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En el más reciente capítulo de 'La Vuelta al Mundo en 80 risas', la presentadora Carolina Cruz y el humorista Suso conocieron la ciudad cuna de la salsa: Ponce, Puerto Rico. Acudieron a ese lugar para explorar el legado de uno de sus hijos más ilustres, Héctor Lavoe.
Acompañados por Erni, un guía local experto en la historia del 'Cantante de los Cantantes', los colombianos recorrieron los sitios emblemáticos que marcaron la vida y el descanso final del artista.
El recorrido inició en la Escuela Superior Ponce High, específicamente en el Edificio McKinley, lugar donde Lavoe cursó sus estudios. Sin embargo, la historia revela que el joven Héctor no siempre estaba presente en las aulas; Erni relató cómo el cantante solía "cortar clase" para dirigirse con sus amigos al Río Portugués, uno de los afluentes más importantes de la ciudad, situado justo detrás de la institución.
Posteriormente, era común encontrarlo en el sector de Bélgica, en casa de una conocida vecina llamada Doña Monce. Durante su caminata, los presentadores también transitaron por un paseo dedicado a las leyendas del género, donde resaltan nombres de grandes salseros ponceños como Ismael Quintana, "El Conde" Rodríguez, Quique Papo, la Sonora Ponceña y el legendario Tito Puente.
Héctor Juan Pérez Martínez, conocido universalmente como Héctor Lavoe, no fue solo un vocalista; fue el alma, la tragedia y la gloria de la salsa neoyorquina. Nacido en Ponce, Puerto Rico, y curtido en las calles del Bronx, Lavoe se convirtió en la voz definitiva del sello Fania Records, elevando el género a un fenómeno global.
Su estilo era inconfundible: una dicción perfecta, un sentido del ritmo quirúrgico y una capacidad inigualable para el soneo (improvisación). Pero lo que realmente lo conectó con el pueblo fue su vulnerabilidad. Héctor cantaba sus penas —la muerte de su hijo, sus adicciones y su soledad— y, al hacerlo, cantaba las penas de toda una generación de latinos en busca de identidad.
Héctor Lavoe falleció en 1993, pero su eco es eterno. Sigue siendo el estándar de oro para cualquier aspirante a salsero y el eterno "Rey de la Puntualidad" en el corazón de sus fanáticos.
Uno de los momentos más significativos de la travesía fue la visita al cementerio donde reposan los restos de Lavoe. Allí, el artista descansa junto a su esposa, Nilda "Puchi", y su hijo, Héctor "Tito" Jr.. Suso, manteniendo su estilo característico, bromeó sobre la "puntualidad" de Lavoe y le rindió un tributo humorístico dejando flores artificiales y comentando sobre la actualidad de la música y las rivalidades persistentes en el género.
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Más allá de los lugares físicos, la experiencia permitió reflexionar sobre la figura de Lavoe, a quien describieron como el "mimado" de Ponce y un hombre de apariencia extremadamente delgada y un gran talento. Pese a sus conocidos problemas con las drogas, su talento lo consolidó como una figura que nunca pasa de moda, comparando la permanencia de la salsa con el humor clásico.
Para cerrar con broche de oro, Suso y Carolina pusieron a prueba su conocimiento musical con un ingenioso relato construido exclusivamente con títulos de canciones de salsa icónicas como "Maestra Vida", "El Gran Varón", "Pedro Navaja" y "Juanito Alimaña", demostrando que la esencia de Lavoe y sus contemporáneos sigue viva en la cultura popular.
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*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Noticias Caracol.