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En agosto de 2023, un triple homicidio en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, conmocionó a toda la comunidad. Tres adultos mayores fueron hallados brutalmente asesinados dentro de una vivienda rural en la vereda La Paloma. Lo que en un principio parecía un crimen aislado, pronto destapó la existencia de un asesino en serie que llevaba años actuando en silencio. Séptimo Día conoció detalles impactantes sobre el modus operandi de este sujeto que sembró el terror entre los más vulnerables.
Las autoridades hallaron los cuerpos de Mérida González, Bernardo y Ana Isabel Giraldo con múltiples heridas causadas por un arma cortopunzante. Según la investigación, el responsable se hacía pasar por sordomudo para ganarse la confianza de sus víctimas. El confeso asesino habría matado a 10 adultos mayores.
La Policía fue alertada de los crímenes por la una vecina de la comunidad. Dentro de la vivienda yacían los tres cuerpos sin vida. “El que menos heridas tenía, tenía 13 puñaladas en todo el cuerpo”, reveló Elmer Andrade, investigador de la Sijín.
Los investigadores describieron una escena aterradora: dos de las víctimas estaban en la cocina y la tercera junto al baño. “Pudimos observar algunas pisadas de sangre causadas por botas de caucho”, dijo Jairo Martínez, perito forense.
Todas las víctimas eran adultos mayores de más de 80 años. Mérida y Bernardo eran una pareja de esposos muy reconocida en la zona por su vida campesina y su carácter servicial. El día de los hechos, en la vivienda también se encontraba Ana Isabel Giraldo, hermana de Bernardo, quien acostumbraba visitarlos con frecuencia.
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En principio, las autoridades creyeron que se trataba de un robo y tampoco tenían evidencias suficientes que les permitiera identificar a la persona que causó el atroz triple homicidio.
Durante la investigación, algunos vecinos mencionaron la presencia de un hombre que se hacía pasar por sordomudo y cargaba un letrero en el que pedía ayuda para su madre. Aunque al principio despertó desconfianza, finalmente fue recibido en la casa de Bernardo.
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“Don Bernardo fue el que comenzó a desconfiar y le avisó a los vecinos, pero a lo último lo alojó aquí mismo en la casa”, relató un amigo cercano de la familia. La descripción del sujeto coincidía con el retrato hablado elaborado por las autoridades.
Ante la falta de avances, la Gobernación de Risaralda ofreció una recompensa de 20 millones de pesos y la Alcaldía Municipal de otros 10 millones para quien entregara información.
Una persona anónima aseguró tener información sobre los hechos y entregó un número telefónico, así como la dirección del sospechoso. Tras el rastreo, las autoridades confirmaron que el hombre tenía gran similitud con el retrato hablado: se trataba de Juan Carlos Villa Cardona.
El señalado trabajaba como reciclador y, a primera vista, no había nada sospechoso en su contra. No obstante, los investigadores empezaron a indagar en su entorno cercano y a seguirle la pista. Lo primero que identificaron era que el sujeto no era sordomudo.
Las autoridades interceptaron el número telefónico entregado por la persona anónima y confirmaron que pertenecía a la madre del señalado. “En una llamada telefónica que realiza la mamá cuenta que ella está indignada porque su hijo José Alfredo Villa estaba muy asustado y arrepentido por lo que había hecho su hermano Juan Carlos Villa”, dijo el investigador.
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Mientras la Policía seguía las pistas de los hermanos, presentó varias imágenes a los vecinos de la vereda La Paloma para que identificaran a la persona que habían visto en la zona. En ese momento, las autoridades se percataron de que Juan Carlos Villa usaba unas botas de caucho similares a las huellas encontradas en el lugar de los hechos.
Tras otras intercepciones telefónicas se confirmó que Juan Carlos Villa estaba detrás del triple homicidio. El 23 de septiembre del año 2023, las autoridades solicitaron orden de captura en contra de Juan Carlos Villa y su hermano José Alfredo.
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Ese mismo día se reportó el asesinato de Juan Bautista, otro adulto mayor, en circunstancias similares. Cuatro días después, Juan Carlos Villa fue capturado.
“Jamás nos imaginamos lo que iba a pasar después... Se establece alrededor de 7 o 8 casos más con similitudes. Las mismas características de muerte que eran adultos mayores y presentaban múltiples heridas en el cuerpo y cuello”, afirmó Héctor García, comandante del departamento de Policía de Risaralda.
“Este sujeto era una persona sigilosa, calculadora, estudiaba sus víctimas y con eso él obtenía todo el provecho posible para hurtar y a matar a sus víctimas”, agregó.
Durante las audiencias, Juan Carlos Villa intentó alegar problemas mentales derivados de una infancia complicada. Sin embargo, en los interrogatorios terminó confesando uno a uno sus crímenes, señalando que en algunos había participado su hermano. Según la Fiscalía, Villa buscaba simular un trastorno para evadir su responsabilidad penal.
Debido a esto, aceptó los cargos por los asesinatos que, según él, cometió entre 2012 y 2023. Por esa razón, las autoridades lo catalogaron como un asesino serial.
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Aunque la madre de Juan Carlos Villa conocía sobre los hechos, aseguró que nunca lo denunció por miedo. “Cuando yo me di cuenta de eso, yo no dormía y le contaba a una amiga... Me daba miedo que si él se daba cuenta de que yo lo hubiera delatado, de pronto, me hubiera matado. Él debe pagar lo que hizo”, reveló.
El sujeto concedió una entrevista a Séptimo Día en la que hizo indignantes declaraciones. Confesó 11 homicidios, entre ellos 10 de adultos mayores, aunque las autoridades no descartan que el número sea mayor.
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Juan Carlos Villa fue condenado a 43 años de prisión y actualmente permanece recluido en la cárcel La Dorada, en Caldas.