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La búsqueda de una pareja estable es una de las narrativas centrales de la experiencia humana, a menudo retratada por la cultura popular como un destino predestinado o un golpe de suerte. Sin embargo, desde una perspectiva sociológica y estadística, el camino hacia la consolidación de una relación sentimental es una secuencia de ensayos y errores cuantificables que empiezan en con un beso.
Diversas investigaciones de mercado y análisis de comportamiento social han intentado establecer a cuántas personas besa un ser humano promedio antes de "sentar cabeza" o a lo largo de toda su vida. Al analizar encuestas realizadas en la última década en países occidentales, surge un panorama estadístico que desmitifica la promiscuidad y ofrece una visión realista sobre la interacción romántica moderna.
Al consolidar los datos de diversas fuentes, la cifra promedio global tiende a situarse entre 15 y 21 personas. Este rango no es arbitrario; refleja el periodo de exploración social que típicamente abarca desde la adolescencia tardía hasta los treinta años.
Una de las investigaciones más citadas al respecto fue realizada por el servicio de citas eHarmony en Australia y Reino Unido. El estudio tuvo como objetivo calcular el "costo" de encontrar el amor, no solo en términos financieros (cenas, regalos, salidas), sino en términos de interacción física previa. Los resultados arrojaron una paridad sorprendente entre géneros, desafiando estereotipos históricos sobre la conducta sexual masculina y femenina.
Según este análisis, las mujeres besan a un promedio de 15 personas antes de encontrar a su pareja definitiva. Por su parte, los hombres reportaron un promedio ligeramente superior, besando a 16 personas antes de establecerse en una relación a largo plazo.
Por otro lado, encuestas de salud pública, como las realizadas por la Oral Health Foundation en el Reino Unido, elevan ligeramente la cifra al considerar la vida completa del individuo, situando el promedio total en 21 compañeros de beso. Cifra que compartieron unas encuestas realizadas por The Pink News y National Today.
Es fundamental precisar que, en estadística, el promedio puede ser una medida engañosa. Un informe detallado de la firma de análisis de datos YouGov en Estados Unidos evidenció que la distribución de "besos acumulados" no es uniforme en la población.
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La realidad se divide en extremos marcados:
El contexto cultural y tecnológico juega un papel determinante en estas cifras. Los estudios mencionados reflejan principalmente una realidad occidental anglosajona, caracterizada por una cultura de citas (dating culture) muy dinámica. En regiones con normas sociales más conservadoras o estructuras familiares tradicionales, estas cifras descienden drásticamente.
Más allá de la curiosidad numérica, la ciencia ofrece una explicación de por qué es necesario besar a una media de 15 personas y no simplemente a una. Desde la biología evolutiva, el beso no es solo un acto erótico, sino una sofisticada herramienta de selección genética.
A través del intercambio de saliva, el ser humano evalúa inconscientemente el Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) de su potencial pareja. El sistema olfativo y gustativo detecta si el sistema inmunológico del otro es distinto y complementario al propio. Evolutivamente, una mayor diversidad inmunológica favorece una descendencia más sana.
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Por lo tanto, según la ciencia, besar a varias personas y sentir "falta de química" con muchas de ellas no es un fracaso social, sino un mecanismo de defensa biológica funcionando correctamente para descartar incompatibilidades genéticas.
*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Noticias Caracol.