¿Qué viene para Venezuela tras las cuestionadas elecciones regionales? Experta advierte panorama

El chavismo se fortaleció territorialmente tras las elecciones celebradas el domingo 25 de mayo en Venezuela, unos comicios marcados por una participación histórica a la baja y graves cuestionamientos sobre su legitimidad. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) —que lidera el presidente Nicolás Maduro— ganó en 23 de los 24 estados del país, incluyendo regiones estratégicas como Zulia, Barinas y Nueva Esparta, así como el nuevo estado de Guayana Esequiba, en disputa con Guyana.

La transmisión de resultados, correspondiente al 93,01 % de las mesas electorales, también indicó que el chavismo se aseguró 40 de los 50 escaños nacionales en la Asamblea Nacional. Jorge Rodríguez, presidente del Legislativo y figura clave del oficialismo, fue reelegido, mientras que algunos dirigentes opositores como Henrique Capriles obtuvieron curules en medio de una contienda que varios sectores catalogan como una "farsa".

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Nicolás Maduro, por su parte, fue uno de lo que celebró la victoria desde Caracas y aseguró que su partido está "más vigente y más fuerte que nunca". "A pesar de bloqueos, sanciones criminales, fascismo y violencia, estamos más vigentes y más fuertes que nunca", dijo ante una multitud de seguidores. El mensaje, sin embargo, contrastó con las imágenes de centros de votación vacíos durante la jornada.

Al respecto, la líder opositora María Corina Machado aseguró que más del 85 % de los electores se abstuvo de participar.. “La mayoría del país desobedeció, no se prestó para esta farsa”, afirmó Machado, quien además pidió a las Fuerzas Armadas que faciliten una transición pacífica. Edmundo González Urrutia, reconocido por la oposición como el vencedor de las elecciones presidenciales de julio —también desconocidas por múltiples actores internacionales—, elogió lo que llamó “una declaración silenciosa de coraje cívico”.

Las críticas no tardaron en multiplicarse. Desde distintos frentes, se coincidió en que la baja participación refleja un rechazo contundente de la ciudadaníahacia un sistema percibido como fraudulento y controlado por el régimen. Para entender el panorama que se abre tras estos comicios, Noticias Caracol Digital consultó a Manuela Jiménez, analista asociada de Control Risks, una consultora internacional especializada en gestión de riesgos políticos y de seguridad con presencia en más de 30 países, que asesora a gobiernos, empresas y organismos multilaterales.

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De acuerdo con la analista asociada, Manuela Jiménez, estas elecciones “fueron ampliamente cuestionadas tanto por la ciudadanía como porlíderes opositores” desde su convocatoria, debido a la falta de garantías y la percepción generalizada de que los resultados ya estaban definidos.

En entrevista con este medio, Jiménez explicó que la jornada del 25 de mayo, en la que se eligieron 569 cargos (incluidos 285 diputados para el nuevo periodo de la Asamblea Nacional), se desarrolló sin sistemas de verificación digital como los códigos QR que permitieron monitorear votos en las presidenciales de julio. Esta eliminación fue vista como una señal más de manipulación. “Los centros de votación, incluso los más grandes, estaban absolutamente vacíos”, afirmó la experta, señalando que no se trató simplemente de apatía, sino de “un rechazo claro y deliberado al sistema electoral, percibido como un mecanismo para legitimar una dictadura”.

La participación oficial, aseveró, apenas superó el 12 %, el nivel más bajo registrado en la historia electoral reciente del país. Esto, según Jiménez, refleja el escepticismo de la población y confirma que “en Venezuela no existe una democracia genuina: el régimen manipula las reglas del juego y recurre sistemáticamente al fraude como herramienta para mantenerse en el poder”.

La experta también enfatizó que los pocos representantes opositores electos “no cuestionan al poder” y actúan bajo los márgenes que impone el chavismo, lo que significa que no hay una oposición real dentro de las instituciones.

Para Manuela Jiménez, Maduro se fortaleció en el poder en términos de control institucional y territoral. Conforme con la experta, el PSUV no solo aumentó su número de gobernaciones, sino que también recuperó estados emblemáticos para el chavismo. “Este año se sumó el cargo del gobernador del Guayana Esequiba —una figura creada por el régimen— que también fue adjudicado al PSUV”, recordó la analista.

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En el ámbito legislativo, por su parte, el chavismo se aseguró una cómoda mayoría, con 40 de los 50 escaños nacionales. La oposición visible, representada por figuras como Capriles o Stalin González, “no representa un contrapeso real”, advirtió Jiménez. En la práctica, esto refuerza aún más la gobernabilidad de Maduro.

No obstante, esta consolidación institucional se sostiene sobre una creciente represión. “Aunque tiene el control formal de las instituciones, ya no cuenta con el mismo respaldo popular de años anteriores”, apuntó Jiménez. Frente a esta pérdida de apoyo ciudadano, el régimen se apoya en un “aparato de represión y miedo” para disuadir cualquier forma de disidencia.

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El panorama a corto y mediano plazo para Venezuelase visualiza preocupante. Jiménez alertó que, en las últimas 72 horas, incluida la jornada electoral, el régimen detuvo arbitrariamente a más de 70 activistas opositores, algunos sin que hubieran salido a protestar. “Es muy probable que esta ola represiva continúe en las próximas semanas”, dijo, especialmente si crecen las voces de condena nacional e internacional.

Además, se espera que Maduro impulse reformas al sistema electoral y avance con la reforma constitucional que anunció tras las elecciones, aunque no ha ofrecido detalles. Estas reformas, según la analista, “reforzarán aún más el carácter autoritario del régimen”.

En lo económico, el deterioro continuará "a corto plazo". El Fondo Monetario Internacional proyecta una inflación del 180 % para 2025, afectando directamente el poder adquisitivo de los ciudadanos. A esto se suma la posible no renovación de la licencia de operaciones de Chevron en el país, uno de los principales operadores y exportadores de crudo, lo que, de concretarse, representará un duro golpe económico para el chavismo. “La salida de Chevron dejará un vacío que será ocupado por empresas chinas y rusas, que compran el crudo con importantes descuentos”, lo que disminuirá los ingresos por exportaciones de barril vendido: "Esto representa un golpe económico para el régimen de Maduro, ya que reduce una fuente clave de divisas, limita aún más la capacidad financiera del gobierno y lo obliga a profundizar su dependencia de estos aliados, aunque en términos económicos le resulte menos rentable".

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Jiménez también anticipa una mayor apuesta del régimen por el sector minero, que creció un 13,5 % en el primer trimestre del año, con nuevas concesiones de oro y carbón otorgadas en marzo. En el plano internacional, se prevén más sanciones y condenas por el fraude electoral, lo que contribuirá al “creciente aislamiento del régimen de Maduro”, que se verá obligado a depender aún más de sus aliados tradicionales, como Rusia, Irán o China.

En cuanto aprotestas internas, Jiménez es clara: “Es poco probable que se registren movilizaciones masivas en el corto plazo, debido al miedo generalizado”. Sin embargo, no descarta protestas localizadas por temas económicos, como desabastecimiento o inflación.

Finalmente, advirtió sobre un posible incremento de tensiones con Guyana, a través de “incidentes fronterizos, incursiones aéreas o marítimas, o movimientos militares”, aunque descartó una invasión a gran escala debido a la falta de capacidad logística y militar del país.

LAURA NATHALIA QUINTERO ARIZA.
PERIODISTA DE NOTICIAS CARACOL DIGITAL
LNQUINTE@CARACOLTV.COM.CO

*Para la redacción de este artículo se usó información recolectada por el periodista William Moreno Hernández de Noticias Caracol