Sergio Jaramillo Caro, quien lideró, junto a Humberto de la Calle, el equipo negociador del gobierno de Juan Manuel Santos de los acuerdos de paz, habló con Juan Roberto Vargas sobre los avances, los pendientes y los lunares de la implementación.
Juan Roberto Vargas: ¿En dónde estamos 5 años después de haberse logrado esa firma y sobre todo con un tema que 5 años después sigue polarizando al país, sigue generando opiniones a favor y en contra, pasiones extremas de un lado y del otro?
Sergio Jaramillo: Lograr ese acuerdo fue una cosa realmente extraordinariamente difícil y cuando uno mira qué ha pasado en otros lugares no encuentra sino fracasos. Mire el enorme fracaso que acaba de ocurrir en Afganistán. Y, además, las estadísticas muestran que el 50% de los procesos de paz fracasan en los primeros 5 años. Y el proceso, no solamente no ha fracasado, sino que en medio de toda clase de adversidades sigue adelante con fuerza, de manera que eso a mí me da motivación, mi actitud es una de las que yo llamo de optimismo realista, que creo que es lo que hay que tener.
Juan Roberto Vargas: Tal vez el gran lunar, y del que todo el mundo habla, ya hablaremos de justicia y de las víctimas, pero del que todos hablan es el que tiene que ver con la seguridad. Y cuando hablamos de seguridad, no solamente es en los territorios donde antes estaban las FARC. Estamos viendo una cantidad de grupos criminales casi que multiplicados por 5 o 6 diferentes a los que había antes de que las FARC se desmovilizaran como guerrilla. ¿Hoy para usted ese es el tema más difícil de lograr consolidar, el de la seguridad en los territorios?
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Sergio Jaramillo: Sin lugar a dudas. Ese es el gran lunar del proceso de paz de Colombia, es el fracaso de la política de seguridad. Pero esto como todas las cosas hay que verlo pausadamente, hay que verlo analíticamente, porque es cierto que en Colombia, en general, la tasa de homicidios ha seguido o bajando o se ha estabilizado. Pero cuando vemos lo que ocurre en los municipios que son parte de los llamados programas de desarrollo con enfoque territorial, y los municipios donde está el programa de sustitución de cultivos, se encuentra que esa tasa de homicidios ha subido el 20% en estos 5 años desde el acuerdo, y encuentra que las masacres en Colombia, que parecían una cosa del pasado, se han multiplicado, según las cifras oficiales, por 4 -según otros que siguen estas cifras por 8-, la cifra de muertos en los últimos 5 años por cuenta de las masacres se ha multiplicado por 9, que es una cosa tremenda, pero en el fondo tristemente no es difícil de entender lo que está pasando, que es que teníamos un conflicto armado interno en Colombia, el estado colombiano estaba enfrentado a las FARC desde hace más de 50 años, ese conflicto terminó, pero subsiste el sistema de rentas que alimentaba el conflicto, que está en disputa, por toda clase de grupos. Estas matanzas son una manera de buscar control territorial por estas organizaciones y ahí es donde ha habido un fracaso, ahí es donde hay que realmente hacer una pausa en el camino, revisar completamente la estrategia y pensar de nuevo cómo sacar el problema de seguridad porque si no lo resolvemos el proceso está en riesgo como está ya en riesgo grave en lugares como el Cauca y Nariño.
Juan Roberto Vargas: El gobierno actual, en estos tres años que lleva y pensando en lo que le queda dice que el gran problema fue que en el acuerdo de paz que suscribieron ustedes a nombre del estado colombiano, prácticamente promovieron que se dispararan los cultivos ilícitos en Colombia y dicen que esa, como usted lo señala, es la gran gasolina de ese conflicto que tiene a todos pensando en que el acuerdo en tema de seguridad ha sido un gran fracaso.
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Sergio Jaramillo: Desafortunadamente se dicen, francamente, muchas mentiras. No hay ninguna duda en que los cultivos ilícitos en Colombia crecieron en ese periodo. Ahora, el acuerdo mismo no creó ningún incentivo para que crecieran esos cultivos, sino que por el contrario formuló unas propuestas de una visión territorial de cómo abordar el tema de los cultivos y las regiones en el marco netamente de los programas de desarrollo, que es lo que no ha ocurrido. Y sí se cometió un error grave desde la anterior administración, que fue cambiar lo que estaba en el acuerdo por un sistema de transferencia directas a los cultivadores, que a mi juicio -lo dije en su momento- le daba incentivos perversos y probablemente no iba a llevar a una solución, que no ha llegado. Pero dicho eso, el problema no es simplemente un cultivador, el problema es todo un sistema de rentas que hay en territorio y cómo podemos tener planes que coordinen la acción del Estado y trabajen con la gente para que nuevamente el Estado colombiano tenga gobernabilidad, pero sobre todo para que estas personas sean incorporadas a la vida nacional, que es el fondo del acuerdo, que es en lo que más atrasados estamos.
Juan Roberto Vargas: Hay un punto clave que es el de la reforma rural. El tema hacía parte de lo primero que se acordó con la guerrilla, como parte de una reforma estructural, en ese punto ¿qué tan endeudados estamos todos los colombianos?
Sergio Jaramillo: Seamos lo más objetivos posibles. El gobierno hizo una cosa que yo considero muy positiva, que fue que reconoció, en medio de sus diferencias ideológicas y de lo que opinaba del acuerdo, que los programas de desarrollo con enfoque territorial eran una buena idea para el país, los adoptó, los ha estado trabajando, había hecho una cosa importante, que es asegurar la inclusión de las autoridades locales en esos planes, y asegurar que el proceso de planeación fluye y que lo que se hace en las comunidades entra en los planes de desarrollo municipales y departamentales. Eso me parece que es muy positivo y creo que hay un ejemplo de una política que deberían seguir todos los demás gobiernos porque ahí está la salida.
Sin embargo, hay tres problemas muy graves con lo que se ha hecho hasta ahora. El primero es que todo se ha hecho, como suele ocurrir en Colombia, con muy poca coordinación con el resto del Gobierno y del Estado, entonces la coordinación con los demás ministerios es pobre, la coordinación en materia de seguridad ha sido muy pobre y eso hace que el impacto sea bajo.
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Segundo, más grave aún, el nivel de ejecución de esos programas ha sido bajísimo. Según las propias cifras del gobierno, que dice que ha hecho una planeación muy juiciosa… concedámosle eso, muy bien, pero lo que pasa es que en una situación de posconflicto como la que vive Colombia, uno no se puede permitir que pasen los años y no se ejecuten las cosas. Las cifras del gobierno dicen que algo así como el 4% de lo que se planeó en proyecto con las comunidades en realidad se ha ejecutado, entonces la gente ve que no pasa nada.
Y los planes que estaban en la reforma rural integral, los llamados 16 planes nacionales justamente para proveer servicios de educación, salud y todo esto. Al día de hoy, de esos 16 hay 7 que todavía no han sido aprobados.
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Juan Roberto Vargas: Hablemos del otro punto que también genera una polarización enorme en torno al acuerdo de paz, que pareciera tener versiones distintas aquí adentro, hablo de Colombia, y hacia afuera una mirada completamente diferente, y es el tema de la justicia, que fue pactada dentro del acuerdo de paz. Hay suficiente ilustración de todo lo que se ha dicho y se dice sobre lo que representa esa justicia transicional, pero es que hasta personas que son afines, que están de acuerdo con lo que se firmó y se pactó, dicen ‘eso está quedado’. El diagnóstico que usted hace sobre ese tema cuál es.
Sergio Jaramillo: Si usted toma una mirada comparativa internacional realmente los tiempos han sido no solamente razonables, sino incluso cortos. Lo que ha logrado la JEP en materia de imputaciones, eso no había pasado, hay que decirlo, en ninguna parte del mundo, ninguna guerrilla se ha presentado ante un tribunal ni había sido imputada por crímenes de guerra ni de lesa humanidad como consecuencia de un acuerdo de paz. Falta mucho y lo que falta es lo más difícil. Falta que la JEP muestre que es capaz no solamente de hacer imputaciones sólidas sobre la base de testimonios que le dan voluntariamente, sino también de vencer en juicio a quienes no quieran reconocer crímenes gravísimos. Eso falta.
Falta que la Comisión de la Verdad, que ha hecho un trabajo, hasta donde yo sé extraordinario, recoger toda clase de testimonios en todo el territorio nacional de lo que fue el conflicto, falta que les muestre a los colombianos que es capaz de producir un informe justo, equilibrado, que nos ayude a todos a entender qué fue lo que pasó. Falta que la unidad de búsqueda de personas desaparecidas tenga resultados mucho mejores de los que ha dado hasta el momento, porque yo la siento bien quedada. Pero ahí vamos en un esfuerzo que tiene la atención de todo el mundo porque eso no ha pasado en ninguna otra parte.
Juan Roberto Vargas: Tal vez uno de los puntos sobre este aspecto fundamental, que más genera, por decirlo menos, desazón, en otros indignación, es la actitud de los mismos dirigentes de la antigua guerrilla de las FARC, hoy partido Comunes. Cuando hablando de reconocimiento, casi que no reconocen el tema de secuestro, casi que no reconocen -incluso algunos de ellos todavía lo niegan- el tema de reclutamiento de menores, el tema de la esclavitud, que la JEP lo puso sobre el tapete hace algunas semanas. Es decir, estamos hablando de temas muy gruesos, y en los que en Colombia, gente que apoya el acuerdo de paz, esperaba una actitud diferente de las FARC. ¿Comparte esa visión de la forma como los antiguos dirigentes de las FARC han reconocido sus crímenes de lesa humanidad?
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Sergio Jaramillo: Lo que ve la gente son a quienes están en el Congreso cómo están actuando y uno sí quiere siempre que mantengan esa actitud de humildad, que reconozcan lo que ocurrió y que dejen a un lado cualquier actitud de soberbia.
Juan Roberto Vargas: ¿Qué sigue y qué viene? Lo pregunto por el proceso electoral difícil, duro, doloroso en algunos casos, polarizante, donde va a haber de todo en esta campaña de cara a las elecciones presidenciales del 2022. ¿Cómo ve el acuerdo de paz metido en todo este huracán político que se avecina?
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Sergio Jaramillo: Hay que remangarse porque el proceso sigue siendo frágil. El proceso es como un árbol que hay que estar regando y si usted no se arremanga y no coordina pierde el año, como estamos perdiendo el año en Cauca. ¿Cómo es posible que en este gobierno haya habido 78 líderes asesinados en Cauca y no esté el presidente de la República cada 15 días pidiendo cuentas en Popayán hasta que realmente mate ese problema? Eso es lo que hay que hacer ya. Se necesita una mejor coordinación y un mayor impacto porque el problema no es tanto del territorio, son cuatro o cinco focos bien identificados con los que hay que actuar.
- Vea el informe especial: La paz esquiva en el Cauca
Si quiere ver la entrevista completa puede hacerlo en el video que encuentra en la parte superior de este informe.