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Cientos de ciudadanos en Colombia están enfrentando deudas millonarias, procesos judiciales y embargos por infracciones de tránsito que juran no haber cometido. La razón detrás de este calvario es el “gemeleo de placas”, una práctica delictiva cada vez más común que consiste en copiar la matrícula de un vehículo legítimo y usarla en otro, que en la mayoría de los casos resulta ser robado o alterado. Séptimo Día conoció el drama de colombianos que aseguran están pagando por delitos e infracciones cometidos por otros.
Este es el drama que vivió Andrés Felipe Bustos, un ingeniero mecánico de 31 años de edad residente en Bogotá, cuya vida financiera se vio paralizada tras descubrir que su motocicleta, de placas QAA15D, estaba siendo utilizada por terceros a más de 500 kilómetros de distancia.
Andrés Felipe Bustos, quien trabaja en el sector automotriz, usaba su motocicleta para movilizarse con su familia y para ir al trabajo en Bogotá. En noviembre de 2018 sufrió un accidente y seis meses después decidió vender la moto. Fue precisamente cuando iba a cerrar el negocio de traspaso de documentos que se enteró del problema.
Al consultar en la página del SIMIT (Sistema Integrado de Información sobre Multas y Sanciones por Infracciones de Tránsito), descubrió la magnitud de la situación. El primer comparendo registrado fue el 1 de junio de 2019. La dirección de la infracción era en la ciudad de Villa del Rosario, Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela.
Andrés aseguró que jamás estuvo en esa zona. “Digo: ‘Bueno, ¿y dónde queda Villa del Rosario?’ Empiezo a investigar”. No obstante, todas las multas por exceso de velocidad empezaron a llegar. En pocos meses, la deuda se acumuló en 21 infracciones que sumaban 16 millones y medio de pesos.
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“Yo envío el derecho de petición a Villa del Rosario, donde les di las especificaciones y en noviembre de ese mismo año me dicen que las infracciones se están cumpliendo”, mencionó Andrés Felipe en Séptimo Día.
Para él, era evidente que alguien conducía una motocicleta con su misma placa a 12 horas de camino de Bogotá. Fue entonces cuando entendió que era víctima del delito de falsedad marcaria.
Ante la ineficacia de los trámites administrativos, Andrés decidió denunciar ante la Fiscalía. A pesar de interponer la denuncia, el avance fue lento. La Fiscalía le solicitó realizar una revisión en la DIJÍN para certificar que su moto fuera la original.
El proceso se detuvo cuando llegó la pandemia en marzo de 2020. Para entonces, Andrés ya había acumulado una deuda que superaba los 40 millones de pesos por un total de 51 fotomulta que, según aseguró, no cometió.
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Las consecuencias del gemeleo trascendieron lo económico y legal. Debido a esta deuda, Andrés no pudo hacer el traspaso de los papeles de su moto, le impidieron la renovación de la licencia de conducción, se le redujeron las posibilidades de trabajo y no pudo volver a pedir un préstamo en un banco.
El 18 de julio de 2022, dos años y dos meses después de la primera fotomulta, le llegó el primer de los 12 embargos. “Uno se siente como enfrascado, no sé, como que uno no puede hacer nada de una entidad, no puede tener un vehículo, no puede moverse en una entidad financiera”, afirmó.
El drama de las placas gemeleadas se ha convertido en un problema cada vez más común en Colombia. Así como Andrés, también está el caso de Jhon Elvis Díaz, un farmacéutico de 37 años que descubrió por casualidad que su motocicleta aparecía involucrada en infracciones de tránsito que, según él, nunca cometió.
Todo comenzó cuando intentó vender su moto para cambiarla por un modelo más reciente. En medio del trámite, el comprador revisó los antecedentes del vehículo y encontró una fotomulta registrada en Itagüí, municipio del sur del Valle de Aburrá.
Este hecho no solo le cambió la vida, sino que también alteró la tranquilidad de su familia. “La paz no está, la tranquilidad no está. Esto me involucra a mí, pero mi familia también está involucrada. Todos los días, llamadas, mensajes de texto, le vamos a embargar, le vamos a quitar”, mencionó.
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Rápidamente, el problema escaló. Para julio, ya tenía multas en Rionegro. En total, Jhon acumuló 10 infracciones, sumando un total de 7 millones y medio de pesos.
Al igual que Andrés, Jhon denunció el delito como falsedad marcaria ante la Fiscalía. Para demostrar su inocencia, instaló un GPS en su motocicleta.
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A diferencia de Andrés, John tuvo una resolución más rápida. En julio de 2025, la Fiscalía envió un perito desde Antioquia a Bogotá que confirmó que “la moto que está en Bogotá es la original”. Esto permitió que se emitiera una alerta para encontrar la motocicleta gemeleada. El 15 de septiembre, en un operativo policial en Rionegro, fue incautada la moto que llevaba la placa clonada.
El gemeleo de placas es un fenómeno impulsado por redes criminales dedicadas a copiar, fabricar y vender matrículas ilegales. Este delito, formalmente conocido como falsedad marcaria, puede acarrear penas de hasta 12 años de prisión, según el Código Penal colombiano.
María Camila Téllez, jefe del grupo de Patrimonio de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN), explicó que detrás de estos casos suele haber un delito mayor: el hurto de automotores. Quien se roba un vehículo tiene dos propósitos: usarlo para otros delitos o venderlo, que para vender un vehículo robado deben cambiar todos los elementos de identificación.
Además de las redes de crimen organizado, Séptimo Día pudo establecer que existen establecimientos privados que ofrecen públicamente el servicio de duplicado de placas, una práctica que también es ilegal.
Tanto la Secretaría de Movilidad de Medellín como la Subsecretaría de Movilidad de Bogotá confirmaron que ninguna empresa privada está autorizada para fabricar o vender placas vehiculares.
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La ministra de Transporte, María Fernanda Rojas Mantilla, fue enfática al respecto: “Es un delito. Por supuesto que es ilegal porque es falsedad marcaria, que tiene penas entre 5 y 12 años de prisión... Solo hay una placa autorizada y la autoriza el organismo de tránsito”, advirtió la ministra.
Para evitar ser víctima de esta modalidad de delito, los ciudadanos deben verificar periódicamente su placa en el portal del SIMIT y el RUNT, ya que cualquier infracción extraña puede ser una señal de clonación; deben denunciar de inmediato ante la Fiscalía por falsedad marcaria si sospechan que su placa fue copiada; solicitar una revisión pericial de su vehículo para certificar su autenticidad; realizar los trámites personalmente ante los organismos de tránsito y los peritos de la SIJÍN; y evitar compartir fotos de su vehículo en redes sociales mostrando la placa, puesto que esta práctica facilita el gemeleo.