El informe de la AFP advierte que las FARC están activas, aunque debilitadas, y están distribuidas en zonas rurales aisladas de Colombia o en el corazón de la selva.
El Ejército sostiene haber reducido a la mitad el número de combatientes en la última década, que asciende a unos 8 mil rebeldes. Desde 2008, la guerrilla perdió a varios de sus líderes.
El conflicto armado en Colombia es costoso, no sólo en términos de vidas humanas sino también en lo económico.Luego de caer a 1,7% en 2009, el Producto Interno Bruto alcanzó 4,7% en 2013.
Las autoridades creen que la guerra cuesta entre uno y dos puntos del PIB cada año.
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El presupuesto en defensa es elevado teniendo en cuenta la reparación de la infraestructura destrozada y la lucha contra el narcotráfico. La mayoría de los ingresos de las FARC proviene de su vínculo con el tráfico de estupefacientes y la minería ilegal.
En respuesta a esto, el Gobierno buscó la reducción de los cultivos de coca, mediante la erradicación manual y el despliegue de aviones de aspersión con glifosato, que ya no se utilizará más. El área de cultivos se redujo a la mitad desde 2001, sin embargo aún asciende a unas 48 mil hectáreas.
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Las actividades criminales representarían al país unos 8 mil millones de dólares cada año, es decir cuatro veces las exportaciones de café colombiano.