
Han pasado cinco días desde que comenzó la intensa búsqueda de Valeria Afanador Cárdenas, una niña de 10 años con síndrome de Down que desapareció en la mañana del pasado 12 de agosto, mientras se encontraba en su colegio, el Gimnasio Campestre Los Laureles Bilingüe, ubicado en la vereda Canelón, sector Rincón de las Viudas, en el municipio de Cajicá, Cundinamarca.
La menor fue vista por última vez alrededor de las 10:30 de la mañana en inmediaciones de una zona de arbustos cercana a la reja que colinda con el sector de Río Frío, según lo registraron las cámaras de seguridad de la institución. De acuerdo con un comunicado del colegio, Valeria ingresó a esa área y no se observa en las grabaciones que regresara por el mismo punto. Desde entonces, la operación de búsqueda se ha concentrado en la zona rural y en las veredas cercanas, con la participación de más de 190 personas entre personal de emergencia, Policía, Gaula, Comisaría de Familia, cuerpo de Bomberos y voluntarios. La Alcaldía y las autoridades del departamento instalaron un Puesto de Mando Unificado para coordinar las labores.
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Su madre, Luisa Cárdenas, relató a Noticias Caracol que en las imágenes solo se ve que se dirige a la zona llena de arbustos, pero después "no se ve nada más”. Cerca del lugar se encuentra un afluente del río Frío, donde también se han enfocado las labores, aunque sin resultados. Por lo pronto, las autoridades han reforzado las medidas de búsqueda, y el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, confirmó a Noticias Caracol este jueves 14 de agosto que la recompensa para quien aporte información que permita ubicar a la niña aumentó a 50 millones de pesos, “para motivar la denuncia, que nos den detalles y que permitan llegar al punto exacto donde la niña pueda estar”.
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El padre de Valeria, Manuel Afanador, declaró a este canal en las últimas horas una solitud a a quien haya visto a la menor: “Si hay alguna persona que tenga Valeria, pues de verdad le rogamos, le imploramos que nos devuelva la niña”. Por su parte, la madre expresó: “Es muy extraño, pero pues lo último que se pierde es la fe y yo sé que ella va a aparecer y está bien”.
Mientras tanto, el municipio de Cajicá y sus alrededores se han llenado de volantes y carteles con la foto y descripción de Valeria, en un esfuerzo conjunto entre autoridades y comunidad para dar con su paradero. Se debe destacar que, el pasado 12 de agosto, el Cuerpo de Bomberos Oficiales de Cajicá recibió a las 10:45 de la mañana el reporte de desaparición por parte de los educadores del plantel y los padres. Según explicó el capitán Álvaro Farfán, delegado departamental de Bomberos de Cundinamarca, en diálogo con Caracol Radio, se activaron de inmediato todos los organismos de primera respuesta, incluyendo unidades caninas, defensa civil y Cruz Roja.
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Farfán señaló que una de las hipótesis iniciales era que la niña hubiera salido por una reja cercana al río Frío. Sin embargo, tras una inspección con botes y personal de buceo, se descartó en un 95% que se encontrara en el afluente. “Afortunadamente el río no tiene unos niveles bastante elevados, no es caudaloso. (...) se tiene descarte de aproximadamente del 95% de que la menor se encuentre en el río. Aun así continuamos realizando un barrido nuevamente en esos sectores y en todo lo que son digamos la zona boscosa que está en la parte posterior del colegio”, dijo.
Nuevo giro en caso desaparición: la versión de su abuelo
En medio de la incertidumbre, una nueva hipótesis ha surgido por parte del abuelo paterno de Valeria, también llamado Manuel Afanador, quien habló con El Tiempo sobre lo que podría haber ocurrido. Aunque reconoce y respeta las versiones oficiales, Afanador asegura que su intuición le dice que no se trató de un accidente. “Dicen que vieron a un hombre alto y corpulento que se la llevó. Por ahí tienen los datos, pero están buscando la dirección”, afirmó al diario.
Ninguna autoridad ha respaldado por ahora esta versión, pero la presencia del CTI de la Fiscalía y del Gaula de la Policía en el operativo podría indicar que se están evaluando todas las posibilidades.
El abuelo relató que la última vez que se vio a Valeria fue junto a las Eugenias, dentro del Gimnasio Campestre Los Laureles, ubicado en la vereda Canelón, sector Bebedero, en el municipio de Cajicá. Según su testimonio, se le observó caminando de un lado a otro, “como intentando cruzar la reja, como si alguien al otro costado la llamara”.
Hay que mencionar que el capitán Farfán, delegado departamental de Bomberos de Cundinamarca, explicó en entrevista con Caracol Radio que, entre las hipótesis iniciales de la desaparición de Valeria Afanador, se contempló la posibilidad de que la menor se hubiera escondido. Según relató, de acuerdo con los docentes del colegio, Valeria, debido a su condición, en ocasiones se ocultaba durante 10 o 15 minutos en algunas zonas del plantel.
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Sin embargo, el oficial precisó que, a diferencia de otras veces, en esta ocasión la niña no regresó, lo que generó una alerta inmediata entre el personal educativo y motivó la activación de todos los organismos de primera respuesta. La comunidad continúa volcada en las labores de búsqueda, y las autoridades han extendido el radio de exploración a otras veredas del municipio y a zonas más bajas del río Frío.
Mientras tanto, la familia ha denunciado que ha recibido llamadas engañosas en las que intentan extorsionarlos asegurando que saben dónde está la niña, lo que ha obligado a las autoridades a investigar también estas comunicaciones.
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El colegio ha entregado 24 grabaciones de cámaras de seguridad a las autoridades, las cuales siguen siendo analizadas por los investigadores. El Gimnasio Campestre Los Laureles reiteró que este hecho ha sido de "dolor e incertidumbre para todos" los estudiantes y profesores, que nunca había pasado algo similar, y que a Valeria, "por su considerando su condición particular", se le ha brindado "un acompañamiento conjunto durante su permanencia" en el colegio.
LAURA NATHALIA QUINTERO.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.