaza de la novela y en la plaza de la serie está el almendro y desde allí se abren las calles. La más famosa de todas es “La calle de los turcos”, motor de la economía del pueblo, que los productores de la serie llamaron “La Quinta Avenida de Macondo”.Después de conocer el Macondo de Netflix surge una pregunta: ¿el Macondo de Alvarado, Tolima, desaparecerá como ocurrió con el Macondo que nace, crece y muere en las páginas de Cien años de soledad? Bárbara Enríquez no conoce la respuesta. “En el libro, Macondo y la casa de los Buendía se destruyen, pero ¿qué va a pasar con el pueblo? Es una respuesta que no puedo dar porque no la sé”.Macondo desapareció de la faz de la tierra y de la memoria de los hombres, pero quedó descrita con tal precisión por su creador que fue posible hacerlo vivo para una serie de 16 capítulos. El reto ahora es cautivar al público con la primera adaptación audiovisual del más grande de los clásicos colombianos de la literatura universal.