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El nuevo papa, cuyo nombre se conocerá en breve, ha pasado de la Capilla Sixtina a la llamada Sala de las Lágrimas, con objeto de vestirse para presentarse al mundo en el balcón de la basílica de la Plaza de San Pedro.
Así está previsto en el ritual de elección del nuevo pontífice, de la que se dio cuenta a las 18.08 horas (16.08 GMT) (11:08 a.m. hora Colombia) mediante la fumata blanca. El nuevo papa ha logrado al menos dos tercios de los votos de los 133 cardenales electores (que son 89) y tras ese recuento, habrá aceptado el encargo y decidido con qué nombre quiere ser llamado.
Desde la Capilla Sixtina el elegido es invitado a ir a la ´Sala de las Lágrimas', donde desde hace días está preparada la vestimenta que puede empezar a usar. La habitación es conocida con ese nombre porque históricamente es el lugar donde el elegido podía permanecer tranquilo un momento y, eventualmente, rezar y llorar para desahogar la tensión acumulada.
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En esa cámara hay tres hábitos largos o sotanas de color blanco de distinto tamaño en función de la altura del elegido, así como cuatro vestimentas cortas tipo sobrepelliz, una muceta o esclavina de color morado y una estola púrpura con decoración dorada.
También, si lo desea, puede escoger entre zapatos de distintos números, fajines, un cordón y una cruz dorada, todo allí dispuesto. Luego recibirá el homenaje del resto de cardenales. Corresponde al protodiácono, el cardenal francés Dominique Mamberti, asomarse primero al balcón de la basílica para anunciar quién es el elegido y el nombre con el que gobernará la Iglesia. Después el nuevo papa dirigirá unas palabras a los presentes en San Pedro y hará la bendición urbi et orbi.
La columna de humo blanco, que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina el jueves 8 de mayo, señala que los cardenales encerradoshan elegido un nuevo líder para los 1.400 millones de católicos del mundo.
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Miles de peregrinos y curiosos en la Plaza de San Pedro vitorearon, aplaudieron y lloraron cuando apareció el humo en el segundo día de votaciones en el Vaticano. Las campanas de la Basílica de San Pedro y de las iglesias de toda Roma resonaron, indicando que la Iglesia de 2.000 años de antigüedad tiene su 267º Papa.
Todas las miradas se dirigen ahora al balcón de San Pedro, para ver quién ha sido elegido para suceder al Papa Francisco, un reformador argentino que murió el mes pasado después de 12 años como líder de la Iglesia mundial. El nuevo pontífice será presentado en latín con su nombre papal elegido y se dirigirá al mundo por primera vez.
El nuevo Papa tiene por delante una tarea trascendental: además de hacer valer su voz moral en un escenario mundial plagado de conflictos, debe hacer frente a cuestiones candentes en la Iglesia, desde las continuas consecuencias del escándalo de abusos sexuales hasta los problemáticos balances del Vaticano.
Unos 133 "Príncipes de la Iglesia" procedentes de cinco continentes –el cónclave más grande jamás celebrado– comenzaron a votar el miércoles por la tarde. Obligados a guardar el secreto, bajo pena de excomunión, su único medio de comunicar sus progresos al mundo exterior era enviando humo a través de la chimenea de la Capilla Sixtina.
El miércoles por la tarde y luego el jueves a la hora del almuerzo, el humo era negro y provocaba suspiros decepcionados entre las decenas de miles de personas que lo observaban. Pero el jueves por la tarde, poco después de las 18.00 (16.00 GMT) (11 de la mañana hora Colombia), el humo emitido era blanco, lo que confirma que la Iglesia Católica tiene un nuevo líder espiritual.
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No quedó claro exactamente cuántas votaciones se necesitaron para elegir al nuevo papa, pero, como en la historia reciente, se llevó a cabo en menos de dos días. En 2005, Benedicto XVI fue elegido en cuatro votaciones y Francisco en 2013 en cinco. Aunque los detalles de la elección permanecerán en secreto para siempre, el nuevo papa tuvo que asegurar al menos dos tercios de los votos para ser elegido.
Según la tradición, ahora entra en la Sala de las Lágrimas (donde los Papas recién elegidos dan rienda suelta a sus emociones) para ponerse la sotana papal por primera vez, antes de regresar a la Capilla Sixtina para que los cardenales puedan jurar su obediencia. Luego aparecerá en el balcón acompañado de un cardenal de alto rango, quien anunciará a la multitud que espera: "Habemus Papam" ("Tenemos un Papa "). A continuación, el Papa pronunciará un breve discurso e impartirá su primera bendición "Urbi et Orbi" ("A la ciudad y al mundo").
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EFE
AFP