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Con la llegada del primer tren del metro de Bogotá, el proyecto de movilidad más importante en la historia de la capital colombiana entra en una nueva etapa de verificaciones técnicas antes de que los bogotanos puedan verlo rodar. Este proceso, que se llevará a cabo en el patio taller ubicado en la localidad de Bosa, es el primer paso de un riguroso protocolo que se aplicará a cada uno de los 30 trenes que conformarán la flota. Le contamos en qué consiste.
Un equipo de expertos del concesionario y de la interventoría ya se encuentra trabajando en el alistamiento de los seis vagones que componen este primer vehículo. Las labores actuales se centran en finalizar el enganche mecánico y eléctrico, así como la conexión de los pasillos de intercomunicación por donde los pasajeros podrán moverse entre los vagones. Adicionalmente, se realiza una limpieza general de toda la estructura.
Una vez concluida la fase de alistamiento, a mediados de octubre, el tren será sometido a las pruebas estáticas. Durante esta etapa, el vehículo permanecerá inmóvil mientras personal especializado realiza una verificación exhaustiva de todos sus sistemas y subsistemas.
De acuerdo con la Empresa Metro de Bogotá (EMB), en esta fase se revisarán componentes vitales como el sistema de frenos, el sistema de tracción y el sistema de mando y control. También se inspeccionarán los sistemas de información al pasajero, que incluyen pantallas y anuncios sonoros. Un momento clave de este proceso será cuando se energice el tren por primera vez para comprobar el correcto funcionamiento de la iluminación y la ventilación internas.
Aproximadamente un mes después, una vez superadas las pruebas estáticas, comenzarán las pruebas dinámicas. Para ello, el tren será trasladado a una vía de pruebas de 905 metros acondicionada con el tercer riel, que suministra la energía. En esta fase, ya en movimiento, se evaluará el rendimiento de los motores y la eficacia del sistema de frenado en condiciones reales.
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Este protocolo incluye la simulación de fallas para observar cómo responde el vehículo en condiciones degradadas, garantizando así la seguridad de la futura operación. Todo el proceso se realiza bajo estrictos procedimientos establecidos para cada sistema. Una vez que los trenes superen estas certificaciones, podrán iniciar las pruebas sobre el viaducto principal, lo que está proyectado para mayo de 2026.
El metro, que se espera sea una realidad para 2028, busca transformar la movilidad de la ciudad. Cada tren, compuesto por seis vagones, tendrá una capacidad para transportar a 1.800 pasajeros. Para mover a esa misma cantidad de personas hoy, se necesitarían siete buses biarticulados o doce articulados de Transmilenio.
Mientras las pruebas técnicas arrancan en Bogotá, al otro lado del mundo, en China, un grupo de ingenieros colombianos se capacita para operar y mantener este nuevo sistema de transporte en la ciudad. Este programa, llamado Jóvenes Talento, busca asegurar que Colombia cuente con personal calificado cuando el metro entre en funcionamiento. Los Informantes viajó hasta el país asiático y los conoció.
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Paolo Martínez, es uno de los jóvenes colombianos en China. “Fueron 50 jóvenes seleccionados para venir a estudiar aquí a China con el objetivo de comunicar todo ese conocimiento en nuestro país", dijo.
La adaptación no ha sido fácil. La ingeniera boyacense Jessica Berdugo, de 27 años, relató el fuerte choque cultural que vivió al llegar. "Un choque cultural que yo tuve no sé si en otros países saben o si en Colombia saben cómo son los baños en China, llegar al baño abrir la puerta y ver la letrina".
“Afortunadamente en el dormitorio nos acomodaron para que nosotras las niñas tengamos nuestro baño occidental, pero igual es muy raro encontrar en un centro comercial o en un lugar común un baño occidental”, explicó. A pesar de las dificultades iniciales con el idioma mandarín y las costumbres, como la comida picante, estos jóvenes avanzan en su formación.
“La comida aquí es picante”, dijo Jessica, quien comparte habitación con otra colombiana en una residencia universitaria a las afueras de Xi’an.
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Antes de viajar, Jessica estaba desempleada y trabajaba en oficios diferentes a su carrera. Su madre encontró la oferta para que ingenieros colombianos estudiaran en China y a su regreso trabajaran en el metro de Bogotá. Hoy, su rutina comienza a las 7:30 a.m. con clases en mandarín, idioma que estudia con mientras se apoya en traductores para entender.
Paolo Martínez es uno de los casos de éxito. Gracias a su rápido aprendizaje del mandarín y su destacado desempeño académico, hoy trabaja a tiempo completo en el Metro de Xi'an, una ciudad con una red de 11 líneas y 421 kilómetros, un sistema muy similar al que tendrá Bogotá. Su experiencia es un ejemplo de la preparación que recibirán los operadores del metro bogotano.
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La primera línea del metro de Bogotá contará con 16 estaciones, que tendrán aproximadamente el tamaño de un aeropuerto de una ciudad intermedia en Colombia. Se espera que movilice a más de un millón de personas al día, transformando la dinámica de la capital.
Para lograrlo esto se necesitarán profesionales capacitados en sistemas ferroviarios, como Paolo y Jessica. Por tanto, el conocimiento adquirido en China será clave para garantizar una operación óptima y segura.
El primer tren, que fue presentado en una ceremonia en la ciudad de Changchun, China, llegó a Colombia recientemente vía marítima, flotando hasta el puerto de Cartagena, luego fue trasladado a Bogotá y ahora hará parte de este nuevo capítulo en la historia de la movilidad capitalina.