Un monseñor, ex contador del Vaticano, procesado por haber tramado presuntamente el contrabando de 20 millones de euros (26 millones de dólares) de Suiza a Italia, fue detenido el martes en un caso separado bajo el cargo de haber usado presuntamente sus cuentas en el banco de la Santa Sede para lavar dinero.
La policía financiera en la ciudad meridional de Salerno dijo que monseñor Nunzio Scarano transfirió millones de euros en donaciones ficticias de empresas extranjeras a través de sus cuentas en el Instituto de Obras Religiosas, nombre oficial del banco vaticano. La policía indicó que fueron confiscados millones de euros y emitidas otras órdenes de detención.
El abogado de Scarano, Silverio Sica, dijo que su cliente simplemente aceptó donaciones de personas que creyó actuaban de buena fe a fin de crear un hogar para enfermos desahuciados. Empero, admitió que Scarano usó el dinero para pagar una hipoteca.
"Seguimos manteniendo enérgicamente que don Nunzio Scarano actuó de buena fe y con la absoluta certeza de que el dinero procedía de donaciones legítimas", dijo Sica.
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La investigación de Salerno ya había comenzado cuando el sacerdote, apodado "Monseñor 500", por los billetes bancarios que prefería, fue detenido en junio en Roma por las acusaciones de contrabando.
La fiscalía dijo que el clérigo, un financiero y un agente del cuerpo policial de carabineros tramaron un complejo plan para transportar 20 millones de euros en un avión privado de Suiza a Italia sin pagar aranceles aduaneros. La conjura fracasó porque a último momento el financiero se arrepintió.
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Su abogado insistió que en ese caso Scarano actuó solamente de intermediario.
La fiscalía y el abogado del sacerdote dijeron que el dinero en el caso del contrabando suizo y el del lavado de dinero de Salerno se originó con una de las familias transportistas más importantes de Italia, d'Amicos. Esa familia, de la ciudad natal de Scarano, Salerno, negó su participación en una nota el 1 de julio. No respondió el martes a los correos electrónicos en busca de comentarios y ningún miembro de la familia ha sido detenido en ambos casos.
Scarano fue cesado en su cargo como contador en la principal oficina financiera del Vaticano y sus cuentas en el banco vaticano fueron congeladas por las autoridades de la Santa Sede tras su detención.
El fiscal del Vaticano dijo la semana pasada que la Santa Sede respondió a las dos peticiones oficiales de Italia de información sobre las cuentas de Scarano, aunque pidió a las autoridades italianas ayuda en su propia investigación del lavado de dinero del clérigo.
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La detención en junio de Scarano ocasionó la renuncia de los dos máximos gerentes del banco vaticano y aceleró las gestiones para encuadrarlo en las normas internacionales contra el lavado de dinero.
El papa Francisco, quien ha dado prioridad a la reforma del banco vaticano, designó una comisión investigadora para examinar sus actividades y estructura legal.
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La primera detención de Scarano en el caso de contrabando fue reducida a arresto domiciliario debido a su mala salud. Sica dijo que el prelado cumplirá la nueva detención igualmente bajo arresto domiciliario.