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El Congreso de la República continúa el trámite de un proyecto de ley que podría modificar la rutina escolar en el país. Se trata de la iniciativa denominada "Estudio sin madrugón", que establece la prohibición para que los colegios, tanto públicos como privados, inicien clases antes de las 7:00 de la mañana. La propuesta, radicada en el Senado en septiembre de 2024, superó este 30 de septiembre de 2025 su segundo debate en la plenaria de esa corporación y quedó lista para iniciar su estudio en la Cámara de Representantes, donde le restan dos debates más antes de convertirse en ley.
El texto central del proyecto indica que ninguna institución educativa del país podrá comenzar la jornada escolar antes de las 7:00 a. m., medida que cobijará los niveles de educación inicial, preescolar, básica y media. La idea no es nueva, pero esta vez alcanzó un respaldo importante en el Senado tras ser aprobado primero en la Comisión Sexta el pasado 8 de abril de 2025 y posteriormente en plenaria.
El articulado contempla, además, ajustes al artículo 85 de la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994), en lo relacionado con la jornada única. Según lo aprobado, esta deberá garantizar un mínimo de siete horas diarias para los estudiantes, distribuidas en unidades horarias de 45 minutos. En el caso de preescolar, la exigencia será de seis horas como mínimo.
El proyecto también prevé que, si bien la jornada única seguirá siendo el modelo promovido, las instituciones que no tengan condiciones para implementarla podrán continuar con la modalidad de doble turno. Sin embargo, incluso en esos casos, las clases no podrán comenzar antes de la hora fijada en la nueva normativa. Un punto adicional establece la obligación de las secretarías de educación de llevar un control sobre el número de horas efectivas de enseñanza en cada área del plan de estudios. El propósito es garantizar que se cumplan los estándares mínimos definidos por la legislación vigente.
"La presente ley tiene por objeto establecer la prohibición de inicio de la jornada escolar antes de las 7:00 a.m. por parte de cualquier establecimiento educativo público o privado para la prestación directa del-servicio público educativo en los niveles de educación inicial, preescolar, básica y media. (...) El impacto positivo que esta iniciativa legislativa ofrece a todas las familias colombianas optimizar el tiempo disponible en las mañanas, reducir el estrés asociado a horarios tempranos y mejorar el descanso necesario para el rendimiento académico y laboral de todos los integrantes de la familia", se lee en un principio dentro del radicado.
Los autores de la propuesta, entre quienes se encuentran los senadores Alejandro Carlos Chacón, Mauricio Gómez Amín, Guido Echeverri y Ariel Ávila, junto con representantes como Elizabeth Jaypang, Silvio Carrasquilla y Julián Peinado, sostienen que la medida busca atender un problema recurrente en el sistema escolar colombiano: los madrugones de los estudiantes.
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Según los congresistas, iniciar la jornada en horarios muy tempranos, en algunos casos desde las 5:30 o 6:00 de la mañana, ha obligado a que miles de niños y jóvenes se levanten incluso desde las 4:00 a. m. o antes, especialmente en zonas rurales y en ciudades donde los tiempos de desplazamiento hacia los colegios son largos. El documento de soporte del proyecto recoge referencias de investigaciones y experiencias internacionales que alertan sobre las consecuencias negativas de esta práctica.
Entre las prácticas se señala el riesgo de bajo rendimiento académico, problemas de atención, somnolencia matutina, dificultades de conducta y hasta mayor probabilidad de accidentes en entornos escolares. Una de las fuentes citadas es la profesora Marta Forero González, vicedecana de la Universidad Autónoma de Madrid, quien ha estudiado los ritmos biológicos de los adolescentes. Según Forero, las primeras horas de la mañana no coinciden con el estado de mayor alerta de este grupo etario, lo que limita sus capacidades de aprendizaje y concentración.
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"Se puede mencionar que la evidencia científica y las experiencias internacionales respaldan de manera contundente la importancia de ajustar el horario de inicio de la jornada escolar a las 7:00 a.m. o más tarde. Este cambio no solo responde a las necesidades biológicas y psicológicas de los estudiantes, sino que también promueve un entorno educativo más justo y equitativo de cada a las familias colombianas. Al permitir que los adolescentes, niños y niñas duerman lo suficiente, se favorece su bienestar integral, mejorando su salud física, su estabilidad emocional y su capacidad cognitiva", según el proyecto de ley.
El trámite de esta iniciativa ha tenido varias etapas, pues en primer lugar fue radicada en septiembre de 2024 en el Senado de la República y asignada a la Comisión Sexta, que es la competente en temas de educación, cultura, ciencia y tecnología. Allí, el senador Guido Echeverri fue designado como ponente y presentó el informe que dio paso al primer debate. Ese primer debate se aprobó el 8 de abril de 2025, después de que la ponencia fuera publicada en la Gaceta del Congreso.
Posteriormente, el texto pasó a plenaria del Senado, donde recibió el aval en segundo debate el 30 de septiembre del mismo año. El siguiente paso será el envío a la Cámara de Representantes, en donde deberá surtir los dos debates restantes: primero en la Comisión Sexta y después en la plenaria. En caso de que se apruebe sin modificaciones, el proyecto quedará listo para sanción presidencial. Si existen diferencias en los textos aprobados por ambas cámaras, tendría que convocarse una comisión de conciliación.
De llegar a convertirse en ley, el proyecto implicará un ajuste en la organización de los colegios del país. Los planteles que actualmente inician clases antes de las 7:00 a. m. deberán reorganizar sus horarios, lo que podría generar modificaciones en el transporte escolar, la alimentación y la jornada laboral de maestros y directivos. Para las familias, el cambio representaría una variación en las rutinas diarias, particularmente en hogares donde los padres deben organizar sus horarios laborales con los tiempos de estudio de sus hijos.
No obstante, los promotores del proyecto insisten en que el impacto será positivo en la medida en que permitirá a los estudiantes dormir más y enfrentar la jornada académica en mejores condiciones. Este no es el único proyecto que en los últimos meses ha buscado transformar aspectos de la educación en Colombia. Uno de los ejemplos más recientes fue la aprobación de la Cátedra de Educación Emocional, que también pasó todos los debates en el Congreso y fue sancionada recientemente. Esa normativa establece que los colegios deberán implementar programas para fortalecer las competencias socioemocionales de los estudiantes.
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VALENTINA GÓMEZ GÓMEZ
NOTICIAS CARACOL
vgomezgo@caracoltv.com.co