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Estados Unidos ha reforzado en los últimos meses su presencia militar en el Caribe y en el Pacífico latinoamericano con buques, aviones de combate y fuerzas especiales, en medio de crecientes tensiones con Venezuela, en un despliegue que la Administración del presidente Donald Trump enmarca en su iniciativa 'Lanza del Sur' y en la lucha contra el narcotráfico.
Este fin de semana, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitió un aviso internacional que instó a los vuelos comerciales a "extremar la precaución" al sobrevolar Venezuela y el sur del mar Caribe. La alerta ocasionó que la Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) estableciera contacto con las aerolíneas que operan en el país para garantizar la seguridad aérea y varias de estas empresas decidieron suspender los vuelos a Caracas.
Respecto a la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela, el presidente Gustavo Petro se refirió en su cuenta de X, donde dijo que no apoya a Nicolás Maduro, señalando que quiere una solución pacífica y política para el país vecino y no “una invasión”.
En ese mensaje, Petro hizo referencia a una entrevista del secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, en la cual habla de petróleo, la guerra en Ucrania y las tensiones con Venezuela."Creo que hay muchas posibilidades de que, si algo ocurre con Rusia y Ucrania, si algo ocurre en Venezuela, veamos una caída drástica de los precios del petróleo”, anotó.
En respuesta a esas palabras, el mandatario colombiano habló que la razón de una posible invasión a Venezuela es el petróleo. “Se desplomarán los precios internacionales y el petróleo será monopolio árabe, EE. UU. quedará con petróleo pesado y Ecopetrol entrará a números rojos. Los que aplauden la invasión lo que desatan es la quiebra de Ecopetrol y millones de venezolanos hermanos en nuestro territorio”, manifestó Petro.
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El presidente colombiano también ha planteado como solución en Venezuela "un gobierno de transición compartido" con la cual se podría evitar una intervención extranjera que acabe en un estallido de violencia.
Desde agosto, el mar Caribe y la entrada al Pacífico oriental se han convertido en escenario de una expansión militar estadounidense que incluye destructores de misiles guiados, submarinos de ataque nuclear, aeronaves F-35, helicópteros de ataque, aerodeslizadores anfibios, drones de vigilancia y tropas destinadas, según Washington, a operaciones de vigilancia e interdicción del narcotráfico.
De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), la flota inicial en el sur del Caribe estuvo compuesta por destructores clase Arleigh Burke, barcos anfibios de desembarco, un submarino rápido de ataque y aeronaves F-35, además del empleo de drones MQ-9.
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El CSIS también apunta que el número total de tropas estadounidenses proyectado podría alcanzar decenas de miles, lo que convertiría esta operación en la mayor presencia militar de EE.UU. en la región en décadas, algo que no se veía desde las guerras estadounidenses en Oriente Medio.
En las operaciones, las fuerzas de Estados Unidos han destruido al menos una decena de supuestas narcolanchas, dejando muertos en esos ataques.
Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que en el "norte", en referencia a Estados Unidos, tratan de decir que en Venezuela "hay un régimen, un dictador", pero agregó que esto se trata de un "refrito (algo repetido)".
"En el norte tratan de decir que hay un régimen, un dictador. Lo repiten, es un refrito. En inglés creo que se dice 'refrites'", expresó Maduro al intervenir tras la presentación de la serie 'Nicolás de Yare a Miraflores'.
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En una transmisión del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), el gobernante llamó a hacer cineforos en las comunidades para recordar por qué "hoy por hoy" Venezuela es "indestructible" frente a "amenazas y guerras psicológicas".
Para el mandatario venezolano, este despliegue es un intento para sacarlo del poder, por lo que ha ordenado, desde hace meses, a que el país se mantenga en alerta y realice ejercicios de preparación militar ante una eventual "agresión".
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este domingo, tras clausurarse la Cumbre de Líderes del G20 en Johannesburgo, que hablará con su homólogo estadounidense, Donald Trump, para evitar un conflicto militar con Venezuela.
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En una rueda de prensa, Lula se declaró "muy preocupado" por el despliegue militar de país norteamericano en el Caribe en el marco de la creciente tensión con Venezuela. "Estoy preocupado porque América del Sur está considerada una zona de paz", subrayó.
"Somos un continente que no tiene armas nucleares, bombas atómicas, no tenemos nada. Allí, nuestro objetivo es trabajar para desarrollarnos y crecer. Me preocupa mucho el aparato militar que Estados Unidos ha desplegado en el Mar Caribe. Estoy muy preocupado. Y tengo la intención de hablar con el presidente Trump sobre esto, porque me preocupa", enfatizó.
Lula remarcó que Brasil "tiene una responsabilidad con Sudamérica" y recordó que su país comparte frontera con Venezuela, algo que "no es poca cosa", e hizo hincapié en que "no tiene sentido tener una guerra ahora".
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Con información de EFE