Muchos se preguntan qué pasará con los diálogos entre el Gobierno nacional y el ELN luego de que la guerrilla hablara de “crisis” en la mesa de negociación que, en su primer ciclo, se adelantó en Caracas, Venezuela.
Alejo Vargas Velásquez, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional, considera que el impasse del cese al fuego bilateral anunciado por el gobierno de Gustavo Petro y al que el ELN no se sumó, no es un tema menor.
“Yo lo que creo es que, como la respuesta del gobierno, de distintos voceros del gobierno, fue minimizar el hecho del comunicado del ELN de no pasó nada, creo que ese segundo comunicado cuando dicen ‘sí hay una crisis en la mesa’ es justamente para darle la importancia de decir ‘sí señores, sí paso’”, explicó.
Otro tema que parecería menor es la falta de un canal de comunicación entre las dos partes una vez hay receso en la mesa.
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“Al terminarse la reunión formal queda suspendida toda comunicación, porque claramente no hay ningún acuerdo de ubicación de fuerzas, de localización, y por lo tanto los miembros del ELN, que en eso son demasiado precavidos -si se quiere quisquillosos-, no van a estar contestando un celular de un campamento guerrillero”, afirma Vargas.
Y aunque la mayoría de las voces expertas en el tema coinciden en que este impasse no afectará los temas de fondo, Ariel Ávila, senador y vicepresidente de la Comisión de Paz, señala que el “irse a Venezuela, pedirle a Maduro que presione; luego irse a Chile, pedirle al presidente Boric que presione, es como si una de dos partes es la que quisiera dirigir el proceso”.
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Este desencuentro entre Gobierno y ELN también pasa por un cambio en la logística y hasta en la agenda, pues de darse una reunión extraordinaria sería nuevamente en Venezuela. A esto se suma que el inicio del segundo ciclo ya no sería el 23 de enero, sino la segunda semana de febrero, tras dificultades logísticas de México, sede del segundo ciclo.