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Si alguna vez te imaginaste cómo sería juntar Overwatch, Sea of Thieves y FTL: Faster Than Light en una sola experiencia multijugador, Wildgate es lo más cercano a ese sueño (o pesadilla) espacial. Esta ópera prima del estudio Moonshot Games, conformado por antiguos talentos de Blizzard, llega como un PvPvE cooperativo donde cinco naves compiten en un mismo mapa por recursos, mejoras y, sobre todo, la gloria de ser los primeros en escapar con un poderoso artefacto a través de una “Wildgate” interdimensional.
Pero ojo: Wildgate no te toma de la mano. En sus primeras partidas, la curva de aprendizaje puede sentirse más como una muralla. Entre roles, mecánicas y decisiones tácticas, no es raro pasar varias partidas sin tener muy claro qué se supone que estás haciendo. Afortunadamente, cuando empiezas a entender sus sistemas, el juego revela su mejor cara: un campo de batalla espacial donde la comunicación, estrategia y ejecución lo son todo.
En Wildgate, no basta con disparar bien. Cada tripulación de cuatro jugadores controla una única nave que sirve como base móvil, centro de operaciones y arma principal. Cada jugador debe asumir un rol claro: uno pilota, otro lanza sondas, otro defiende y otro recoge recursos. Todo esto mientras exploran ruinas llenas de enemigos controlados por la IA, resuelven acertijos ambientales y se preparan para el inevitable encuentro con otras tripulaciones humanas.
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El combate entre naves es brutal y emocionante. Las batallas van desde intercambios de misiles hasta abordajes caóticos donde puedes sabotear motores, plantar explosivos o prender fuego al interior enemigo. Hay algo profundamente satisfactorio en colarse a una nave rival y ver cómo tu caos interno termina por destruirla desde dentro.
Si te gustaron los combates navales de Assassin’s Creed IV: Black Flag o los abordajes frenéticos de Sea of Thieves, aquí te vas a sentir como en casa.
Los personajes, conocidos como “Prospectors”, son una mezcla colorida de alienígenas, humanos modificados y estilos sacados de un cómic de ciencia ficción. Cada uno tiene habilidades pasivas únicas: uno puede detectar enemigos desde atrás, otro usa telequinesis, y otro vuela con jetpack a toda velocidad. Aunque sus diseños pueden ser algo genéricos en algunos casos, hay variedad suficiente para explorar distintas formas de juego.
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Al inicio, solo tienes acceso a una parte de los Prospectors y las naves. A medida que juegas, desbloqueas contenido a través de un sistema de progreso tipo pase de batalla, con recompensas, misiones diarias y desbloqueos progresivos. Esto ayuda a mantener el interés, pero también puede sentirse lento para quienes buscan tener todo disponible desde el principio.
En cuanto a las naves, hay cinco modelos diferentes, cada uno con ventajas claras: más velocidad, más armamento, mejor defensa, etc. Combinarlas con los personajes adecuados permite crear sinergias interesantes y estrategias únicas por equipo.
Jugar bien en Wildgate requiere entender que cada decisión importa. ¿Vas a buscar el artefacto? ¿Te escondes y sobrevives hasta que se abra la Wildgate? ¿Sales a cazar a los demás? Cada estrategia tiene sus riesgos y recompensas.
También hay muchas capas por descubrir: minijuegos para desbloquear loot, eventos aleatorios, peligros ambientales como tormentas o zonas radioactivas, y zonas más difíciles con mejores recompensas. Todo esto genera un ritmo dinámico donde cada partida puede ser distinta… aunque algunas empiecen a sentirse repetitivas si no logras conectar con el objetivo principal del artefacto.
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La experiencia brilla más cuando se juega con amigos. La coordinación lo es todo: desde saber cuándo lanzarte a un ataque, hasta organizar una defensa mientras otro miembro busca recursos. Si entras con desconocidos, la experiencia puede volverse frustrante, especialmente si no hay comunicación de voz o si tus compañeros no cooperan.
Visualmente, Wildgate es llamativo. Su estilo caricaturesco con tintes de cómic recuerda a Overwatch, con efectos visuales vibrantes, batallas épicas en paisajes estelares y una interfaz intuitiva que muestra claramente el estado de tu nave y recursos. El universo se siente vivo, con mapas generados proceduralmente que aportan variedad y elementos inesperados.
Sin embargo, no todo brilla en el vacío del espacio. Existen fallos visuales notables: texturas que no cargan, personajes que se quedan congelados o atraviesan paredes, e incluso errores en la función de teletransporte. Aunque los desarrolladores han estado activos en corregir estos problemas, siguen afectando la inmersión.
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El diseño de audio cumple su función sin destacar. Las explosiones, alertas de combate y efectos especiales hacen lo necesario para que las batallas se sientan intensas, aunque podrías desear un poco más de personalidad en el diseño sonoro general. Unos cuantos audios ambientales o temas musicales más memorables habrían elevado la experiencia.
Wildgate no cuenta con una narrativa explícita, al menos no en el sentido tradicional. No hay cinemáticas ni campañas. Todo lo que ocurre, ocurre dentro de la partida. Pero eso no es necesariamente un problema. En cambio, la historia se va construyendo a través del gameplay emergente: las alianzas improvisadas, las traiciones, las victorias épicas y las derrotas humillantes.
A futuro, se planean eventos narrativos por temporadas que expandan este universo llamado “The Reach”, lo cual podría añadir ese extra que algunos jugadores están buscando.
Depende de con quién lo juegues. Wildgate es una experiencia increíblemente divertida si tienes un grupo de amigos comprometidos con la estrategia, la comunicación y el trabajo en equipo. En ese contexto, es de los juegos más gratificantes del año. Pero si eres un lobo solitario, es probable que el juego te frustre más de lo que te divierta.
Hay detalles por pulir, como el matchmaking, la variedad de modos, y ciertos elementos visuales. Aun así, por su precio de $30 USD, lo que ofrece está más que justificado. El contenido postlanzamiento ya anunciado incluye nuevos personajes, modos competitivos, anomalías espaciales y más, por lo que es claro que Dreamhaven ve Wildgate como una apuesta a largo plazo.
Wildgate no es para todo el mundo. Es caótico, desafiante y a veces desorganizado. Pero cuando todo funciona—cuando tienes a tu equipo, un buen plan, y una partida intensa entre manos—es sencillamente brillante. Es un juego que premia la coordinación, la creatividad táctica y la capacidad de adaptarse a lo inesperado.
Un título con una base muy sólida, que aún tiene espacio para crecer. Y si los desarrolladores cumplen lo prometido, Wildgate puede convertirse en uno de los referentes modernos del multijugador espacial.
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