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Desde el 2010, Elder José Arteaga Hernández está en el ojo de las autoridades. Ese año fue capturado por el delito de tráfico, fabricación o porte de armas de fuego. Un año después volvió a aparecer en los archivos judiciales con una anotación de hurto calificado y agravado, por lo que fue condenado a cerca de 4 años de prisión en Acacías, Meta.
Una vez salió de prisión, Arteaga -al parecer- siguió en el mundo del hampa, pero desapareciendo del radar de las autoridades, quienes ahora ofrecen 300 millones como recompensa por información que ayude a su captura. Alias El Costeño o ‘Chipi’ es el señalado de ser el jefe de la logística en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay el pasado 7 de junio en el parque El golfito, en Modelia, al occidente de Bogotá.
Los interrogatorios de al menos dos de los cuatro señalados de participar en el atentado coinciden en nombrar a Arteaga como la persona que los contactó para llevar a cabo la acción criminal. El hombre, de 41 años, según fotografías de la Fiscalía, tiene rasgos característicos, como uno tatuaje que cubre por completo su cuello.
Aunque todavía no es claro quién es el autor material del intento de asesinato, la Fiscalía tiene pruebas que apuntan a que fue ‘El Costeño’ quien realizó todo el entramado para realizar el ataque. De hecho, entre las dudas, está cómo hizo Arteaga para conocer que Uribe Turbay estaría en esta zona de la capital, pues si bien era un evento organizado, no se hizo mayor eco del recorrido del precandidato a la presidencia por el Centro Democrático.
Así las cosas, el 6 de junio, un día antes del intento de asesinato, Arteaga llamó a al menos cuatro cómplices para finiquitar los detalles de la operación. A cada uno le asignó un rol determinar. Carlos Eduardo Mora, conductor; Katherine Martínez, la mujer que recogería el arma; William Fernando González, chófer en caso de emergencia; además del joven sicario que le disparó al senador.
Ya el 7 de junio, día del ataque, Arteaga volvió a contactar a sus secuaces para darles las últimas indicaciones, como las horas a las que debías estar listos para dar el golpe. Así, contactó a la mujer que tenía el arma, a sus conductores y al joven sicario.
Tras estos movimientos, según Katherine Martínez, Arteaga le dijo que podría protegerla si se iba al Caquetá, donde al parecer tendría alguna influencia. No obstante, en medio de ese plan, la mujer fue capturada.
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CRISTIAN ÁVILA JIMÉNEZ
NOTICIAS CARACOL