
La línea entre la vida y la muerte puede ser más delgada de lo que imaginamos. Un reciente informe de The New York Times está causando revuelo al revelar historias sobre irregularidades en casos de donación de órganos en Estados Unidos, algunos de ellos llegando a extraer órganos a personas que estaban en coma o que fueron declarados con muerte cerebral de manera prematura. Lo increíble de estos casos es que, en medio de la cirugía de extracción de órganos, los cirujanos se percataban de que el paciente estaba consciente.
Uno de los casos que más llamó la atención y indignó a la comunidad es el de Misty Hawkins, una mujer de 42 años de Midland City, Alabama, que tras ser declarada muerta, comenzó a respirar y su corazón a latir mientras un equipo de cirujanos se preparaba para extraer sus órganos. Esta y otras historias reveladas en el informe han desatado serias dudas sobre los protocolos en procedimientos de donación de órganos por muerte circulatoria.
¿Cómo ocurrió el caso?
Hawkins llevaba una vida sencilla, marcada por su discapacidad cognitiva, y una de sus grandes pasiones era bailar al ritmo de Alan Jackson y asistir al festival de motociclistas Thunder Beach. Vivía con su madre y su padrastro, con quienes celebraba su cumpleaños durante todo agosto.
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El 21 de mayo de 2024, mientras comía un sándwich de mantequilla de maní y mermelada, Misty se atragantó. La obstrucción le provocó un paro respiratorio que dejó su cerebro sin oxígeno, sumiéndola en un coma profundo. Los médicos del Hospital Flowers, en Dothan, Alabama, le dijeron a su madre, Faye Johnson, que Misty no volvería a respirar por sí misma.
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Con el corazón roto, Faye tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, pero que, según creía, transformaría la tragedia en esperanza. Autorizó la donación de los órganos de su hija, aceptando que le retiraran el soporte vital. La organización Legacy of Hope, encargada de las obtenciones en Alabama, se movilizó rápidamente, seleccionando receptores y coordinando la llegada de un equipo quirúrgico de TransMedics.
El procedimiento, conocido como donación por muerte circulatoria, exige un protocolo estricto: tras retirar el soporte vital, debe esperarse al menos cinco minutos sin función cardiopulmonar para declarar oficialmente la muerte y proceder con la extracción de órganos.
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Misty fue desconectada del respirador y, tras 103 minutos, fue declarada muerta. En la sala de operaciones, un cirujano realizó la incisión en su pecho y comenzó a cortar su esternón. Pero en ese momento se dio cuenta de algo que parecía imposible: el corazón de Misty empezó a latir y ella comenzó a presentar movimientos respiratorios. El equipo médico, impactado, detuvo la cirugía de inmediato.
Los registros, conocidos por el New York Times, describieron lo ocurrido como una “reanimación espontánea”, un fenómeno que, según expertos, es prácticamente imposible tras haber pasado cinco minutos de retirar el soporte vital a un paciente con muerte circulatoria.
Cinco médicos independientes que analizaron el caso para el medio concluyeron que Hawkins fue declarada muerta de manera prematura. “Las probabilidades de que un corazón vuelva a latir después de ese tiempo son nulas”, afirmó el bioeticista Robert Truog, de la Universidad de Harvard.
¿Qué pasó con Misty?
La documentación interna obtenida por el Times describe cómo el corazón de Misty latía con fuerza suficiente como para bombear sangre y cómo respiraba de forma intermitente, señales claras de que aún estaba viva. Al notar esto, la cirugía de extracción de órganos se detuvo y un cirujano cosió nuevamente a la paciente. No está claro qué pasó después de eso, pero 12 minutos después nuevamente la declararon muerta.
Faye Johnson, madre de Misty, nunca fue informada oficialmente de lo sucedido. Ese día tan solo la llamaron para informarle que los órganos de su hija no habían sido utilizados. Solo a través de la investigación periodística se enteró, más de un año después, de que su hija fue abierta en vida. “Ojalá supiera qué pasó realmente”, dijo Johnson y agregó que "lo único que espero es que Misty no haya sentido dolor”.
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Ni el hospital Flowers, ni Legacy of Hope, ni TransMedics han asumido responsabilidad por lo ocurrido. El hospital alegó haber seguido sus protocolos al pie de la letra, mientras la organización de obtención de órganos evitó hacer comentarios específicos. TransMedics, por su parte, sostuvo que sus cirujanos actuaron correctamente al detener el procedimiento al detectar signos vitales.
MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL