Un trino del presidente de Argentina, Alberto Fernández, despertó las tensiones diplomáticas entre Colombia y ese país.
“Con preocupación observo la represión desatada ante las protestas sociales ocurridas en Colombia. Ruego porque el pueblo colombiano retome la paz social e insto a su gobierno a que, en resguardo de los derechos humanos, cese la singular violencia institucional que se ha ejercido”, escribió el mandatario gaucho.
Esas palabras no cayeron bien en la Cancillería colombiana, organismo que rechazó el pronunciamiento de Fernández, al calificarlo de 'intromisión arbitraria' que "alimenta la polarización y no contribuye a la convivencia y al consenso".
Comunidad internacional aboga por diálogos
Pero este no es el único ruido que enfrenta Colombia en la comunidad internacional por el paro nacional y las denuncias de violaciones de derechos humanos.
Naciones Unidas emitió un nuevo comunicado en el que, además de alentar los diálogos del Ejecutivo con los sectores involucrados para salir de la crisis, instó al gobierno de Iván Duque a garantizar el derecho a la protesta pacífica.
Desde Berlín, hacen un llamado similar en el que piden que se esclarezcan todas las acusaciones sobre uso excesivo por parte de las fuerzas de seguridad, al tiempo que condenan el uso de violencia de "aquellos que se mezclan entre manifestantes pacíficos para cometer vandalismos", según lo expresó por escrito la comisionada para derechos humanos y ayuda humanitaria del gobierno alemán.
La preocupación también se extiende a Bruselas, donde eurodiputados piden una 'salida pacífica' para Colombia en la que la moderación y el diálogo sean los puentes para pasar la amarga página que vive el país por las manifestaciones que dejan al momento 26 muertos, según lo informó la Defensoría del Pueblo.
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