Ser nieto o nieta de expresidente, una buena credencial para el gobierno y Centro Democrático

Ser nieto o nieta de expresidente parece ser una buena credencial en el Gobierno y su partido. La semana pasada se oficializó la designación de Alejandra Botero, nieta del expresidente Virgilio Barco, como nueva directora del Departamento de Planeación Nacional, cargo que han ocupado en el pasado economistas muy reconocidos y con amplia trayectoria.

Alejandra es hija de Carolina Barco, embajadora del actual gobierno.

Hoy se supo que en la embajada de Colombia en México será nombrada Ángela Ospina, nieta del expresidente Mariano Ospina Hernández y consuegra del expresidente Andrés Pastrana.

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Miguel Uribe, nieto del expresidente Julio César Turbay, se perfila como cabeza de lista para el Senado de la república del Centro Democrático, el partido de gobierno. Y otra nieta, la del expresidente Guillermo León Valencia, la senadora Paloma Valencia, es precandidata presidencial también en el Centro Democrático.

Hay de origen liberal y de ascendencia conservadora. Si le sumamos que el hijo del expresidente López Michelsen y la señora del expresidente César Gaviria son embajadores es inevitable que mucha gente perciba que hay más privilegios que méritos.