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Ha pasado una semana desde que se encontró el cuerpo de la niña Valeria Afanador, aquella menor de 10 años que fue hallada muerta en el río Frío, cuenca hídrica que colinda con la institución educativa en la que la menor fue vista por última vez.
Aunque se determinó que la menor habría muerto por inmersión en el agua, todavía se desconocen las circunstancias que conllevaron a que Afanador hubiera salido de su institución educativa sin llamar la atención. Y es que en cámaras de seguridad del gimnasio en el que estudiaba se logra evidenciar el momento exacto en el que la niña llega a una cerca viva a través de la cual habría salido.
Los reportes forenses apuntaron principalmente a que Valeria Afanador murió ahogada. ¿Pero por qué ninguna autoridad notó la desaparición de la menor? la defensa de la familia de la niña fallecida, Julián Quintana, ha dicho reiteradamente que las omisiones de rectoría y algunos trabajadores en general de la institución educativa habrían sido fundamentales para que se hubiera producido este triste desenlace.
Asimismo, Quintana dijo que el colegio tenía presuntas fallas de seguridad que resultaron en que la menor hubiera podido salir o, supuestamente, ser raptada desde una parte de la reja, por lo que no se habría tratado de un simple accidente, sino más bien de un presunto error derivado de la falta de garantías y cuidados por parte del colegio en el que estudiaba Valeria.
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"El colegio no solo omitió cuidar a Valeria pese a sus fallas de seguridad, lo que terminó en su homicidio, después modificó la salida por donde sacaron a la niña: primero reconocen que la reja era insegura, y segundo, alteraron la escena del delito. Grave hecho que exige verdad y justicia" escribió el abogado a través de sus redes sociales.
Por las denuncias del abogado de la familia Afanador con respecto a omisiones y fallas en la seguridad de la institución en la que estudiaba Valeria, Julián Quintana solicitó a la Fiscalía general de la Nación que les imputara cargos a la rectora de la institución y dos profesores del Gimnasio Campestre Los Laureles.
"Exigimos justicia para Valeria . Pediremos a la Fiscalía General de la Nación imputar a la rectora y a dos profesores del Gimnasio Campestre Los Laureles este homicidio. Sus graves omisiones le arrebataron la vida. No permitiremos que este crimen quede en la impunidad", dijo enfáticamente la defensa de los parientes que perdieron a Valeria, en un reciente comunicado.
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En entrevista con Noticias Caracol, el abogado Julián Quintana explicó que, según el informe completo de Medicina Legal entregado a los familiares, la menor presentaba dos lesiones tipo escoriación, es decir, raspaduras, localizadas en el tórax y en la mano. Quintana señaló que estas heridas fueron ocasionadas antes de la muerte de la niña.
De acuerdo con el reporte oficial, aunque las heridas no fueron letales, sí son significativas para la investigación, ya que no estaban presentes antes de su desaparición. Además, el medio accedió a partes del documento forense que indica que las escoriaciones se encontraban en la mano izquierda de la menor.
El expediente judicial detalla que una de las lesiones medía 1.5 x 1 centímetros y estaba ubicada en el dorso de los huesos metacarpianos cuarto y quinto de la mano izquierda. La otra, de 1 x 1 centímetro, se encontraba en la parte interna de la misma mano, específicamente en la falange distal del quinto dedo. También se observaron signos de descomposición que afectaron los pliegues de la piel en esa zona.
El informe forense también menciona dos hematomas en el tórax, ambos de 1 x 1 centímetro, ubicados en el músculo intercostal lateral. No se hallaron fracturas ni deformidades en las costillas. Asimismo, el documento descarta lesiones traumáticas mayores y signos de violencia sexual, al no encontrarse desgarros, hematomas, laceraciones ni marcas de presión en el cuello o la espalda.
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JULIÁN CAMILO SANDOVAL
NOTICIAS CARACOL
JSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO