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La icónica ciudadela inca de Machu Picchu, un sitio de Patrimonio Mundial y una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, enfrenta una advertencia crítica. La organización suiza New7Wonders (N7W), responsable de su designación en 2007, ha señalado que la "permanencia, justificable y creíble" del emblemático lugar en su lista está en riesgo. Esta alerta surge de problemas continuos y la falta de implementación, por parte del gobierno peruano, de planes estratégicos de preservación propuestos por N7W.
Los factores de riesgo identificados por la entidad son múltiples. Incluyen una gestión insostenible de la alta presión turística, el aumento de precios en servicios, denuncias de irregularidades en la venta de boletos, deficiencias en el transporte terrestre y recurrentes conflictos sociales.
Estos últimos han generado un impacto inmediato: miles de turistas quedaron varados en la región en septiembre. Las protestas, originadas por disputas sobre la concesión de la ruta al santuario, bloquearon vías del tren, clave para el acceso. Afortunadamente, la Defensoría del Pueblo de Perú medió exitosamente, logrando acuerdos temporales para normalizar el tránsito y crear un espacio de diálogo y paz.
Machu Picchu fue seleccionada como Maravilla el 7 de julio de 2007, tras más de 100 millones de votos globales. Comparte este honor con el Coliseo de Roma y Chichén Itzá. Es importante recordar que, desde 1983, la UNESCO ya la había declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Los desafíos actuales no son nuevos; en 2023, se reportaron suspensiones ferroviarias por huelgas relacionadas con la venta de entradas. Con más de 1.5 millones de visitantes proyectados para 2025 (cifra similar a 2019), la gestión sostenible es imperativa.
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Tras las alegaciones de N7W, el Gobierno de Perú ha defendido su gestión. El Ministerio de Cultura subrayó que la UNESCO es la única autoridad competente para la protección del patrimonio cultural. Añadió que el organismo, en su reunión de julio en París, "valoró las mejoras en la gestión de visitantes y herramientas de conservación" del santuario.
La cartera asegura que la conservación de Machu Picchu no se está vulnerando y no está en la lista de patrimonio mundial en peligro de la UNESCO, contradiciendo a N7W. El Ministerio de Comercio y Turismo, además, ha convocado a gremios turísticos para buscar soluciones. N7W ha evitado especular sobre una posible remoción o reemplazo, considerándolo prematuro.
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Perú, como custodio de este legado inca, deberá abordar los problemas que se han venido presentando para equilibrar el turismo con la preservación histórica de Machu Picchu. Como lo sería, la mejora del transporte y políticas de sostenibilidad para asegurar su futuro como maravilla.
ANDRÉS FELIPE ADAMES RESTREPO
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