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Tras el éxito de Ghost of Tsushima, Sucker Punch Productions regresó a Japón feudal con una ambición aún mayor: construir un mundo que respire, se mueva y reaccione al jugador. En una reciente publicación, Adrian Bentley, director de programación del estudio, explicó los fundamentos técnicos que dieron forma a Ghost of Yōtei, desde la simulación de nieve hasta el trazado de rayos en PlayStation 5 Pro.
El estudio buscó que la exploración fuera natural y libre, sin indicadores intrusivos. Para lograrlo, se enfocaron en extender las líneas de visión y optimizar el renderizado de la naturaleza. Montañas, hierba y vegetación fueron tratados con nuevas técnicas de generación procedural y renderizado por GPU, capaces de manejar millones de elementos sin saturar la CPU.
Cada zona se diseñó para ofrecer su propia identidad visual: campos de flores que pueden cortarse con la espada de Atsu, vegetación que responde al viento y entornos que invitan a perderse. La combinación de shaders avanzados y sistemas de partículas permite que cada hoja, piedra o pétalo tenga una respuesta física convincente.
Ambientado en Hokkaido, el juego debía reflejar la crudeza de sus inviernos. Para ello, los terrenos usan teselado dinámico y un sistema de deformación en tiempo real. Cada paso o movimiento del personaje modifica la superficie nevada, levantando partículas y generando efectos de desplazamiento visibles en pantalla. Incluso árboles y arbustos acumulan nieve, que puede desprenderse con el impacto del combate o el viento.
El resultado es un paisaje vivo, en el que las texturas no solo se observan, sino que se sienten a través de las acciones del jugador.
Sucker Punch también rediseñó su motor para renderizar nubes frente a la geometría, algo imposible en Ghost of Tsushima. El nuevo sistema introduce movimiento fluido y transiciones de luz realistas, aprovechando la potencia de la GPU y las instrucciones de coma flotante de 16 bits de PS5.
Además, se añadieron volúmenes locales de niebla y un sistema de sombras de nubes que permite ver los llamados “rayos de dios” atravesando el cielo. Los artistas incluso pueden colocar manualmente puntos de luz que refuercen momentos narrativos o paisajes clave.
El nivel de detalle en los atuendos de Atsu fue posible gracias a un sistema de simulación de tela por GPU con soporte para múltiples capas y colisiones. Esto permite que la ropa, los colgantes y los adornos respondan al viento y al movimiento con precisión física.
La misma tecnología de partículas se aplicó para efectos ambientales: polvo, barro, agua o sangre se adhieren al cuerpo del personaje según su entorno. Bentley explicó que la intención era “anclar” a Atsu al mundo, logrando que su apariencia refleje la dureza de cada batalla.
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Uno de los aspectos más innovadores del título es la posibilidad de viajar al pasado para explorar la historia familiar de Atsu. Este cambio temporal no se limita a la historia: el juego altera la iluminación, geometría y animaciones en tiempo real, todo gracias a la velocidad del SSD y a un cuidadoso sistema de precarga. Las partículas sirven como cortina visual que disfraza la transición sin interrupciones.
Sucker Punch implementó trazado de rayos para mejorar la iluminación global, priorizando la fidelidad lumínica sobre los reflejos. Con el hardware optimizado de PS5 Pro, el modo RTGI (Ray-Traced Global Illumination) permite mantener los 60 fotogramas por segundo mientras ofrece sombras y luz ambiental más precisas.
El estudio también adoptó el nuevo escalado PSSR de Sony, que reconstruye la imagen con mayor estabilidad y detalle que los métodos tradicionales.
La experiencia de Ghost of Yōtei no se limita a lo visual: los tiempos de carga se redujeron a la mitad respecto al título anterior. El motor ahora precarga solo los elementos esenciales para el primer fotograma, permitiendo desplazamientos instantáneos por el mapa sin pantallas negras.
Bentley concluye que Ghost of Yōtei es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que el arte y la ingeniería se influencian mutuamente. El objetivo fue construir un mundo en el que el jugador quiera perderse, y a juzgar por la respuesta del público, lo consiguieron.
Cinco años después de iniciar el proyecto, Sucker Punch reafirma su posición como uno de los estudios más avanzados técnicamente dentro del ecosistema PlayStation. Ghost of Yōtei no solo es una secuela espiritual de Tsushima, sino también una muestra de cómo la tecnología puede convertirse en una forma de arte.
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