El soldado William Felipe Melchor, de 23 años, es uno de los cuatro militares asesinados en Sardinata, Norte de Santander. Hacía poco se había reintegrado al Ejército, pues estaba con su familia en Neiva, Huila, donde se había convertido nuevamente en padre.
El domingo pasado el uniformado habló por última vez con su esposa: “me llamó tipo 6:30 la mañana, me saludó como de costumbre, preguntó por el niño, por la mamá, por el papá. Le pregunté qué estaba haciendo, me dijo que estaba prestando seguridad para el abastecimiento”.
Publicidad
La mujer aún no entiende por qué murió así. “Por qué tienen que ser así, tan injustos, por qué le arrebatan la vida a una persona que tenía mucho futuro por delante, una familia, un hermano gemelo que lo deja solo”, lamenta.
Publicidad
Según su familia, William Felipe siempre quiso pertenecer a las FF. MM., “eso era lo que gustaba a él. Desde que prestó servicio militar siempre le gustó el Ejército”.
Publicidad
Y murió sin hacer realidad un sueño. “Darles una vivienda a sus hijos, a la familia, a su esposa, era lo esencial que buscaba él”, afirmó su hermano.
Publicidad
El cuerpo del soldado, que ingresó al Ejército a los 19 años, será trasladado a Neiva donde su familia le dará cristiana sepultura.