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En los últimos meses, se ha detectado una preocupante modalidad de estafa que involucra el uso fraudulento de tarjetas de crédito. Esta práctica, cada vez más sofisticada, ha encendido las alarmas entre expertos en seguridad financiera y autoridades bancarias, debido al creciente número de víctimas que han reportado pérdidas económicas tras recibir llamadas telefónicas supuestamente provenientes de sus entidades bancarias.
Uno de los expertos que ha advertido sobre esta situación es Nicolás Abril, creador de contenido especializado en finanzas personales, quien recientemente publicó una alerta en redes sociales. En sus palabras: “Pilas con esta estafa de tarjetas de crédito que están haciendo para que no vayan a caer”. Es fundamental comprender en detalle cómo funciona esta estafa para prevenir ser víctima de ella.
Todo comienza con una llamada telefónica. El interlocutor se presenta como un funcionario del banco del usuario y afirma que se han detectado compras sospechosas con su tarjeta de crédito. Con un tono urgente y convincente, el supuesto asesor indica que es necesario validar cierta información para bloquear las transacciones y evitar un daño mayor.
Este tipo de contacto genera una reacción emocional inmediata: preocupación, miedo o confusión. En ese estado, muchas personas bajan la guardia y acceden a continuar la conversación, creyendo que están protegiendo su dinero. Sin embargo, ese es precisamente el objetivo de los estafadores: generar confianza para obtener información confidencial.
Una de las estrategias más peligrosas que utilizan los delincuentes es mencionar los primeros seis dígitos de la tarjeta de crédito de la víctima. Esta técnica tiene un propósito claro: generar confianza. Muchas personas, al escuchar que el interlocutor conoce parte del número de su tarjeta, asumen que efectivamente se trata de un representante legítimo del banco.
Lo que pocos saben es que esos primeros seis dígitos corresponden al llamado BIN (Bank Identification Number), un código que identifica al banco emisor, la franquicia (Visa, Mastercard, American Express, etc.) y el tipo de tarjeta (clásica, oro, platinum, etc.). Esta información es pública y puede encontrarse fácilmente en bases de datos abiertas en internet.
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Como explicó el experto anteriormente citado: “El primer número de la tarjeta siempre corresponde a la franquicia: si empieza en 3 es American Express, 4 es Visa y 5 es Mastercard. Y los primeros seis números, conocidos como BIN, identifican al banco, la franquicia y la categoría de la tarjeta”. Los estafadores utilizan esta información para simular que tienen acceso a los datos reales del cliente, cuando en realidad están recurriendo a información genérica.
Una vez que el estafador ha ganado la confianza de la víctima, solicita que esta confirme el resto de los números de la tarjeta, bajo el pretexto de verificar si las compras sospechosas fueron realizadas por ella. En algunos casos, también piden el código de seguridad (CVV), la fecha de vencimiento o incluso claves de acceso. Este es el momento más crítico del fraude. Si la persona proporciona esta información, los delincuentes ya tienen todo lo necesario para realizar compras en línea, transferencias o incluso clonar la tarjeta. En cuestión de minutos, pueden vaciar el cupo disponible o realizar transacciones de alto valor.
Existen varios factores que explican la efectividad de esta modalidad de fraude:
Ante este tipo de situaciones, es fundamental mantener la calma y seguir estas recomendaciones:
En caso de haber proporcionado por error información confidencial como el número completo de la tarjeta de crédito, el código de seguridad o cualquier otro dato sensible, es importante actuar con rapidez para minimizar el impacto del fraude. Lo primero que se debe hacer es bloquear de inmediato la tarjeta afectada. Esto puede realizarse a través de la aplicación móvil del banco o llamando directamente a la línea de atención al cliente. Esta acción impide que los delincuentes continúen utilizando la tarjeta para realizar compras o transferencias no autorizadas.
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Una vez bloqueada la tarjeta, la recomendación solicitar una nueva con un número diferente. Esto garantiza que los datos comprometidos ya no puedan ser utilizados por terceros. Además, procure revisar cuidadosamente los movimientos recientes de la cuenta para identificar cualquier transacción sospechosa o no reconocida. En caso de encontrar cargos indebidos, se debe presentar un reclamo formal ante la entidad financiera, explicando lo sucedido y solicitando la reversión de los montos afectados.
Finalmente, no olvide denunciar el hecho ante las autoridades competentes, como la Fiscalía o la Policía Nacional, según corresponda en cada país. Esta denuncia no solo contribuye a la investigación del caso, sino que también puede ser un requisito para que el banco inicie el proceso de devolución de los fondos. Actuar con prontitud y seguir estos pasos puede marcar la diferencia entre una pérdida parcial y una recuperación total del dinero comprometido.
Teniendo en cuenta los riesgos que se corren a diario en temas de seguridad, no sobra la recomendación de fortalecer la educación financiera. Es clave que usted conozca cómo funcionan sus productos bancarios, qué información es confidencial y cómo operan los delincuentes permite tomar decisiones más seguras y evitar caer en trampas.
ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL