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Una travesía con $5 millones en la mochila: así fue el viaje de Silvano Oblitas a Colombia

Futbolero, trabajador, alegre y soñador, así recuerdan Janet y Jhon al niño de la casa. "Medellín es bonito, algún día vamos a volver los dos", fue lo último que le dijo a su hermano mayor.

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El video de un joven lanzado al vacío desde un puente estremeció a miles de usuarios de la plataforma TikTok. En las imágenes se ve cómo un muchacho, que dice ser oriundo de Perú, es tomado por dos sujetos quienes, sin compasión, lo arrojan al precipicio. Mientras el clip se viralizaba en redes sociales, en una humilde vivienda de Huánuco, don Félix y doña Feliciana esperaban por noticias del menor de sus cuatro hijos: Silvano Oblitas Cántaro Tolentino, quien viajó a Colombia en busca de un mejor futuro para él y los suyos.

hermanos de Silvano
Amalia, Janet, Silvano y Jhon.

El joven de 19 años era cotero en el mercado de Santa Anita, en Lima, lugar donde se hizo amigo de un hombre que dijo ser colombiano y quien le propuso comprar mercancía en Medellín para emprender un negocio en tierras incas.

Janet, la hermana mayor de Silvano, recuerda en medio de una entrevista brindada a Noticiascaracol.com en Medellín, que el sueño de ‘Jackiel’, como le gustaba que lo llamaran, era conocer Colombia, pues esa es la tierra de su ídolo: James Rodríguez.

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Era muy fan de James, hasta se hacía sus cortes de pelo. Le gustaba mucho el fútbol y estuvo en una academia a los 11 años”, cuenta.

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Silvano ahorró durante un año y ocho meses cada sol que ganó cargando bultos de papa y cuando logró recoger 5.000 (unos 5 millones de pesos colombianos) le contó a su familia de sus planes de ir a Medellín a finales de enero de 2021 para hacerse a una mercancía. Sin embargo, su madre no estuvo de acuerdo, le parecía arriesgado que su niño viajara a otro país con un desconocido.

“Nos llamó, nos dio a conocer a toda la familia que tenía su ahorro y que con ese ahorro pensaba materializar su sueño de generar dinero por otro lado. ‘Tengo vacaciones de enero hasta la quincena de febrero y voy a aprovechar para ir a Colombia; aquí (en la plaza) conocí a un colombiano’”, narra Janet.

Nos hizo hablar con el chico, el colombiano, a través del celular de mi hermano. Nos dijo: ‘sí, yo conozco, yo soy de Cali. Allá en Colombia la ropa es muy barata’, entonces mi hermano estaba emocionado. Mi mamá no quería, pero el supuesto colombiano le insistió: ‘no se preocupe, va a estar bien conmigo porque yo conozco Medellín y Cali”, añade.

La travesía

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Aunque su familia no estaba convencida, Silvano Oblitas arrancó con su maleta llena de ilusiones.

"No le gustaba tanto estudiar, decía: voy a trabajar, voy a tener mi negocio propio, con eso voy a sacar a mi familia adelante", confiesa la hermana mayor.

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En los videos y fotos que le mandó a sus seres queridos se le veía feliz, radiante, ansioso. Creía que en la capital de la eterna primavera, como se le conoce a Medellín, haría sus primeros pinitos como comerciante.

“No nos dijo la fecha exacta del viaje. Se desconectó por cuatro días, después se comunica y nos manda el video de la entrada a Colombia por Ecuador. Viajaron vía terrestre y el dinero lo traía en efectivo porque al entrar a Colombia planeaba cambiar los soles a pesos”, relata Janet Cántaro.

Silvano era muy creyente y profesaba el cristianismo, religión que le fue inculcada en casa desde pequeño.

Su madre, ama de casa, y su padre, maestro de obra, se encargaron de llevarlo a la iglesia desde niño. Mientras que Jhon, su hermano mayor, quien es cantante de alabanzas en un templo, le enseñó a orar y le explicaba los textos bíblicos.

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silvano oblitas
Cortesía.

“Cuando llegó a Colombia me decía: ‘Jhon, estoy siempre con Dios; ora por mí, yo también estaré orando por ti’”, cuenta otro de los hermanos de Silvano, quien también viajó a la capital de Antioquia para conocer de cerca los últimos pasos de su ser querido. Además, le hizo una promesa: “Medellín es bonito, algún día vamos a volver los dos’”.

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Sin noticias de Silvano

Pero la sonrisa que siempre acompañó al muchacho se desdibujó cuando, al parecer, fue estafado. Lo dejaron con las manos vacías, lejos de casa, en un lugar donde no conocía a nadie. Su sueño se convirtió en pesadilla.

La noche del 10 de febrero, Silvano se comunicó con su hermana Janet y le contó lo sucedido. Inundado por la incertidumbre y desesperación, le pidió prestado 1.500 soles para regresar a Lima con algo de mercancía.

Al día siguiente, los Cántaro Tolentino no volvieron a saber de él. ‘Jackiel’ no contestaba ni el celular ni el Messenger, ni WhatsApp.

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El 11 de febrero a las 11:00 p.m. (hora de Perú) una amiga de Jhon le escribió por chat para preguntarle por Silvano y le envió el video donde se ve cómo arrojaban a un joven desde un puente, para corroborar si era él.

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Bastaron dos segundos para saber que la víctima del atroz crimen era su hermanito.

“Yo abrí ese link y cuando vi el video reconocí a mi hermano, por su voz y también por su rostro... era mi hermano”.

Jhon salió corriendo a la habitación de Janet y le mostró las imágenes.

“Nos pusimos mal, tristes, en ese momento con mi hermana nos pusimos a llorar. Después, fuimos a poner el denuncio en la ciudad Huánuco. Para mí ha sido un dolor muy grande”, manifiesta Jhon.

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Tras poner el caso en manos de las autoridades, la Fiscalía en Medellín activó un plan de búsqueda para dar con el paradero de Silvano Oblitas.

Luego de diez noches sin dormir, de no saber si ese escalofriante video era una broma, pensando que quizá ‘Jackiel’ estaba vivo o haciendo cuentas de si su cuerpo al menos regresaría al seno de la familia, los Cántaro Tolentino fueron notificados de que en Mercaderes, Cauca -suroccidente de Colombia-, encontraron un cadáver que coincidía con sus características.

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Janet y Jhon, para evitarles el dolor a sus papás, viajaron a Popayán, capital caucana, con el fin de constatar con pruebas de ADN si ese cuerpo que encontraron en el fondo de un puente vehicular era el de su hermanito.

hermanos cántaro

Identificaron el cadáver por un tatuaje

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Al llegar a Medicina Legal la angustia se hizo más aguda.

“El cuerpo casi no se podía reconocer, por el calor, por el tiempo, por todo, ya estaba un poco descompuesto”, dice Janet.

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“Pero la parte de abajo todavía se conservaba entonces lo pudimos reconocer por el tatuaje. También, por las prendas que tenía puestas y por la colcha que traía desde Lima”, detalla Janet.

En ese momento, una mezcla de impotencia, dolor y un poco de alivio inundó a los hermanos. El cadáver ante sus ojos correspondía al de Silvano Oblitas Cántaro Tolentino.

“Tenía un tatuaje en la parte de la pierna, que yo desconocía, pero mis primos me mandaron fotos. Son dos manitos con un mundo en el centro”, describe Janet.

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Finalmente, el deseo de Silvano se hizo realidad a medias. Sus hermanos viajaron a Medellín y conocieron la ciudad que tanto lo desveló.

Llegamos de Lima solo dos y vamos a regresar los tres”, puntualiza Jhon.

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Janet y Jhon volverán a Huánuco y esperan que esta misma semana sea repatriado el cuerpo de su hermano.

Las autoridades de la provincia realizarán un velatón en la Plaza de Armas para honrar la memoria de Silvano, mientras que su familia solo quiere darle cristiana sepultura.

silvano oblitas
Cortesía.

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