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"Aproximadamente fueron 6 minutos de caos, 6 minutos de zozobra, 6 minutos en que corrimos y no sabíamos qué estaba pasando": así relató en Noticias Caracol Esteban Martínez, un abogado colombiano residente en Sídney, Australia, la angustiante vivencia del tiroteo masivo ocurrido en Bondi Beach, un evento que dejó al menos 15 personas muertas y más de 42 heridas durante la festividad judía de Hanukkah. Esteban, originario de La Dorada, Caldas, quien lleva siete años en Australia, se enamoró del país tras llegar inicialmente a estudiar inglés.
El día del ataque, Esteban y su esposa se encontraban disfrutando del sol en Bondi, la playa principal de Sídney y una de las más concurridas de Australia. Sobre los momentos previos al tiroteo, Martínez explicó que "yo llegué a Bondi Beach con mi esposa cerca de las 4:20 de la tarde, aproximadamente, estuvimos en la playa hasta las 6:30 de la tarde. Estábamos disfrutando pues del sol y bañándonos en el mar. Aproximadamente 6:30 p. m. se escucharon inicialmente dos fuertes sonidos como si fuera pólvora. Pues, la verdad, como colombianos estamos acostumbrados a que de pronto pues esos sonidos sean como pólvora. Fueron dos sonidos, la gente se alertó, ambos empezamos a mirar alrededor, pero seguido a eso siguieron los disparos, tres cuatro disparos continuados, ráfagas a secuencia y había gente de la parte derecha de la playa que empezó a correr y gritando ‘shooting, shooting’, que quiere decir que están disparando. Inmediatamente, mi esposa me miró y el desespero fue salir a correr hacia el único sitio que creíamos que era seguro que es era atravesar la playa y parte de la orilla del mar".
Debido a que el verano australiano estaba comenzando, la temperatura superaba los 30 o 31 grados, lo que resultó en una gran afluencia de personas; se estima que había más de 3000 o 4000 personas en la playa. La pareja estaba a unos 200 metros del lugar de la celebración judía, donde se concentró el ataque.
El desespero fue total durante la estampida, ya que estaban sin sus pertenencias y sin comunicación. La única meta era buscar protección y, de ser posible, asistir a otros que corrían desorientados. Sobre el desarrollo de la crisis, Esteban narró que ”simplemente estábamos mirando qué estaba sucediendo no se podía ver nada. Estábamos a 200 metros de lo que sucedió. El desespero de la gente viendo gente correr, viendo gente por todas partes gritando, llorando, sin poder saber exactamente qué sucedía, de dónde venía el atentado, de dónde venían los disparos, hasta que pudimos refugiarnos en unas rocas esperando escuchar alerta de la Policía, escuchar las sirenas, escuchar qué estaba pasando pero sin acceso a comunicación porque no tuvimos tiempo de recoger ninguna de nuestras prendas, ninguno de nuestros celulares para poder comunicarnos”.
Agregó que el tiempo que duró el tiroteo “fueron 6 minutos en los que, hasta que por fin pudimos escuchar una sirena de Policía, supimos como que se iba a solucionar rápido e íbamos a estar seguros, pero sí fue un caos total en la playa".
El colombiano también describió cómo la gente intentaba protegerse en medio de la confusión: "La gente comenzó a correr sin sentido, buscando refugio, buscando, de hecho, gente tirándose al suelo, cubriéndose simplemente con la arena, gente cubriéndose con tablas de surf, otra gente que corría hacia una parte alta que queda en Bondi, hasta una colina, cubriéndose con una piedra que separa la playa de la parte donde está el pasto, en la parte donde hay barbecues. Era la gente sin orientación, buscando refugio, un lugar seguro y dispersándose para no estar cerca pues del atentado".
Cuando los disparos cesaron tras seis minutos de terror, Esteban y su esposa regresaron para recoger sus cosas, pero la Policía ya había bloqueado el área, indicándoles que tomaran otra vía para evitar ver la escena, que fue descrita como "triste y desoladora".
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Esteban reflexionó sobre la naturaleza inesperada del ataque, catalogado como el tiroteo terrorista más grave en décadas en Australia: “Empiezas a sentir que somos muy frágiles, que uno no está preparado para este tipo de situaciones y que la vulnerabilidad del ser humano es así”.
Esteban resaltó un punto crucial que limitó la duración del horror: el acto de heroísmo de un ciudadano que desarmó a uno de los atacantes. Este ciudadano, de origen árabe, mayor de 50 años y dueño de negocios locales, resultó herido en un brazo y una pierna. " La verdad es un héroe, pues evitó que el terrorista tomara muchas vidas más al desarmarlo, porque después de eso, en algunos videos se ve de que fue abatido”.
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Actualmente, Bondi se encuentra "algo paralizada" y "desolada", con el Gobierno de Australia y la comunidad brindando apoyo a las familias afectadas, puntualizó Esteban.
CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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