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Jesús Baena, el primer "magistrade" no binario de Latinoamérica que derriba barreras

El primer "magistrade" no binario de Latinoamérica, Jesús Baena, conversó con Caracol Ahora sobre su experiencia derribando las barreras de género desde el ámbito jurídico.

Jesús Baena derriba las barreras para la comunidad LGBTIQ+ como le primer "magistrade" no binario de América Latina. Desde su trabajo en el ámbito legal mexicano, trabaja por los derechos de la comunidad y las oportunidades para la comunidad. “Vivan su vida y dejen vivir la nuestra”, declara con convicción el profesional titulado con un doctorado en Derecho gracias a la primera tesis doctoral con lenguaje no binario.

Las personas no binarias son aquellas que no se reconocen dentro de los conceptos tradicionales de hombre y mujer, sino que fluyen entre los conceptos que están en constante evolución.
Jesús Baena empezó su transición desde la infancia. En sus primeros años se consideraba mujer, pero comenzó a ser matoneado por su familia y círculo cercano. En la adolescencia decidió masculinizarse y, aunque aceptaba su homosexualidad, lo ocultaba por encajar en un modelo masculino heteronormado.

Cuando comenzó a estudiar su carrera, optó por “salir del closet” como una persona gay. Hace cuatro años, en medio de un litigio, se encontró con la teoría de género no binaria y lo queer y se identificó con ello. “Fue la oportunidad de hacer la transición y de quitarme todas esas ataduras y romper mi propio techo de cristal, diciendo que por qué debía hacer como la mayoría, de vestirme como la gente quiere o percibe a las personas masculinas”.

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Con una experiencia de más de 15 años en materia electoral, el "magistrade" Jesús Baena ha ocupado cargos de gran impacto en su país, México. Para Baena, es de gran orgullo decir que todos estos fueron ganados a pulso por medio de concurso público. “Ninguno de ellos me lo han regalado o apadrinado”, apunta.

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Declara que esto le ha permitido tener una libertad más democratizada en sus decisiones, aunque admite que no ha sido fácil, “sobre todo en un México tan asimétrico, donde la mayoría de la población vive en pobreza y la población LGBTI+ no tiene" muchas oportunidades.

"Y no lo digo de manera peyorativa, pero la mayoría de las oportunidades que tenemos son dar shows travesti, dedicarnos al trabajo sexual o bien al estilismo y lo digo porque, como no hay oportunidades laborales, son las únicas funciones que podemos desempeñar”, señala.

Guillaume Durand, consultor de la División de Mercados Laborales del BID, explica que, además de las barreras que tiene la comunidad para acceder a posibilidades de educación, en muchos países de Latinoamérica no poseen participación laboral igualitaria en la sociedad, lo cual representa también “tiempo laboral perdido, productividad perdida, subinversión en capital humano y asignación ineficiente de recursos humanos”. Esto a su vez hace que los territorios pierdan oportunidades de crecimiento económico y bienestar.

“No nos imaginamos que podemos estar en una judicatura, en las magistraturas, en cargos de elección popular”, comenta Jesús Baena, al agregar que las puertas se cierran o simplemente se les dice que no pueden.

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Jesús Baena se dio a conocer por sus videos de TikTok, en los cuales se muestra como una persona orgullosa de su apariencia y looks. En redes, con su emblemática frase “y la que juzgue”, conversa sobre su experiencia en el litigio y sus intervenciones en el campo legal, las cuales siempre están acompañadas de un abanico arcoíris que causa revuelo en algunos porque “les molesta, porque quieren ver una persona masculinizada, que llegue en traje, corbata y zapato de varón”.

Las críticas siempre están presentes. Recibe comentarios que señalan que su presencia está “sexualizando el tribunal” o “sodomizando a la entidad de Aguascalientes”, lugar donde labora, pero se considera resiliente, una característica que destaca de su comunidad, la cual es consciente que diariamente debe enfrentarse al rechazo y señalamiento social.

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“Si yo soy una persona gay masculinizada y no tengo un manierismo, no tengo ningún problema, pero el problema es cuando lo digo, cuando se me nota lo LGBT”, asegura.

A pesar de su vasta experiencia, comenta que pocos asuntos llegan a manos del personal LGBTIQ+ que labora en el campo legislativo, pero desde su trabajo ha podido ir dando grandes pasos para que todos puedan ser incluidos.

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