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El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) publicó recientemente su informe de Estadísticas Vitales, que ofrece un primer panorama sobre las tendencias poblacionales del país. Según las cifras preliminares del primer semestre de 2025, la caída en el número de nacimientos continúa, aunque el ritmo de descenso parece moderarse frente a años anteriores.
Este comportamiento refuerza la idea de que Colombia atraviesa un cambio demográfico significativo: la población vive más años, mientras que los nacimientos son cada vez menos frecuentes.
Según el DANE, en 1993, los colombianos vivían en promedio menos de 70 años. Para 2024, esa cifra se elevó a 76,4 años. Este avance, impulsado por mejoras en salud, acceso a servicios médicos y condiciones de vida.
Una frase que resuena entre los jóvenes y refleja una decisión cada vez más común es: “no quiero tener hijos”. Esta visión está reconfigurando el futuro social y económico del país, pues en la nueva concepción de la vida adulta, la paternidad deja de ser un objetivo prioritario y se convierte en una opción que muchos descartan por completo.
Diego Guauque, periodista de Séptimo Día, investigó este fenómeno y conversó con jóvenes, adultos mayores y expertos para entender qué está ocurriendo.
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“Siento que es una responsabilidad muy grande que no quisiera tener ni ahora ni en un futuro”, afirmó una joven, reflejando el sentir de una generación que evalúa los costos, el tiempo y el impacto de tener un hijo en sus proyectos personales y profesionales.
Otro argumento frecuente es el económico: “Es muy complicado pensar en mantener un hijo si no podemos mantenernos a nosotros mismos”, explicó un joven. Incluso, expresiones como “un hijo me cortaría las alas” se han instalado en el imaginario colectivo de quienes priorizan su desarrollo personal, los viajes o la estabilidad financiera antes que la idea de formar una familia tradicional.
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Esta tendencia no se queda solo en el discurso, sino que ya se refleja en decisiones concretas. Un ejemplo claro es el aumento de vasectomías y ligaduras de trompas en las clínicas, un indicador tangible del cambio en los proyectos de vida.
También emergen nuevos modelos de familia, en los que muchos jóvenes prefieren invertir en mascotas. “Les presento a mis dos hijos: Thor y Alaska”, dijo un hombre al mostrar a sus perros en entrevista con Séptimo Día. “Yo invierto más o menos 2.500 mensuales en estos dos animalitos”, añadió.
Del otro lado, Séptimo Día conoció a Astrid Marín, de 25 años y oriunda de Quimbaya, quien acababa de dar a luz a su primer hijo, Joel. Cuando el periodista le preguntó si tendría más hijos, su respuesta fue un rotundo: “No, creo que no”. Y explicó: “La calidad de vida que usted le va a dar a dos o tres hijos, se lo da a un solo bebé. Y se dedica a criarlo solamente a él”.
De la misma manera, en las salas de parto se evidencia cómo este comportamiento ha disminuido con el paso de los años. La ginecóloga Liliana Pachón, quien atiende nacimientos en el Quindío, aseguró que no se trata de una anécdota aislada. Según explicó, muchas mujeres justifican su decisión de no tener hijos, señalando que “no hace parte de sus prioridades ni de sus planes de vida”.
Pare este primer semestre de 2025, el DANE publicó las cifras preliminares en el que demuestran una caída de nacimientos continúa. Entre enero y julio de este año, se observa una desaceleración en la caída de los nacimientos frente al mismo periodo del año anterior en seis de los siete meses analizados. Específicamente, la disminución registrada entre enero y julio de 2025 fue del 6,6% frente a 2024.
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“En el año 2024, Colombia alcanzó la cifra más baja de nacimientos ocurridos en la última década con 453.901 nacidos vivos, lo que representa una caída del 12,0% frente al año 2023. Al compararlo con el año 2015, la disminución es del 31,3% que equivale a 207.098 nacimientos menos", se lee en el comunicado publicado por el DANE.
De acuerdo con estos datos presentados, "los departamentos que reportaron una mayor reducción en el número de nacimientos en el año 2024 en comparación con 2023, fueron los departamentos de Vaupés (-21,0%), Sucre (-20,4%) y Magdalena (-20,2%)”.
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“A nivel nacional, si se compara con el año 2015, la disminución de nacimientos es del 31,3% que equivale a 207.098 nacimientos menos, mientras que entre enero y julio, estos datos registraron una disminución del 6,6% frente al mismo periodo de 2024, lo que evidencia un ritmo de descenso más moderado al observado en los años corridos de 2023 (-9,1) y 2024 (-13,7%)”.
Según el informe, las muertes en Colombia catalogadas como defunciones no fetales, es decir, que ocurren después del nacimiento, fueron 275.778. En comparación al 2023, hubo un incremento del 2,7%. “La tasa bruta de mortalidad se mantuvo estable en 5,2 defunciones por cada 1.000 habitantes, tasa que se conserva por segundo año consecutivo. En lo que respecta al 2025, entre enero y julio, las defunciones no fetales aumentaron 1,0% frente al mismo periodo de 2024, esto equivale a 1.668 fallecimientos más".
Además, se especifica que la enfermedad de Alzheimer fue la causa con mayor participación de los fallecimientos: “En 2024 con el 65,9%, seguida de las demencias vasculares y otras demencias con un 28,6 de las muertes".
No obstante, también hay una esperanza de vida mayor comparado a otros años. según cifras del DANE, el género femenino es más longevo: en promedio, vive hasta los 79 años, mientras que el género masculino, hasta los 73.9 años, entre otras, porque mueren más hombres entre los 15 y los 40 años por causas relacionadas con la violencia.
Séptimo Día habló con Piedad Urdinola, directora del DANE, quien explicó por qué la esperanza de vida en Colombia ha aumentado. Mientras que hace algunas décadas los colombianos vivían en promedio menos de 70 años, para 2024 la cifra se elevó a 76,4 años. “Hemos evolucionado en el acceso a la salud. Teníamos en ese momento en el 93 una cobertura en salud de menos del 20% de la población. Hoy en día alcanzamos casi el 100% de la población. Tenemos muchos medicamentos, formas de hacerlo, pero también la medicina preventiva”, señaló.
La caída de la natalidad ya no es una proyección a futuro; sus efectos son una realidad palpable en el día a día del país. Los hospitales son el primer escenario de este cambio. En la clínica Corpas de Suba, en Bogotá, el pediatra Germán Suárez, expresó su preocupación al ver las diez cunas y diez incubadoras completamente desocupadas. "Nunca nos habíamos visto tan desocupados, nunca habíamos tenido tan bajo número de pacientes", lamentó, y agregó que esta situación tiene consecuencias directas: los equipos están subutilizados y el personal médico especializado, como pediatras y neonatólogos, comienza a tener dificultades para encontrar trabajo.
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El fenómeno se replica en las aulas escolares. Luz Elena Ortegón, profesora en la escuela rural en Armenia, ha visto cómo su aula de clase se reduce drásticamente. "En 2022, tenía 12 niños", dijo, mientras que ahora solo tiene cinco. En el Instituto Buena Vista, la rectora Narda Rosas informó que pasaron de tener un promedio de 360 estudiantes a solo 220, siendo preescolar el curso con menos alumnos.
El panorama muestra que Colombia atraviesa un momento decisivo en su historia demográfica: mientras la población vive más años gracias a los avances en salud, el número de nacimientos sigue en descenso y las prioridades de los jóvenes se transforman. Entre quienes renuncian a la idea de la paternidad, quienes optan por tener un solo hijo y quienes redefinen la noción de familia, el país enfrenta el reto de adaptarse a una nueva realidad social y económica que marcará el rumbo de las próximas generaciones.