
El exfutbolista Fredy Guarín, recordado por su paso en clubes como Porto, Inter de Milán y Shanghái Shenhua, ha mantenido a su comunidad de seguidores atenta a su proceso de rehabilitación tras haber atravesado duros momentos en los que, según confesó en Los Informantes, perdió el rumbo a causa del alcohol.
Tras un año y tres meses en proceso de recuperación, el exfutbolista compartió recientemente una publicación en sus redes sociales en la que recorrió y recordó el lugar al que llegó “derrotado” por la adicción. “Por esa puerta un día crucé derrotado, sin saber qué me esperaba. Y cada vez que vengo la vuelvo a cruzar con gratitud en mi corazón, porque aquí encontré un hogar lleno de amor, paz y bondad”, escribió el exmediocampista en un emotivo mensaje.
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Guarín no solo evocó su camino hacia la recuperación, sino también el acompañamiento que recibió en la Fundación Caminando Hacia La Luz, donde inició su proceso de redención de la mano de Lily Rodríguez, su antigua profesora de colegio, quien lo apoyó desde la clínica de rehabilitación que lidera.
“Llegamos derrotados, no sabía qué iba a pasar”
A través de su cuenta personal, el exfutbolista compartió un video en el que se le ve recorriendo las instalaciones de aquel lugar que, según sus propias palabras, “le dio la oportunidad de volver a vivir”.
Con evidente alegría, mostró cada uno de los salones e incluso a los profesores que hicieron parte de su proceso de rehabilitación. Uno de los momentos que más lo conmovió ocurrió cuando descubrió en una de las paredes un mural con su imagen. “Yo estaba muy nervioso, no sabía qué me esperaba… Me mostraron esa foto, la habían pintado dos años antes de que yo llegara. Eso fue algo que me impresionó”, relató.
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Asimismo, manifestó que la fundación le ha permitido expresarse, transformarse en una mejor persona y brindar apoyo a quienes atraviesan situaciones similares. “La recuperación me ha dado autoestima y la capacidad de hablar mirando a los ojos”, aseguró.
En su mensaje también destacó la importancia de la fe en este proceso: “Dios me mostró que la recuperación es posible, que sí se puede volver a levantarse y que cuando todo se pone en sus manos, la vida se transforma”, escribió.
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Del éxito al abismo del alcohol
En noviembre de 2024, Fredy Guarín abrió su corazón en Los Informantes y, entre lágrimas, le confesó a la Nena Arrázola uno de los capítulos más oscuros de su vida, marcados por el alcoholismo, la depresión y los excesos. Sin embargo, también habló de la esperanza que hoy lo mantiene en pie: sus hijos y su firme lucha por salir adelante.
Guarín fue considerado uno de los futbolistas colombianos más talentosos de su generación. Debutó muy joven en el Atlético Huila, se consolidó en Envigado y más tarde pasó a Boca Juniors de Argentina. Su carrera lo llevó luego a Europa, donde vistió las camisetas del Saint-Étienne de Francia, el Porto de Portugal y el Inter de Milán.
En el Porto compartió vestuario con figuras como Falcao García y James Rodríguez. Allí brilló y conquistó títulos que lo consolidaron en el panorama internacional. Más tarde, en el Inter, su nombre se convirtió en sinónimo de potencia y goles.
No obstante, la fama y el éxito escondían una sombra cada vez más difícil de manejar. “Empecé a ganar mi nombre en Italia. Ya empezó un poco el tema fuera del campo y empezó a hacer silencio el estadio. Yo lo manejaba muy bien, me emborrachaba dos días antes del partido y yo llegaba y funcionaba, ganábamos, hacía uno o dos goles”, reveló Fredy Guarín, quien creía que manejaba sin problema esa adicción y que, según él, era resultado de su “cargo de conciencia”.
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El exmediocampista llegó a creer que tenía el control de su vida, pero su rutina era insostenible: jugaba y tomaba, tomaba y jugaba. El dinero, las fiestas y los lujos lo hicieron pensar que podía con todo. “Yo no tenía noción de la plata, o sea, yo ganaba mucho dinero...Me degeneré alcohólicamente del todo”, confesó.
El día que tocó fondo
El alcohol lo fue alejando poco a poco de su familia, de sus hijos y de su carrera. En Brasil, durante la pandemia, la soledad y la depresión lo sumieron en una rutina autodestructiva. “’¿Cuántas cervezas te podías tomar?’ 50, 60, 70 en una noche”, aseguró.
“Me abandoné por completo, borracho me iba a buscar peligro, buscar adrenalina, a ver armas, movimiento, yo no media riesgo de nada”, agregó.
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Fredy Guarín había tocado un límite donde pedía a gritos regresar a Colombia, pero los vuelos humanitarios eran escasos. “Fueron días pesados, me la pasé borracho 10 días por completo, me quedaba dormido del cansancio y me levantaba con una cerveza al lado”.
Uno de los episodios más estremecedores ocurrió en Brasil, cuando, en medio de un estado de inconsciencia, intentó lanzarse desde un piso 17. Una malla de seguridad evitó la tragedia. “Había una malla, salté y me devolvió, yo obviamente inconsciente de lo que estaba haciendo, yo no sé qué pasó”, dijo.
Su vida tocó fondo cuando, al regresar a Colombia, tuvo que enfrentar una prueba aún más difícil. Se difundió un polémico video en el que aparecía esposado, con el rostro ensangrentado y en evidente estado de embriaguez, mientras salía de la casa de sus padres. Esas imágenes, aseguró, lo marcaron para siempre.
Un nuevo camino hacia la rehabilitación
En medio de las polémicas, Fredy Guarín buscó ayuda. Se reencontró con Lily Rodríguez quien, sin reproches, lo acompañó en su proceso de sanación. Con un mantra de “vivir un día a la vez”, es consciente de que cada día sobrio es un triunfo personal.
Desde entonces, Guarín ha mostrado abiertamente su proceso de recuperación y se ha dedicado a inspirar a otros que atraviesan batallas similares. A través de sus redes sociales comparte su día a día, los avances alcanzados y los aprendizajes que le ha dejado este camino, con el propósito de demostrar que siempre es posible levantarse y empezar de nuevo.
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“Este es un propósito que Dios está poniendo en nosotros, que sé que va a llegar a muchos rincones del mundo, va a tocar muchos corazones y de seguro va a salvar vidas”, concluyó.
La historia de Fredy Guarín no solo es la de un futbolista que conquistó títulos en Europa, sino la de un hombre que estuvo al borde del abismo y encontró la fuerza para volver a levantarse.