Hace pocos días se conoció que Carlos Carrillo sería uno de los nombres que llegaría al Gobierno nacional. Carrillo, quien se desempeñó como concejal de Bogotá por el Polo Democrático, sería nombrado como director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo tras la renuncia de Olmedo López por el escándalo de los carrotanques de agua en La Guajira.
Sin embargo, desde la entidad emitieron una comunicación anunciando que Helga María Rivas Ardila asumió como directora encargada. Su hoja de vida es de mucha experiencia en el sector, algo que contrasta con la de Carrillo, que ha trabajado en política, pero no en gestión del riesgo.
Por esto, muchos especulan que es ella quien se quedaría con el cargo finalmente. Sin embargo, parece que ese no es el caso. Carrillo ha estado en coordinación con Rivas desde que se conoció su nombramiento y la espera para que lo nombren oficialmente es un trámite de papeles.
De hecho, a Carillo le hablaron del ofrecimiento hace mucho tiempo. Incluso, no fue el único cargo que le ofreció el presidente Gustavo Petro, quien decidió que esa sería la entidad a ocupar.
En ese debate entre técnicos y políticos, que se ha dado en Colombia desde que se anunciaron estos nuevos nombramientos, en el caso de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo lo que primó, por parte de la Casa de Nariño, es un mensaje de ser implacables con la corrupción, pues consideran que eso es lo que encarna Carlos Carrillo.
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