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El hundimiento de la reforma tributaria en el Congreso de la República despertó la molestia del presidente Gustavo Petro, quien, finalizada la votación de 4 por el sí y 9 por el no, desde su cuenta de X sostuvo que “las consecuencias imprevisibles comienzan a verse desde el día de hoy”.
Para el presidente de la República no hubo sorpresa, pues esperaba que su proyecto no pasara en la Comisión Cuarta del Senado. “El hundimiento de la ley financiera, como era predecible, no es más que el desarrollo del odio político por encima del interés nacional. Nadie cuerdo puede decir que ante un déficit no se debe obtener más recursos de una economía que está boyante y de unos megarricos que han duplicado sus utilidades gracias al encarecimiento de la deuda pública: un verdadero mecanismo, construido por el Banco de la República, para transferir decenas de billones de pesos de la sociedad a los megarricos”, escribió el mandatario.
El presidente agregó que "solo se necesitaba que una parte de esas utilidades se devolvieran a la nación no más pero el egoísmo social es tan grande que no quieren perder un peso de su riqueza. Si la crisis no la pagan los ricos la pagarán los pobres. Mientras nosotros seamos gobierno, no dejaremos que la paguen los pobres, punto La consecuencias imprevisibles comienzan a verse desde el día de hoy".
A parte del mandatario, su ministro de Hacienda, Germán Ávila, habló ante medios de comunicación sobre la caída del proyecto. El alto funcionario dijo que se “van a analizar todas las medidas que sean necesarias. No vamos a descontar ninguna de las alternativas que deban presentarse para asegurar el cumplimiento del plan de desarrollo del presupuesto general de la nación para el año entrante y el cumplimiento de las metas y los compromisos sociales que tiene nuestro proyecto de Gobierno”.
El ministro sostuvo que el presidente Gustavo Petro “ha sido muy enfático en el sentido de plantear que es necesario tomar las medidas que sean necesarias para asegurar el cumplimiento de las metas fiscales para el año entrante. No presentamos un proyecto de ley de financiamiento que solamente resolviera las necesidades de presupuesto del año entrante, sino la estabilidad y equilibrio fiscal a mediano plazo y que en buena medida le garantizaba al próximo gobierno la estabilidad macroeconómica. Esa orientación con la cual el presidente planteó esta ley de financiamiento y planteó un presupuesto para el año entrante, ha sido desconocida por un pequeño núcleo de senadores en la Comisión Cuarta del Senado”.
Por su parte, el ministro del Interior, Armando Benedetti, escribió desde su cuenta de X que la caída de la reforma tributaria traerá crisis económica en Colombia: “Ley de financiamiento hundida es igual a bonos y riesgo alto y falta de capacidad para pagar la deuda externa, igual a crisis, más crisis, más crisis económica. Y, entonces, la política social del Gobierno se verá afectada por los intereses tan altos de la deuda. Y todo porque un sector del Congreso vota con las vísceras”.
Finalmente, entre las reacciones del oficialismo estuvo la de María Fernanda Carrascal, representante a la Cámara por el Pacto Histórico, quien mencionó que “la Ley de financiamiento no tocaba a los colombianos de a pie. No tocaba la canasta básica familiar ni los servicios públicos ni el transporte masivo ni la gasolina. Sí ponía IVA a la casas de apuestas digitales y aumentaba modestamente la carga tributaria de las grandes fortunas con el impuesto al patrimonio desde 2100 millones de pesos”..
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CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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