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En una vivienda del barrio La Concordia, en Cúcuta, se gestó una tragedia que estremeció a toda una comunidad. El 22 de julio de 2022, Eider Santiago Ortega Contreras, un niño de apenas dos años y cinco meses, fue llevado en estado crítico a un centro asistencial. Poco después, falleció. La versión inicial de su madre indicaba que el pequeño había caído por las escaleras, pero algo no cuadraba.
Las autoridades comenzaron a indagar. El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), en coordinación con la SIJIN, desplegó una serie de diligencias que pronto revelaron una verdad mucho más oscura. El dictamen del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses fue concluyente: el niño había muerto a causa de múltiples lesiones provocadas por golpes sistemáticos. No se trataba de un accidente, sino de un crimen.
La Fiscalía General de la Nación presentó pruebas contundentes que permitieron identificar al responsable: Jhosman Arley Cárdenas Pérez, de 24 años, conocido como alias El Rolo, quien era padrastro del menor. La investigación demostró que los hechos ocurrieron en el mismo hogar donde el niño vivía con su madre y el agresor.
Cárdenas Pérez fue declarado culpable de homicidio, tortura y violencia intrafamiliar, todos delitos agravados. La sentencia fue de 50 años de prisión en contra del asesino. Hoy, el condenado de 24 años permanece recluido en un centro de máxima seguridad, donde deberá cumplir la totalidad de su pena.
De acuerdo con el informe de la Fiscalía General de la Nación, la decisión judicial es de primera instancia, por lo que aún pueden interponerse los recursos legales correspondientes.
Denunciar la violencia intrafamiliar y el maltrato infantil en Colombia es un paso fundamental para proteger a las víctimas y activar las rutas de atención del Estado. Existen mecanismos accesibles, gratuitos y confidenciales para hacerlo, tanto si se es víctima directa como si se es testigo de una situación de abuso.
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En casos de violencia intrafamiliar —que incluye agresiones físicas, psicológicas, sexuales, económicas o patrimoniales dentro del núcleo familiar— se puede acudir a las Comisarías de Familia, donde se ofrecen medidas de protección inmediatas y orientación jurídica. También se puede presentar la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación o en cualquier estación de Policía. En situaciones urgentes, la línea 123 está disponible para emergencias, mientras que la línea 155 atiende casos de violencia contra la mujer.
Cuando se trata de maltrato infantil, el canal principal es la Línea 141 del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que ofrece atención especializada para niños, niñas y adolescentes. También se puede denunciar a través de la plataforma digital www.teprotejo.org, que permite hacerlo de forma anónima. Las instituciones educativas, centros de salud y la Policía de Infancia y Adolescencia también están facultados para activar las rutas de protección.
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Para realizar una denuncia, no es necesario tener todos los datos personales del agresor o de la víctima. Basta con una descripción clara de los hechos y la ubicación aproximada. Las autoridades están obligadas a investigar y tomar medidas, incluso si la denuncia es anónima.
Denunciar no tiene costo y puede hacerse con o sin acompañamiento legal. Las víctimas tienen derecho a recibir apoyo psicológico, jurídico y medidas de protección. Actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, especialmente en casos de violencia sistemática o negligencia grave.
CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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