Hace más de 30 años, una escena macabra estremeció a los habitantes de Barranquilla. En el interior de una universidad en la capital del departamento del Atlántico fueron hallados los cuerpos sin vida de 50 habitantes de calle. Todos fueron brutalmente golpeados y asesinados. Sus órganos eran vendidos en un espeluznante negocio para las clases de Medicina. Los Informantes reveló los detalles detrás de esta tragedia.>>>Papá Jaime, el héroe que ha rescatado a más de 80 mil niños de las alcantarillas de Bogotá“Los tipos mataban a los habitantes de calle con disparos, porque luego los vecinos testificaron que con frecuencia oían disparos, pero la muerte inicial era con un golpe con un palo. Era un mercado de la muerte”, reveló Humberto Mendieta, periodista barranquillero.Este hecho sigue estando presente en la memoria de los barranquilleros, quienes, con dolor, intentan asimilar que un acto tan atroz sucedió dentro de una universidad, donde fueron encontrados cadáveres y restos humanos.>>>Colombiano se llama igual que narco peruano y ha sido encarcelado tres veces por errorOcurrió en pleno Carnaval de BarranquillaEl día de los hechos, en una mañana de carnaval, Omar Hernández, un habitante de calle, testificó ante una estación de Policía que logró sobrevivir a tal masacre. Su relato era tan contundente, que las autoridades no duraron en acudir a las instalaciones para revisar lo que estaba ocurriendo.“Se trató de la muerte de personas que estaban en unas condiciones precarias de la sociedad...Empiezan a hacer un conteo de cadáveres y todos habitaban en las calles, por algunas características y porque, además, sus compañeros o amigos de oficio los reconocieron”, mencionó el periodista.>>>Las dos familias colombianas que quedaron rotas tras masacre del 7 de octubre en IsraelEn ese entonces, Medicina Legal y las autoridades identificaron a cada una de las víctimas, pese a que algunas estaban en avanzado estado de descomposición e irreconocibles. Por ello, realizaron la reconstrucción de sus rostros, para que fueran reconocidos y reclamados por sus familiares.“Se habían inventado un negocio macabro que era asesinar a estas personas que tenían algún desarraigo. Era como una población que no echaba de menos a alguien...Lo que se sabe es que los mataban con el objetivo de vender sus cuerpos ahí mismo...Los estudiantes no sabían de la procedencia y probablemente los profesores tampoco”, afirmó Mendieta.>>>El sueño hippie que terminó por el conflicto: historia de comunidad Atlantis en Colombia¿Quiénes fueron los responsables?De acuerdo con la investigación, la responsabilidad de los hechos recayó en los guardias de seguridad de la universidad, algunos de los cuales confesaron su participación. En el proceso quedó demostrado que ni estudiantes ni maestros, ni directivas tuvieron que ver con este delito.Miguel Bolívar Acuña, abogado penalista, fue el defensor de Eugenio Castro Ariza, quien era gerente administrativo de la universidad y fue señalado por haber firmado los cheques que habrían pagado por los cadáveres. “Logramos demostrar que los cheques que se giraban eran para problemas de la universidad. Él -Miguel Bolívar- giraba los cheques a la Facultad de Medicina...A los habitantes de calle les decían que les iban a pagar para que entraran a recoger la basura”, contó el penalista.La Fiscalía determinó que los celadores de la universidad sí fueron responsables de los hechos. Algunos de ellos fueron condenados, mientras que otros fueron absueltos. Pese a las condenas, muchas de las víctimas no fueron reclamadas por sus familiares.Reviva la historia de Los Informantes aquí:
Una noche de tragos y celebración casi acaba con la carrera del actor André Bautista. En el 2015, el colombiano festejaba que estaba triunfando en Hollywood. Se había ganado un Premio Emmy como mejor productor de una serie y soñaba con los Premios Óscar, pero terminó agrediendo a su mejor amigo, que era también su asistente y coprotagonista en una película en la que actuaron juntos. Su vida se convirtió en una pesadilla. Los Informantes habló con él en el 2023, cuando salió de la cárcel.“Yo me acuerdo de que yo levanté la cabeza y lo vi a él sangrando, ahí empecé yo a llorar, él empezó a decir ‘ayuda’. Yo, obviamente, primero no le quería causar ningún daño, éramos amigos, una pelea que se salió completamente de contexto”, aseguró Bautista.Para el momento de la entrevista, André Bautista acababa de salir de la cárcel tras cumplir una condena de prisión en los Estados Unidos por intentar matar a su mejor amigo, Clayton Haymes.>>> Clara Estrada transformó su enfermedad en una oportunidad sanadora: “Soy más que el dolor”¿Quién es el actor André Bautista?Nació en Bucaramanga, estudió derecho, pero se dio cuenta que lo suyo eran las artes y la actuación. “Mi pasión por la actuación empezó cuando yo tenía 20 años”, recordó.Participó en novelas y series nacionales con papeles secundarios, pero ese papel que lo hiciera figurar nunca llegó, así que decidió irse del país. Se estableció en Los Ángeles.Estudió y trabajó hasta que se hizo residente en los Estados Unidos. Se dedicó a arrendar cuartos en una casa grande a estudiantes de cine y televisión que, como él, estaban tras ese sueño. De su experiencia como arrendador y todos los problemas que vivió escribió un guion que después fue película y más adelante una tragedia de la vida real.“Terminó siendo un drama, pero un drama que no era el apropiado”, señaló sobre la cinta se llamó ‘El Landlord’, una historia de ficción de un arrendador que mataba uno a uno a los inquilinos que no pagaban la renta.>>> Caso Luz Mery Tristán: Fiscalía pedirá máxima condena para su expareja, Andrés RicciUna noche de malos tragos que acabó con el sueño de HollywoodAndré Bautista y su mejor amigo Clayton eran los protagonistas de la cinta, lejos de saber que esas escenas se iban a volver realidad por una pelea en medio de la euforia y los tragos de una noche.Luego de una celebración por una audición de André, empezaron a tomar más de la cuenta. Él ya se había ganado un Premio Emmy como productor de una telenovela y soñaba con un Óscar y fue ese comentario, decir que no se quería ganar uno sino cinco galardones de la Academia, el que desencadenó la pelea.“Clayton se fue y trajo el Emmy... él lo tiró a la mesa y el Emmy casi se cae, ahí es cuando yo me empiezo a poner molesto”, recordó Bautista sobre cómo inició la agresión.Asustado y pensando que había matado a su mejor amigo, André subió a su carro y escapó sin rumbo hasta llegar a México. Dos días después Clayton ya había salido del hospital. Con la firme intención de demostrar su inocencia, Bautista regresó a los Estados Unidos, se entregó al FBI y comenzó su juicio que resultó ser otra historia de drama.Fue condenado a 13 años de prisión por intento de asesinato en segundo grado, pero pagó seis años y medio por buena conducta. El 3 de marzo de 2022, finalmente quedó en libertad. En la cárcel escribió varios guiones para cine y televisión.Reviva la historia completa de Los Informantes aquí:
El extinto hospital San Salvador, en Chiquinquirá, Boyacá, fue el epicentro de dos de dos sucesos increíbles, pero dolorosos: el envenenamiento colectivo que acabó con la vida de casi 100 niños que consumieron pan contaminado con un herbicida una mañana de noviembre de 1967. Dos décadas más tarde, este mismo hospital fue el escenario de otro hecho sorprendente: el intercambio involuntario de bebés que marcó la vida de dos familias para siempre.>>> Niño colombiano fue enviado a EE. UU. para un tratamiento, pero no regresóEnvenenamiento de casi 100 niños en ChiquinquiráEn noviembre de 1967 ocurrió un triste episodio que pocos recuerdan: la peor tragedia por intoxicación en Colombia. Se estima que 500 personas resultaron envenenadas al consumir pan en Chiquinquirá, Boyacá. Cerca de 86 niños y varios adultos, fallecieron. Los Informantes rememoró esta historia en el 2021.Esa mañana todo era caos en el municipio y nadie entendía qué estaba pasando. Decenas de niños caían al suelo y manifestaban tener un dolor insoportable, mientras sus padres, sin entender lo que pasaba, corrían con ellos al hospital San Salvador.>>> Soldado colombiano rescató a un niño de guerra en Corea y lo trajo en secreto al paísAl principio se creía que el agua estaba contaminada, pero las autoridades investigaron y descubrieron que todos los envenenados habían comprado pan en la panadería Nutibara.Asimismo, se determinó que en la panadería prepararon el pan que todos consumieron con bulto de harina que, sin saberlo, estaba impregnado de Folidol, un herbicida potente usado para evitar que las plagas acaben con los cultivos de papa.El bulto se contaminó cuando fue transportado en un camión desde Bogotá a Chiquinquirá, junto al poderoso herbicida con el que solo basta una tapita diluida en agua para fumigar extensiones completas.Reviva la historia completa de Los Informantes aquí:Doloroso intercambio de bebés al nacerEn un país acostumbrado a los sucesos increíbles, otro hecho asombroso ocurrió en el mismo hospital San Salvador, de Chiquinquirá, pero 24 años después: un error cambió para siempre la vida de dos familias. En 1991, Sonia Cortés dio a luz a su hija en dicha clínica, fruto de la relación que sostenía con el taxista José Ignacio Hernández, pero con el pasar de los años no solo se deterioró la relación entre ambos, sino que él tenía dudas sobre su paternidad, ya que no notaba un parecido físico con su hija. En 2015, Séptimo Día conoció esta historia.Tras una demanda por inasistencia alimentaria que Sonia radicó, un juez ordenó que los tres se realizaran una prueba de ADN. Los resultados arrojaron que ni Sonia ni José Ignacio eran los padres de Yuli Nathaly.La única explicación que encontró era que en el hospital donde dio a luz intercambió a la bebé al nacer, pero el centro médico había sido liquidado, lo que complicaba todo.Sonia Cortés encontró que otras madres también tuvieron a sus bebés ese día en el mismo centro médico. Con técnicas poco convencionales, por fin localizó a su hija biológica.La justicia declaró que en el hospital San Salvador se cometió un error y se acordó una reparación para las víctimas, que la Gobernación de Boyacá debió asumir.En el 2003, esta institución cerró sus puertas y fue liquidado. Era uno de los hospitales más importantes del departamento.Reviva el capítulo completo de Séptimo Día acá:
La periodista Clara Estrada tuvo la capacidad de transformar el dolor y un severo cáncer en una oportunidad para fortalecer su amor propio. Esta situación de salud la llevó a encontrar un propósito diferente: vio en su enfermedad una razón para crecer, vivir cada instante a plenitud y, de paso, inspirar a otros. En 2022, Los Informantes conoció su inspiradora historia de vida.>>>Freddy Marimón, el surfista que nació sin piernas y se convirtió en campeón mundial“Me duele estar sentada, parada, acostada, caminar. Hoy vivo con dolor, pero si yo dejo que el dolor me gobierne, yo sería la mujer más amargada del mundo. Toca entender que una parte de mi cuerpo está con mucho dolor, pero no me puede gobernar”, comentó Clara Estrada, quien enfrentó dos diagnósticos graves en poco tiempo.El primero de ellos fue un cáncer en la pelvis y, posteriormente, lupus, una enfermedad autoinmunitaria que afecta la piel, el cerebro, los pulmones, el corazón y otros órganos vitales. Pese a todo, ha enfrentado sus problemas de salud con valentía y la mejor disposición, ya que aprender a vivir con un dolor intenso no es nada fácil.>>>Carlos Sarria y su lucha contra el trastorno obsesivo-compulsivo: “Un demonio adentro”“Yo procuro ver el vaso medio lleno al medio vacío, pero es verdad, porque con esta enfermedad yo dije ‘o esto me hunde, me acaba, me destroza y me muero, porque la actitud no lo alivia a uno’...Pero yo confío en la experiencia médica. Aprendí a que me ayuden, pero también a ayudarme”, mencionó."Aprendí a que, como esto es lo que hay y como yo no voy a echarme a morir porque ‘ay, hace unos años me dio un cáncer, acabó conmigo, me dejó con mitad de cadera, entonces ya no puedo hacer nada’, no. Yo digo: vino un cáncer, me agarró un gran pedazo, pero no acabó conmigo, porque yo no soy la cadera, yo tengo que seguir, pero gozándome esto”, es su reflexión.Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dolor crónico es y debe tratarse como una enfermedad. “Un día dije ‘llevo dos años, todas las noches de mi vida, tomando un medicamento’ y, con tanta noticia sobre la adición a estos medicamentos, dije ‘mañana no me la tomo’”, contó a Los Informantes.>>>'Poderosas’ revoluciona la educación sexual en Barú para enfrentar el embarazo adolescenteClara Estrada es madre y una destacada profesional. Estudió Periodismo en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y ha participado en varios proyectos periodísticos. Siempre transmite optimismo, a pesar de padecer un dolor que parece haberse convertido en una segunda piel.“Empieza el dolor y digo ‘esto está tremendo’, pero yo soy más que el dolor, o sea, está en una parte de mi cuerpo, pero el resto de mi cuerpo, mi alma y mi cabeza están bien. Hago consciente el resto de mi cuerpo que no me está doliendo”, afirmó.>>>Milagros, la bebé que nació en un andén de Cúcuta y terminó viviendo bajo un puenteConvirtió el dolorSu capacidad para enfrentar la adversidad con una actitud positiva la ha convertido en una fuente de inspiración para sí misma y, por qué no, para muchos que padecen enfermedades similares.Aunque ya no hay rastros del cáncer que le afectó la cadera, los médicos le diagnosticaron lupus. Sin embargo, ella ha tenido la disciplina y la inteligencia emocional para convertir la enfermedad en energía sanadora.>>>Luis Ospina, el director que convirtió su batalla contra el cáncer en arte cinematográficoSegún la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor en América Latina, alrededor de 190 millones de personas viven con dolor crónico, un dolor que perdura más de tres meses y que, desde entonces, deja de ser un síntoma para convertirse en una enfermedad.Además de los medicamentos y la ayuda psicológica, Clara Estrada tiene claro que la actitud positiva es su mejor remedio para cualquier enfermedad. “Cuando uno empieza a pegarse de lo que le falta, de lo que ya no está, se martiriza. Y que jartera vivir uno toda su vida pensando ‘Ay, es que el dolor me mata’”, concluyó.La periodista ha escrito dos libros basados en su experiencia y en el poder sanador que ha encontrado a través de sus dolencias. Ha hecho las paces consigo misma, y aunque el dolor es inevitable, su sufrimiento es opcional. Por ello, ha escogido vivir plenamente y con optimismo.Reviva la historia de Los Informantes aquí:
El escritor británico-estadounidense, de origen indio, Salman Rusdhie, convirtió un hecho violento en obra de arte. “Cuchillo”, la historia de la agresión que vivió a manos de un fanático, en agosto de 2022, le permitió experimentar, según sus propias palabras, lo mejor y lo peor de la naturaleza humana: el odio y el amor.“Creo que hay un triángulo en este libro: el agresor, mi esposa y yo. Es la historia de tres personas, en la que ellos dos, el agresor y mi esposa, representan el odio y el amor”.Sus palabras fueron escuchadas en el Ateneo de Madrid, durante un diálogo con Monserrat Domínguez y Javier Cercas. Allí habló del ataque y de la manera como llevaba su vida desde hacía muchos años, luego de la larga década custodiado por la Policía Británica, por cuenta de la Fatwa del Ayatola Jomeini que lo condenó a muerte en 1989 al considerar que su novela “Los versos satánicos” era una blasfemia contra el Islam, el profeta y el Corán.“Vivimos en un mundo donde todo cambia constantemente y pensé que ese tema ya no le interesaba a nadie, y así andaba tranquilo por el mundo. Yo llevaba 25 años viviendo en Nueva York y hacía todo lo que hace un escritor: giras, charlas, entrevistas, y nunca pasó nada ni en EE. UU. ni en otros lugares del mundo”.Hasta que un joven en un pueblo del estado de Nueva York le dio doce 12 puñaladas en veintisiete segundos y lo dejó al borde la muerte durante dieciocho días. Hace tiempo no le hablaban de “Los versos satánicos”, pero la agresión hizo que el tema volviera a su vida. Su esposa Eliza, poeta y fotógrafa, filmó su reacción frente a la nueva realidad que se le venía encima. Salman Rushdie la transcribió en el libro.La defensa de la libertad de expresión se volvió un hito en su existencia desde los días de la condena a muerte. “Cuchillo” es otro capítulo de esa larga lucha por la vida. El escritor español Javier Cercas define el libro en estos términos: “Yo creo que este libro es la defensa de las palabras de un gran escritor contra la barbarie y el fanatismo”.La estigmatización contra escritores y periodistas en el mundo entero, especialmente cuando provienen de personas que ejercen el poder, puede terminar en intimidaciones o atentados por cuenta del fanatismo. Por suerte, en el caso de Rusdhie la historia del odio, personificado en un cuchillo, fue derrotada por el amor de quienes lo rodearon para salvarlo.
Este lunes, 22 de julio de 2024, falleció el denominado decano de los libros o librero mayor de Colombia, don Felipe Ossa, escritor que durante varios años fue director de la Librería Nacional.>>> También le puede interesar: Ruta Gabo en Cartagena, un recorrido para adentrarse en el mítico universo de MacondoEl director de Noticias Caracol, Juan Roberto Vargas, entrevistó hace un par de años a don Felipe Ossa sobre su noble tarea.Ossa confesó en aquella entrevista: "Yo no quería ser librero. Es decir, no pensaba yo en ser librero y habían abierto la Librería Nacional hacía un año y yo iba mucho allá como visitante en Cali. Un día me dijo mi papá: ‘Oye, ¿por qué no pides trabajo allá?’. Y entonces conocí al dueño de la librería, me presenté, me atendió muy amablemente y entonces me preguntó: ‘¿Usted qué ha hecho? ¿Qué sabe hacer?’. Le dije: 'Yo he leído mucho. He clasificado la biblioteca de mi padre'. Me pidió una referencia y esa referencia me la dio el decano de Literatura de la Universidad del Valle, que era muy amigo de mi padre”.El denominado decano de los libros complementó en la entrevista así: “Aquí me enamoré, aquí me casé, por estas librerías o las de Cali pasearon mis hijos de chiquitos, mis nietos… mis nietas adoradas han paseado por los corredores de la librería. Todo me ha sucedido en la librería. Todo, absolutamente todo”.Ossa también manifestó en aquel entonces que profesionalmente lo ha "hecho perfectamente bien. He leído mucho, pero me falta mucho por leer. He estudiado y he querido conocer cosas”.¿Qué le hacía falta por leer a Felipe Ossa?Preguntado sobre qué le hacía falta por leer, Ossa contestó esa vez: “Me hacen falta por leer, por lo menos, 5.000 libros de mi biblioteca. Los libros han sido mi vida y transformaron mi vida. Es decir, yo le debo todo a los libros y, además, no hay placer más grande para apartarse del mundo que la lectura”.>>>También puede leer: Dago García lanza dos libros complementarios a su serie La primera vez: ¿de qué tratan?
Después de ‘Cien años de soledad’, la obra célebre de Gabriel García Márquez y ganadora del Premio Nobel de Literatura, ‘La vorágine’, del escritor José Eustasio Rivera, es considerada la segunda novela más importante en la historia de la literatura colombiana.>>> Cien años de La Vorágine: ¿cómo viven las comunidades de La Chorrera en la actualidad?Este clásico de la literatura nacional y latinoamericana, con influencias de movimientos románticos y modernistas, relata en primera persona la historia de la pareja formada por el poeta Arturo Cova y su amante Alicia, quienes se fugan a la selva amazónica para huir de la sociedad.A través de esta narración se expone la cruda realidad que vivieron los indígenas esclavizados durante la ‘fiebre’ por el caucho a fines del siglo XIX y comienzos del XX. En la obra, Rivera retrata crueles prácticas sobre esta explotación de esta materia prima a cambio de la vulneración de los derechos humanos y la pérdida de miles de vidas con el fin de beneficiar a multinacionales.José Eustasio Rivera terminó de escribir la novela el 21 de abril de 1924 y finalmente, fue publicada el 24 de noviembre del mismo año. ‘La vorágine’ se ha traducido a múltiples idiomas como el inglés, francés, ruso, portugués, alemán, italiano, entre otros.>>> La Vorágine: las dos caras de Julio César Arana, el hombre que sembró de muerte el AmazonasEn el 2024 se celebra el primer centenario de la publicación y por ello, el Ministerio de Cultura de Colombia y otras entidades llevarán a cabo actividades y eventos para su conmemoración durante todo el año tanto en el territorio nacional como en el exterior.¿Quién fue el escritor José Eustasio Rivera?‘La vorágine’ fue escrita entre 1291 y 1923 por el huilense José Eustasio Rivera, quien nació en 1888 y murió en 1928 - a los 40 años - por un derrame cerebral producto de una crisis de fiebre y convulsiones tras sufrir de paludismo y otras enfermades contraídas en la selva.>>> Los 100 años de La vorágine: recorriendo la casa Arana, el epicentro de la masacre de las caucheríasRivera falleció en Nueva York mientras se encontraba gestionando la traducción de su célebre novela. Además de ‘La vorágine’, el escritor creó la obra de teatro ‘Juan Gil’, en 1911, y el poemario ‘Tierra de promisión’, en 1921. Aunque murió joven y su obra literaria fue corta, logró convertirse en el autor más influyentes del país después del Nobel Gabriel García Márquez.
En la Casa Museo La Vorágine en Orocué, Casanare, José Eustasio Rivera vive en la inmortalidad de su clásico universal. Allí tuvo oficina para atender como abogado un conflicto de tierras por un hato ganadero de gran extensión.>>> La vorágine de José Eustasio Rivera cumple 100 años: el clásico literario que denunció una masacreTeodoro Jacinto Amézquita le abrió las puertas de su casa y, antes de morir, transmitió todo lo que sabía del escritor a su hija Isabel. De generación en generación, la historia de Rivera en Orocué llegó a Carmen Julia Mejía Amézquita, la heredera de la historia y hoy directora de la Casa Museo.Rivera vivió 18 meses en el puerto, que en ese entonces era un escenario fluvial de gran movimiento comercial. Carmen Julia cuenta cómo llegaban vinos, sedas y encajes de Europa, y salían pieles, plumas y aceites naturales de Orocué.En las paredes de la casa cuelgan las fotografías de algunos personajes de la novela La Vorágine, unos con su nombre verdadero y otros con nombres alterados. El indio Venancio aparece tal cual es. La turca Zoraida Ayram de la novela es Nasira Sabah en la realidad.>>> La Vorágine: así fue el sufrimiento y la masacre de los indígenas en la ruta del cauchoEl malecón de Orocué es pura Vorágine. Allí está el árbol donde Rivera se sentaba a escribir versos, a orillas del río Meta. Al final, un monumento a su nombre mira hacia el río. Es el poeta viendo las toninas al amanecer y las garzas tomando vuelo.Orocué es la cuna de La Vorágine, la obra de la selva que se convirtió en clásico universal de la literatura colombiana.>>> La Vorágine: las dos caras de Julio César Arana, el hombre que sembró de muerte el Amazonas
La obra cumbre de Gabo ya camina por fuera de las páginas del libro. Netflix reveló las primeras imágenes de la serie Cien años de soledad, que relata cinematográficamente la historia de la familia Buendía y de un pueblo que el mundo entero conoce en la imaginación: Macondo.¿Dónde queda Macondo? Netflix lo recreó para Cien años de soledadLas breves escenas divulgadas por los productores de la serie ya dan pinceladas mágicas del acontecer de la historia. Aureliano Babilonia descifra los pergaminos de Melquíades donde estaba escrita la historia de la familia hasta el último de su estirpe. Aureliano Buendía, el primer ser humano que nace en Macondo, espera la orden de su fusilamiento. Sus padres, Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, habían cruzado la sierra, y a orillas de un río de piedras como huevos prehistóricos, fundaron el pueblo.Ese era el primero de los Macondos que construyó Netflix para contar la historia: el Macondo de las casas de barro y cañabrava. Después vino otro Macondo, el que recorrimos en Alvarado, Tolima, el de los años de la prosperidad.Travesía por Macondo, de la imaginación de Gabo a una serie de NetflixArquitectos, ingenieros, productores, artesanos y todo tipo de profesionales armaron y decoraron el pueblo, con almendro en la plaza, con tienda de abarrotes, con farmacia como las que tuvo el papá de Gabo, con oficina de corregidor y hasta con quinta avenida, la llamada Calle de los Turcos. Las quinientas personas que levantaron Macondo no le quedaron debiendo nada a la obra literaria. Lo recrearon, incluso, con bar del pecado, hotel de Jacob y templo de la oración.Levantaron la mansión de los Buendía en 800 metros cuadrados, a imagen y semejanza de la casa que pintó Gabo en la novela, con cocina de dos hornos donde Úrsula hacia los animalitos de caramelo, con comedor de doce puestos y con jardín de las begonias. Y en el centro, el árbol de castaño, fabricado por expertos artesanos, donde habría de terminar amarrado el patriarca de los Buendía desde los días en que perdió el juicio.Cien años de soledad espera ver la luz en Netflix antes de terminar el 2024, como el gran lanzamiento cinematográfico del año. El pueblo y el primer anticipo deslumbran. Los amantes de la novela, que son millones en el mundo, también esperan que la historia, por fuera de las páginas inmortales, también deslumbre.Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo
La obra maestra del escritor Gabriel García Márquez llega a Netflix. Se trata de Cien años de soledad, serie inspirada en el libro homónimo del autor colombiano.Vea el tráiler aquí de Cien años de soledad: Esta historia llevada a la pantalla chica aborda a la familia Buendía, “atormentada por la locura, los amores imposibles, la guerra y el miedo a una maldición que los condena a la soledad a lo largo de 100 años”, según la sinopsis.Así es el Macondo que construyó Netflix: de la literatura a las pantallasComo si hubieran dibujado la novela, los productores y diseñadores de la serie Cien años de soledad tomaron las palabras que estaban en las páginas del emblemático libro para construir y levantar el pueblo de ficción en el que se desarrolla la historia.Un gigantesco equipo de artistas, historiadores, arquitectos, decoradores y técnicos están detrás de la iglesia, las paredes de las casas y los árboles de Macondo.La diseñadora de producción de la serie de Cien años de soledad, Bárbara Enríquez, contó que para hacer un pueblo que estuviera a la altura de Macondo “hicimos una investigación muy exhaustiva, de su historia y de su arquitectura”.En la plaza de la novela y en la plaza de la serie está el almendro y desde allí se abren las calles. La más famosa de todas es “La calle de los turcos”, motor de la economía del pueblo, que los productores de la serie llamaron “La Quinta Avenida de Macondo”.Cada espacio de la casa de los Buendía obedece rigurosamente a la narración de Gabriel García Márquez.La serie Cien años de soledad contará con 16 capítulos y se podrá ver en la plataforma de streaming Netflix. Aún no se ha confirmado la fecha de lanzamiento.‘En agosto nos vemos’, la novela póstuma de Gabo, es magnífica: Héctor Abad Faciolince
De la travesía de los colonos en Cien años de soledad surgió el primero de los muchos Macondos de la novela: el de los orígenes. La urbanización y la llegada de nuevos pobladores, de lejanas latitudes y con costumbres distintas, creó los otros Macondos: el de la prosperidad, el de la Guerra de los Mil Días, el del esplendor del banano, el del apocalipsis.Hijos de Gabriel García Márquez revelan los secretos de 'En agosto nos vemos'La obra cumbre de Gabo sedujo desde siempre al lector Alex García López, director junto con Laura Mora, de la producción audiovisual de Cien años de soledad. “Creo que cualquier persona en el mundo puede identificarse con una pareja joven de 19 años que se casa y desea escapar de su pequeño pueblo, alejándose de las preocupaciones y responsabilidades de sus padres para embarcarse en su propia aventura. La idea de crear un pueblo, una utopía inocente donde todos se tratan bien, es reconocible incluso desde el punto de vista bíblico. Sin embargo, luego llegan los obstáculos y distracciones externas, como la política, la iglesia e incluso Melquiades, quien representa la fascinación y la obsesión humanas por la sabiduría”.De las páginas del libro, como dibujando la novela, productores y diseñadores pintaron y levantaron el pueblo de la ficción en un territorio de la realidad: una finca de Alvarado, Tolima, que se adaptaba perfectamente a las necesidades del rodaje. Detrás de la plaza, de las paredes de las casas, de la iglesia y de los árboles, y, por supuesto, detrás de la casa de los Buendía, está el trabajo de decenas de de artistas, artesanos, historiadores, arquitectos, decoradores y todo tipo de técnicos y profesionales en muchas áreas. Bárbara Enríquez, la diseñadora de producción, relata cómo se unieron todos esos conocimientos para crear un pueblo a la altura del Macondo de la novela. “Hicimos una investigación muy exhaustiva, de su historia y de su arquitectura", cuenta.La casa de los Buendía, un personaje vital de la novela, un cuyo centro descansa un inmenso árbol de castaño, fue calcada de la novela. “La casa es como se siente Úrsula Iguarán. Ella la renueva, la envejece, la vuelve a renovar”, asegura Enríquez.En el recorrido por sus corredores es imposible dejar de ver el castaño en el que terminó encadenado José Arcadio Buendía desde los días en que perdió el juicio.Cada espacio de la casa obedece rigurosamente a la narración de Gabo, como lo demuestra este fragmento de la novela y lo comparamos con las imágenes. “La cocina es el corazón de la casa”, dice Bárbara Enríquez. “Allí Úrsula hacía sus caramelos que llevaron fortuna a la familia. Nuestra cocina la podemos prender porque ella pasa en ese lugar mucho tiempo.”Puertas afuera, Macondo vive los revoltijos de la política a finales del siglo XIX. La polarización política de la época era visible con los colores de las casas, testimonio de un país fragmentado. “La polarización política también es evidente”, señala el director Alex García. “Como bien lo expresó el padre Nicanor: la única diferencia es que los liberales van a misa de cuatro y los conservadores van a misa de siete. Creo que estas preocupaciones y momentos sociológicos son comprendidos por cualquier persona, ya sea en Estados Unidos, Inglaterra, Argentina, Colombia o cualquier parte del mundo”, agrega.‘En agosto nos vemos’, la novela póstuma de Gabo, es magnífica: Héctor Abad FaciolinceEn la plaza de la novela y en la plaza de la serie está el almendro y desde allí se abren las calles. La más famosa de todas es “La calle de los turcos”, motor de la economía del pueblo, que los productores de la serie llamaron “La Quinta Avenida de Macondo”.Después de conocer el Macondo de Netflix surge una pregunta: ¿el Macondo de Alvarado, Tolima, desaparecerá como ocurrió con el Macondo que nace, crece y muere en las páginas de Cien años de soledad? Bárbara Enríquez no conoce la respuesta. “En el libro, Macondo y la casa de los Buendía se destruyen, pero ¿qué va a pasar con el pueblo? Es una respuesta que no puedo dar porque no la sé”.Macondo desapareció de la faz de la tierra y de la memoria de los hombres, pero quedó descrita con tal precisión por su creador que fue posible hacerlo vivo para una serie de 16 capítulos. El reto ahora es cautivar al público con la primera adaptación audiovisual del más grande de los clásicos colombianos de la literatura universal.
Diez años después de su muerte, en Ciudad de México, los lectores de Gabriel García Márquez en el mundo entero podrán leer su novela póstuma, titulada En agosto nos vemos. Desde el Instituto Cervantes, en Madrid, Rodrigo y Gonzalo, los hijos del nobel, revelaron los secretos de esta joya de la literatura universal.Habló el ilustrador de la portada de En agosto nos vemos, la obra inédita de Gabriel García MárquezEn agosto nos vemos es la prueba de que Gabriel García Márquez jamás dejó de escribir, así en sus años finales lo acosara la peste del olvido.“En agosto nos vemos es la prueba de que un escritor no puede dejar de escribir, o por decirlo de otro modo, que no puede vivir sin escribir. Como si nos dijera en realidad que no hay que vivir para contar, sino contar para vivir. Siendo un autor de alcance mundial, este lanzamiento se realiza simultáneamente en Albania, Alemania, Armenia, Bosnia, Bulgaria, Brasil, Corea, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Estonia, Hungría, Israel, Italia, Japón, Lituania, Macedonia, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Rusia, Serbia, Taiwán y Turquía”, manifestó Pilar Reyes, directora literaria de Random House.Rodrigo y Gonzalo, los hijos de Gabo, abrieron la puerta de su publicación cuando decidieron volver a leer los manuscritos que ya estaban en manos de la Universidad de Texas.“Cuando leímos nos dimos cuenta y nos parecía que el libro estaba mejor de lo que recordamos. Empezamos a sospechar que, al igual que Gabo perdió la capacidad para escribir, también perdió la capacidad para leer. Es posible que haya perdido la capacidad para juzgar el libro. Cuando él decía ‘este libro no sirve, este libro no tiene sentido, este libro es un desorden’, nos hizo sospechar que él perdió la capacidad para juzgar el libro”, manifestó Rodrigo García Barcha, hijo de Gabriel García Márquez.Las cinco versiones del libro y las correcciones que hizo Gabo en 2008 fueron puestas en mano del editor Cristóbal Pera, con quien García Márquez compartió muchas veces la historia.“No se ha agregado nada que no estuviera en los múltiples originales que dejó Gabo de esta novela. Es cierto que en algún momento se comentó que carecía de un final, pero Cristóbal Pera, quien trabajó muy de cerca con Gabo estos manuscritos, nos confirma que, en algún momento, todavía con Gabo en vida, le planteó esa duda y le preguntó: ‘¿es cierto que todavía no tiene un final?’, y Gabo le dijo: ‘la novela tiene un final’. En ese momento leyeron juntos el final de la novela”, indicó Gonzalo García Barcha, hijo de Gabriel García Márquez.En agosto nos vemos saldrá a la luz el 6 de marzo, mismo día en que Gabriel García Márquez nació en Aracataca, Magdalena. Un lanzamiento mundial. Esta es una novela que nace en contravía con lo que hacía Gabo con los libros inconclusos.“Un Gabo en sus cabales hubiera terminado el libro, lo hubiera seguido puliendo y trabajando o lo hubiera destruido para que no quedara ningún resto del libro. De hecho, no hay más libros porque no hay más libros no terminados. Este es el último sobreviviente. Por otro lado, siempre dijo: ‘cuando yo esté muerto, hagan lo que quieran’. Entonces, eso nos ayuda para dormir mejor”, complementó Rodrigo García Barcha.Pronto, los lectores del mundo podrán disfrutar de En agosto nos vemos, la novela póstuma de Gabriel García Márquez, la historia de las tres vidas de Anna Magdalena Bach, la vida pública, privada y secreta, la de los amantes del octavo mes del año.Shakira recordó con emotivas palabras a Gabriel García Márquez: "Fue un querido amigo"
Los pájaros de “Cóndores no entierran todos los días” actuaron en la realidad de los años de la violencia bipartidista en Colombia como lo harían años después los paramilitares de Carlos Castaño en su proyecto criminal contra la izquierda. Es por eso que la novela de Gustavo Álvarez Gardeazábal, que ya cumplió cincuenta años, parece una fotografía reciente.¿Cuáles son las resurrecciones de León María Lozano de Cóndores no entierran todos los días?Pájaros en aquellos tiempos y paramilitares en tiempos mas recientes contaban, de la misma manera, con la bendición de poderosos en el gobierno y en el estamento militar. Esta afirmación la corrobora en su tesis Sebastián Martínez Mena, el bisnieto de León María Lozano. Silenciar voces para mantener el orden, sostiene en su trabajo de grado para optar por el título de politólogo: “Esa forma de hacer violencia, esa política del miedo, la política del Estado, causar temor para mantener el statu quo de la sociedad se mantiene actualmente intacta". La novela de Álvarez Gardeazábal cuenta una historia que parece repetirse en la era del paramilitarismo. La única diferencia es la víctima.En tiempos mas recientes, los paramilitares, con su ejércitos criminales, llegaban borrachos a los pueblos y masacraban gente con el único ideal de acabar con todo lo que les oliera a guerrilla. Actuaban con la anuencia comprobada de sectores del Estado, hasta el punto de masacrar a la UP, el partido político que nació de los acuerdos de paz con las FARC en el gobierno de Belisario Betancur.En la era de "El Cóndor" esa alianza criminal con poderosos era evidente porque compartían el mismo odio. La violencia llegó desde arriba, desde las élites, en la llamada Época de La Violencia. El catedrático Omar Franco lo afirma: "Como lo dijo Alfonso López Pumarejo fue una violencia inducida, vino desde lo alto".Hija de León María Lozano, el Cóndor, habló por primera vez de su padre en TV: "El mejor"¿Y en estas épocas del paramilitarismo también viene de arriba? se lo preguntamos a Marta Ruiz , una de las comisionadas que trabajo en la construcción del informe final de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, creada en el marco del proceso de paz con las FARC en el gobierno de Juan Manuel Santos. "La historia ha sido que las élites y los gobiernos y el Estado toleran, crean y se amangualan con unos grupos armados ilegales y luego no saben qué hacer con ellos cuando se les crecen. Castaño se explica porque tuvo protección del Ejército, porque lo dejaron hacer", dice la investigadora.Son las resurrecciones del cóndor: de pájaros a sicarios, de sicarios a paramilitares, de paramilitares a rastrojos, caparros o águilas negras, o como se hagan llamar. O La Inmaculada que siembra el terror en Tuluá.A León María le vendieron la idea de que era el salvador de la moral y las costumbres. Lo instrumentalizaron para conservatizar al país, afirma en su tesis de grado Sebastián Martínez, su bisnieto. "Fue víctima y victimario", afirma. En tiempos mas recientes, criminales como Carlos Castaño y Salvatore Mancuso que se creyeron llamados a "refundar la patria", fueron también instrumentalizados por el poder para ganarle la guerra a las guerrillas a cualquier precio, a costa de la vida de miles de colombianos inocentes.Gustavo Álvarez es contundente en la conclusión: "Ese efecto de enfrentarnos y no ponernos de acuerdo ha sido motivador no solo de las novelas de Gardeazábal sino de la forma como a este país lo organizaron."Entre 1985 y 2018, según la Comisión de la Verdad, los paramilitares cometieron 205.028 homicidios. Las guerrillas no se quedaron atrás: mataron 122.813 personas. Un alto precio por no ponernos de acuerdo.
Gustavo Álvarez Gardeazábal, autor de Cóndores no entierran todos los días, le rinde tributo a la mujer que se convirtió en el símbolo de lucha contra los violentos en Tuluá en la mitad del siglo XX: Gertrudis Potes.La realidad de la ficción de "Cóndores no entierran todos los días"“Era una mujer berraca, de esas que ya no hay. Ella no solo fue una líder cívica, sino una persona que impuso su normatividad, que generó la llama del Partido Liberal, fue la heredera de Uribe Uribe, del doctor Tomás que vivía en Tuluá, y por ende del mito que fue Rafael Uribe Uribe. Gertrudis es la antagonista exacta de León María y creo que allí está la fuerza de la narración”, comentó Álvarez Gardeazábal.Gertrudis Potes representó la fuerza femenina de la política en un mundo que por aquel entonces era dominado netamente por hombres. Tanto así que llegó a ser alcaldesa de Tuluá."Como política yo diría que Gertrudis le arrebató la bandera a muchos hombres con criterio de autoridad social y símbolo del respeto que aglutinaron los tulueños hacia ella", manifestó Daniel Potes Vargas, familiar de Gertrudis Potes.Gertrudis Potes impulsó a los líderes liberales a escribir una carta para denunciar las acciones violentas del cóndor y su ejército de pájaros. Algunos calificaron la misiva como documento “singular y valeroso”, mismo que no todos firmaron, por miedo físico.Javier Moro presentó Nos quieren muertos, libro que reseña la pérdida de la democracia en Venezuela
Uno de los grandes ganadores con la COP16 en Cali es el sector de alojamiento, que por estos días tiene una ocupación hotelera del 99%, lo que le dejará a la ciudad ingresos significativos.>>> También puede leer: Ranas venenosas, una de las mayores especies víctimas de biopiratería en Colombia“Cali tiene 30.000 camas, si le incluimos los moteles que ahí no están, más Airbnb, que también hay un acuerdo con el alcalde donde también se están utilizando, o sea, vamos a superar esas camas. Y ya en la rama económica estamos esperando 14,3 millones de dólares para el sector de alojamiento”, manifestó Óscar Guzmán, presidente ejecutivo de Cotelco Valle del Cauca.Desde hace siete meses los hoteles venían preparándose para este gran evento.“Hemos organizado con diferentes hoteles para que cumplan todas las normativas; también hemos organizado una atención al cliente óptima, que haya un nivel de bilingüismo para por lo menos atender lo principal que necesitan nuestros huéspedes”, aseguró Jenny Pineda, gerente de Home Life Experience.Moteles se adecuaron en Cali como hotelesTambién los moteles de la ciudad se adecuaron para hospedar a miles de visitantes.De acuerdo con Diana Echeverry, administrador del Motel Deseos, "hemos estado preparando nuestras habitaciones, creando tarifas especiales para que sean 24 horas, para que incluyan desayuno. Y todo lo que normalmente nos caracteriza como motel, sino que podamos prestar con altos estándares la lencería y la comodidad para los extranjeros que nos están visitando".Y hasta hay oportunidades para personas con disponibilidad de acoger visitantes en sus casas. "Ubicando algunas delegaciones y me pareció una buena manera de colaborar con la COP16. Tiene más de cinco habitaciones, tiene cinco baños, es una casa muy grande y yo vivo acá solo", sostuvo un habitante de Cali.El precio promedio de una noche en Cali es de 103 dólares, unos 440.000 pesos colombianos, aunque el 10% de las habitaciones disponibles cuestan el doble.>>> También puede leer: COP16: Artista colombo-sueco representará las raíces indígenas en concierto en Cali
Los recursos genéticos son el ADN de nuestra tierra, la información que tienen las semillas, cultivos, plantas, animales y todas las especies del territorio colombiano. >>> También le puede interesar: Ranas venenosas, una de las mayores especies víctimas de biopiratería en ColombiaLa gran discusión en la COP16 sobre este tema de los recursos genéticos radica en quién posee esta información que ahora está en bases de datos y cómo las grandes empresas farmacéuticas, cosméticas, textiles y de otros sectores han accedido a ella sin pagar ni reconocer la soberanía del país de origen.Yolanda Terán, representante del pueblo Kichwa, de Ecuador, manifestó: “Los pueblos indígenas, comunidades locales, mujeres y jóvenes somos los custodios de la madre naturaleza. No le hemos puesto un valor en números, pero tiene un valor que no es calculable, y si es que lo existe, ¿a dónde van esos fondos?, o ¿qué tipo de fondo se va a crear?, ¿un fondo global, un fondo multilateral?, y ¿dónde va a funcionar ese fondo?, ¿cómo se va a hacer ese reparto de beneficios?El llamado de comunidades indígenas, ambientalistas, investigadores y científicos de datos es a proteger este invaluable patrimonio genético. ¿Qué dijo la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, sobre los recursos genéticos en el país?La presidenta de la COP16, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, aseguró que Colombia tiene la mira puesta en la protección de los datos.“Se está trabajando en un gran proyecto en la Nube Nacional de Datos para que, precisamente, empecemos a tener soberanía sobre los datos, porque los datos de nuestro país se nos fugan, otros los usan y nosotros ni siquiera nos estamos dando cuenta, y más cuando hablamos de recursos genéticos”, aseguró la ministra Muhamad.Pese a que Colombia no hace parte del acuerdo más importante en esta materia, el Protocolo de Nagoya, la ministra Muhamad aseguró que el país tiene mucho que aportar a la discusión mundial en esta cumbre de biodiversidad.>>> También puede leer: Agroindustria de la caña en el Valle creará corredor biodiverso de 6.500 hectáreas
El paro campesino continúa en cinco departamentos del país. Varias vías, entre ellas, la que conduce de Medellín a Manizales siguen bloqueadas.>>> También puede leer: ¿Por qué protestan los campesinos y mineros en Santander, Norte de Santander y Boyacá?Paro campesino en SantanderEn Santander, no avanza la mesa de diálogos con el Gobierno nacional para que líderes del paro campesino abran paso en las carreteras nacionales que se encuentran bloqueadas por las manifestaciones.Persisten los cierres en la conexión Bucaramanga - San Gil y Bucaramanga - Cúcuta con gigantescos trancones. Al encuentro programado para la tarde de este martes, no asistió la viceministra de Ordenamiento Ambiental del Territorio, Lilia Tatiana Roa, como lo esperaban los voceros.Paro campesino en PaipaContinúa cerrada la vía nacional en Paipa, Boyacá, donde cerca de 250 campesinos protestan por la delimitación de los páramos y las fronteras agrícolas. En la zona está habilitado el corredor humanitario para el paso de ambulancias y personas que requieran atención médica.Paro campesino en CúcutaDos días cumplieron los bloqueos de la vía que conecta a Cúcuta con Bucaramanga. Más de 2.000 campesinos están ubicados en el peaje Los Acacios, en la entrada del municipio de Chitagá. Hay viajeros atrapados en vehículos y el comercio totalmente paralizado.Paro campesino en MedellínCuatro puntos de Antioquia se vieron afectados por los cierres. En el municipio de Santo Domingo, en el sector Porcecito; en la vía Puerto de Berríos – Cisneros, en San Roque, en el sector EDS Texaco, en el municipio de Valdivia y en el sector Primax, municipio de Caucasia. Este último fue el más significativo de la jornada, donde protestaron más de 400 personas por varias horas.Razones de las protestas de los campesinos La protesta fue convocada por la Federación de Campesinos Parameros del Nororiente Colombiano, que está en contra de la delimitación de los páramos, la frontera agrícola, las zonas de reserva temporales y la Ley de Páramos, que -a su entender- afectará la producción agropecuaria y la economía no solo de estas poblaciones sino también de todo el país.Los habitantes de los páramos de Almorzadero y Santurbán, en Santander y Norte de Santander, así como la Sierra Nevada del Cocuy, en Boyacá, usaron camiones, palos, piedras y llantas para bloquear las carreteras, en lo que aseguran es un paro pacífico, pero que ha provocado enormes trancones. "Somos muchas las familias afectadas, las que vivimos en zona de páramo; aproximadamente unas 10.000 familias que hasta el momento no hemos sido visibilizadas. Para una parte del país, los páramos son frailejones, ecosistema, y se les ha olvidado que ahí hay familias que sobrevivimos gracias a esta tierra y es nuestra fuente de economía”, dijo a la agencia de noticias EFE Ana Milena Bohórquez, habitante del páramo de Almorzadero.>>> También puede leer: Paro de taxistas en Colombia este jueves: puntos de concentración
En la noche de este martes se llevó a cabo una velatón en Bogotá como homenaje al niño de 9 años Juan Felipe Camargo Correa, quien murió el pasado 15 de octubre tras ser arrollado por un vehículo cuando salía de su colegio en compañía de su papá y de su abuela, que también resultó gravemente herida.>>> También le puede interesar: Mujer en camioneta atropelló y le quitó la vida a niño que salía de colegio en Bogotá: quedó libreEl acto organizado por la familia y amigos del menor se realizó al frente del colegio en el que él estudiaba. Compañeros y profesores se unieron al homenaje para pedir justicia y exhibieron pancartas con los siguientes mensajes: “Nos arrebató a nuestro niño, justicia para Juan Felipe”, “exigimos justicia para nuestro ángel” y “Dios te tiene en su santa gloria”.¿Cómo fue el accidente en el que perdió la vida el niño Juan Felipe Camargo?El capitán del Ejército Juan Sebastián Camargo, padre del niño Juan Felipe, habló con Noticias Caracol ahora y contó cómo sucedió el accidente en el que perdió la vida su hijo.“Exactamente, a las 3:00 p.m. del día 15 de octubre, me dispuse a recoger a mi hijo en el colegio José Joaquín Casas. Era un día normal y, al momento de cruzar la calle, pues (había) una fila de vehículos que estaba estacionada. Yo me hago al frente del vehículo para asegurarme que no haya peligro, que el resto de los vehículos ya hayan pasado, y él (su hijo) estaba al frente del vehículo que estaba estacionado hace más de 20 minutos, una camioneta último modelo de color blanco”, empezó relatando Camargo.Posteriormente, cuenta el padre de Juan Felipe, “al momento de cruzar la calle, pues obviamente yo estoy un poco más adelante del vehículo para asegurarme que ya no venga nada y, de un momento a otro, de golpe y de manera inesperada y abrupta, el vehículo arranca, arrollando a mi hijo y a su abuela. El vehículo les pasa prácticamente por encima y, de la velocidad que iba, impacta siete vehículos más”.Tras el siniestro vial, el niño fue “trasladado al hospital Simón Bolívar, pero desafortunadamente pierde la vida minutos después”, finalizó el capitán Camargo.>>> También puede leer: Papá de niño que murió atropellado por lujosa camioneta en Bogotá envía mensaje a conductora
Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo, un privilegio que, a su vez, nos hace blanco de flagelos como el tráfico y la biopiratería, prácticas ilegales que pone en riesgo a los distintos ecosistemas del territorio. Especies como las ranas son algunas de las más amenazadas.>>> Puede interesarle: Animales víctimas de tráfico fueron liberados en la Reserva Natural Yurumí¿Qué es la biopiratería?Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente, explica a la audiencia de Noticias Caracol que la biopiratería es, en términos simples, tomar sin autorización los recursos genéticos o plantas vivas de un país para hacer una innovación sobre ellos.Becerra, quien es presidente del Foro Nacional Ambiental, dice que Colombia está en total desventaja en esta materia, puesto que Colombia debería beneficiarse económicamente de las patentes generadas a partir de los recursos genéticos nacionales."En ese campo hemos fracasado absolutamente. Las grandes biofarmacéuticas u otras compañías que hagan uso de los recursos genéticos de Colombia, que incluye tanto aquellas especies que son endógenas como otras que no, tienen que pagar necesariamente unos beneficios", destacó el experto.Principales víctimas del tráfico ilegalEn Colombia hay un listado de animales víctimas del tráfico ilegal con distintos fines, incluido el del uso de los alcaloides de su piel para la industria farmacéutica y química del mundo. Entre ellos, una de las mayores afectadas son las ranas venenosas. El biólogo Pablo Palacios comentó que las ranas venenosas tienen grandes presiones por ser animales muy exóticos. "Enfrentan grandes amenazas, particularmente la deforestación de sus hábitats, las enfermedades emergentes, pero hay una particular también, que por su belleza las vuelve muy deseadas y es el tráfico ilegal buscando potenciales analgésicos", explicó.De acuerdo con el experto en biodiversidad, a partir de estas ranas venenosas se han logrado aislar compuestos químicos que son sintetizados y convertidos en medicamentos."Nosotros aquí en Colombia tenemos a Oophaga lehmanni, una especie que es endémica del de la zona del Anchicayá, en el Valle del Cauca, y es una especie que ha sido ampliamente traficada", aseveró Palacios, quien se pregunta a dónde han ido a parar los individuos que han sido sacados ilegalmente de su hábitat.Comunidades comprometidas con la biodiversidadMauricio Flórez, director de la Reserva Natural Río Ñambí, ubicada en el piedemonte costero en Nariño, habló sobre el trabajo que han tenido que hacer con la comunidad para proteger especies como la rana diablito."Empezaron comprándolas a 2.000 pesos y empezamos un trabajo muy importante con la comunidad para que ellos no la vendan. Logramos que la comunidad conserve este sitio", acotó Flórez.Pero el trabajo de concientización debe ir un paso más allá, pues para detener la biopiratería se requiere compromiso de todas las naciones del mundo. Este es un tema que está dentro de la agenda de la COP16, la cumbre de biodiversidad más grande del planeta, la cual se está llevando a cabo en Cali.>>> Puede interesarle: Manglar, cuna de vida marina que está bajo amenaza: emprendimiento isleño busca salvarlo