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Como todos los domingos, vea en Los Informantes tres grandes historias: el avance del caso de las frambuesas con chocolate impregnadas con talio, en el que una mujer sería la principal sospechosa y hay serias dudas sobre otra posible víctima fatal; los pasos sigilosos, pero certeros, del hombre conocido con el alias de Papá Pitufo, que se habría acercado demasiado al primer anillo del presidente Gustavo Petro y el misterio de más de 70 colombianos desaparecidos este año en México.
La muerte de dos niñas en Bogotá que terminaron intoxicadas luego de comer frambuesas que estaban impregnadas con talio tiene a la Fiscalía investigando también episodios que ocurrieron antes del fallecimiento de una de las menores.
Los Informantes habló con un toxicólogo experto y con el médico que atendió en su momento, hace cinco años, a la mamá de una de las menores, quien también fue tratada por tener altos niveles de talio en el cuerpo antes de morir.
Otra menor que comió frambuesas en abril de 2025 quedó gravemente enferma y el hermano de una de las niñas estuvo hospitalizado unos meses, pero ya está sano y salvo.
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Los Informantes conoció el testimonio del supuesto emisario que habría conectado a la campaña del entonces candidato presidencial Gustavo Petro con Diego Marín Buitrago, alias papá Pitufo y conocido como el ‘zar del contrabando’. El abogado César Augusto Valencia habla de la esposa del presidente, el director de la UNP, el de la DIAN, el del DAPRE, la consejera de las juventudes y el hermano del jefe de Estado.
Diego Marín Buitrago salió de Colombia, esquivando un largo expediente judicial, rumbo a España, en donde lo capturaron y luego se fugó a Portugal. Tiene 63 años y nació en Palestina, en Caldas. Era cercano a los hermanos Rodríguez Orejuela, los mafiosos de Cali, y a Pablo Escobar, el narco de Medellín. En Colombia, había sido capturado en 1994 por contrabando, y hoy es acusado por la Fiscalía de concierto para delinquir y cohecho propio. Está en juicio, de manera virtual, respondiendo por varios delitos y hay ruido por su supuesta cercanía con el primer anillo presidencial antes y después de la elección de Petro.
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Algunos colombianos que se van en busca de fortuna a México desparecen sin dejar rastro y sus familias quedan sumidas en la angustia. Uno de esos casos es el de Camila Díaz, una joven de Medellín, de 24 años, que habría sido víctima de una red de trata de personas.
“Esto es lo más doloroso que puede vivir una familia, por el tipo de incertidumbre, porque es que no sabes si está viva o está muerta. ¿Qué hago, le hago duelo o no le hago duelo? ¿Sigo insistiendo?”, lamenta su hermana, Cristina Grajales, quien ha asumido el papel de investigadora ante la falta de avances oficiales.
Hay pistas que apuntan a que Camila fue reclutada para prostitución a través de plataformas como Zona Divas y Boutique VIP.