En su segundo discurso ofrecido desde el balcón de la Casa de Nariño y que tuvo lugar el 1 de mayo de 2023, el presidente Gustavo Petro
convocó a los ciudadanos a una movilización social en las calles del país con el fin de respaldar sus reformas y anticipó la posibilidad de una “revolución” si el Congreso las rechaza.
Con la frase “los invito a estar en la primera línea de lucha por las transformaciones”, el presidente Gustavo Petro habría convocado a los colombianos a marchar a favor de las reformas que ha planteado durante su gobierno.
De acuerdo con el analista político Gabriel Cifuentes, lo que se puede interpretar del discurso del mandatario son principalmente 3 cosas: en primer lugar, que estamos entrando en la segunda etapa de su gobierno, donde ha decidido quemar los puentes de concertación con los partidos tradicionales haciendo un remezón ministerial. En segundo lugar, que ha anunciado una división de los partidos tradicionales, rompiendo con las coaliciones que se tenían en el Congreso. Y tercero, que está buscando una movilización de la ciudadanía en las calles.
Según el experto, el objetivo del presidente Gustavo Petro es “conectarse nuevamente con su base y ejercer una presión sobre el Congreso recordándole las razones por las cuales fue elegido”. Asimismo, señala que este no es el primer discurso incendiario del gobernante, ya que en el 'balconazo' anterior mantuvo “las mismas líneas”.
El analista político Sebastián Bitar asegura que “la presidencia no es el único poder público que existe y en el Congreso tienen una minoría con la que no puedan sacar adelante ninguna reforma si no lo hacen haciendo coalición con otros partidos”. En este sentido, asevera que “el presidente Gustavo Petro está exagerando la cantidad de poder que tiene”.
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Acorde con Bitar, “la democracia es mucho más que solamente haber ganado la segunda vuelta” y los partidos que están elegidos en el Congreso tienen todo el derecho a ponerle condiciones y cambios a las reformas propuestas por el mandatario: “no tienen por qué hacerle caso. No trabajan para él”, afirma.
Cifuentes comenta que si bien es exagerado pensar que el discurso del balcón va a atemorizar a los partidos dentro del Congreso, la amenaza de ir a negociar uno a uno con los diferentes congresistas, en lugar de hablar con las cabezas de los partidos, sí puede representar un riesgo para los principales proyectos que tiene avanzado el gobierno.
En este sentido, Bitar refuerza que “el presidente está tomando una posición radical en este momento y la salida de los ministros fue apresurada”. Sin embargo, menciona que todavía se puede cambiar este discurso: "no es un momento en donde se haya acabado completamente la relación entre el gobierno y los partidos. Si el presidente Petro quisiera cambiar su discurso, hacerlo de una manera más fácil de concertar con los partidos, seguramente todavía lo podría hacer”.
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Los analistas coinciden en que para que el mandatario pueda llevar a cabo las reformas planteadas en su gobierno necesita el apoyo de los partidos, más de lo que tiene en ese momento.
En cuanto a las declaraciones del presidente sobre la reforma de salud y la de pensión que si no se sacan adelante se van a acabar las EPS y los fondos privados de pensión, los analistas políticos destacan que si bien se necesita un cambio en el sistema de salud para que mejore, la solución no se encuentra dentro de esta reforma, y los fondos de pensiones “no se van a quebrar”.
En contraparte, “lo que sí podría romper el sistema pensional es que se ponga un tope demasiado alto en cuánto es lo que tiene que ir al sistema público”. Al tener los topes muy altos, el fondo privado “se quedaría sin financiamiento”.
De esta manera, “esto le podría hacer un daño muy grande al ahorro público porque ese es un dinero que el gobierno se puede gastar en lo que quiera hoy y, por lo tanto, cuando se necesita ese dinero para la gente que está cotizando cuando se vaya a pensionar el futuro, posiblemente no lo van a ver”.
En un reciente pronunciamiento de Gustavo Petro desde Madrid, España, declaró que se deben “usar las instituciones porque para eso son” y nuevamente convocó a la población a hacer presencia en las calles para manifestar el respaldo hacia los cambios.
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Para Cifuentes esta es una muestra de que el presidente sigue desarrollando la idea, de manera reiterada, de involucrar a la ciudadanía en las calles porque “está convencido de que él es el resultado de esas movilizaciones sociales”. En este sentido, el experto advierte que “esas convocatorias reiteradas pueden llevar o pueden conllevar a un desgaste y a una polarización en la ciudadanía”.
En cuanto a la frase del mandatario en referencia a las instituciones, que están hechas para usarlas, el analista afirma que Gustavo Petro “está hablando como un dictador y no como un presidente que reconoce la separación de poderes”. Es por esto que señala la importancia de que el Congreso “le haga saber que el pueblo también votó por las elecciones para Congreso y, por lo tanto, los partidos representados tienen derecho democrático de participar en esas reformas”.
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“Un presidente puede administrar, ejecutar y hacer todo lo que la Constitución le dice, pero lo que no puede hacer es saltarse al Congreso para expedir las normas. Si necesita cambiar la Constitución o las leyes tiene que ir al Congreso, y ahí es en donde él se equivoca. Él no tiene el apoyo ni en la calle ni en el Congreso para poder darle órdenes a cómo esas personas en el Congreso tienen que votar en una reforma”, puntualiza.